Una navidad junto a ti (Gadri)

Como Thomas y Newt

Pedri

Me despedí de los chicos tendría que quedar a cuidar a Gavi, aunque viendo su cara no creo que a él le agrade la idea de que yo me quede.

—¿Te gustó la película?

Lo vi asentir.

—Estuvo interesante.

Me acerqué y me senté a su lado.

—Tú y yo seríamos como Newt y Thomas.

—¿Quieres qué me muera? Porque si es así, deberías esperar a mi operación el martes, tal vez el doctor se equivoque y me terminé cortando o dañando alguna vena importante.

Tomó sus mulesta y se puso de pie como pudo.

—No quiero que mueras, no podría vivir si algo te llega a pasar, no me refería a eso.

Me volteó a ver.

—Te referías a que tú y yo solo somos amigos y Naomy seria la Teresa de Thomas, porque eso tampoco es muy agradable.

Siguió caminando, pero no fue hacia las escaleras.

—Tampoco me refiero a eso, Nahomy no es nadie tal vez en algún momento intenté ligar con ella, pero no pasó nada porque al final me di cuenta que no puedo estar haciendo ese tipo de cosas.

Dentro a una habitación, se fue a sentar a la cama y me miró.

—¿Qué tipo de cosas? Te refieres a follar con chicas que conoces por instagram, porque estoy seguro que no es la primera vez que lo haces.

Me acerqué a ayudarlo a quitarse los zapatos, tuve que agacharme para poder hacerlo.

—Pero nadie me ha gustado —le quité un zapato y luego el otro, sin levantarme lo miré a los ojos—, así que deja de estar celoso, si alguien me gustará te lo diría.

Pero eres tú el que me gusta así que no puedo decirte, soy un cobarde.

—¿Por qué dijiste que yo sería Newt y tú Thomas?

Acaricié su tobillo.

—Yo no dije que tú serías Newt y yo Thomas, Gavi.

—Cómo sea ¿por qué lo dijiste?

—Porque Newt moriría por Thomas.

—¿Y tú morirías por mí, Pedri?

—Tal vez, Pablo, tal vez lo haría.

—¿Y Teresa?

Me puse de pie.

—Teresa murió en la película, Spirit, ya superalo.

Me quité la sudadera, quedando en una camisa de mangas cortas color negro.

—No tengo sueño.

Sonreí de lado.

—Pues —me quité los zapatos y me acosté en la cama—, cierra los ojos y cuenta del uno al cien, dicen que eso relaja.

Sentí que la cama se hundía a mi lado.

—Pedri.

—mmm.

—¿A ti te gusta alguien?

Cerré los ojos.

—Sí.

—¿Quién?

—La curiosidad mató al gato.

No hubo respuesta por unos minutos.

—Sabes que creo.

—¿Qué crees pequeño spirit?