Empezando a recordar

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Era una hermosa mañana, la brisa fresca y los rayos del sol, todo indicaba que sería un grandioso día, o eso pensaba Pedri, quien había despertado de buen humor y con una gran sonría.

—El que sonríe ahora eres tú —le dijo su hermano al verlo entrar en la cocina— ¿Qué pasó para que despertaras con ese ánimo?

—No tuve pesadillas ni insomnio, al fin pude descansar bien —habló sonriente.

—Eso me alegra mucho —le alboroto el cabello.

—Y además, ya os pude recordar —informó alegre— a ti, a mis padres y a los de la isla, joder los recuerdo.

Fer fue abrazar a su hermano.

—Eso es un avance, tengo que llamar a mamá y papá para contarles de esto —dijo sacando su celular y marcando el número de su madre.

—¿Sucede algo? —preguntó Pedri al ver el rostro de su hermano.

—Manda a buzón —extrañado por eso Fer marcó el número de su padre quien también le mandó a buzón.

—Seguro están ocupados, luego te devolverán la llamada —le dió unas palmadas en la espalda.

—Tienes razón —guardó su celular—, te he preparado el desayuno.

—Huele delicioso, lo que no tienes de guapo lo tienes de buen cocinero —bromeó un poco.

—Es una pena que tú seas feo y mal cocinero —le siguió Fer.

—Pobrecito —sonrió de lado.

Pedri siguió hablando con su hermano sobre lo que había recordado, algunos sólo eran fragmentos no recuerdos completos, pero era un gran avance.

—Creo que ya me voy —miró la hora en su celular.

—¿Te Irás con Ferrán? —preguntó.

—Creo que ya puedo conducir.

—Pedri —lo llamó antes de que este saliera de la cocina—, me sentiría mejor si alguien más te lleva, aún no recuerdas todo y puedes perderte.

—No voy a perderme, lo prometo.

Empezaron a tocar la puerta, Pedri miró a su hermano.

—Lo he llamado —le respondió— y no pongas esa cara, que si algo te pasa a quien mata mis padres es a mí.

—Estás exagerando Fer —le dijo molesto mientras lo seguía.

—Pues perdona por exagerar y preocuparme por ti —abrió la puerta.

Y para sorpresa de ambos, no era Ferrán quién había tocado la puerta, si no sus padres.

—Mamá, papá —dijo Pedri.

—Cariño —su madre lo abrazó y le dió un beso en la cabeza—, me has preocupado demasiado.

—Lo lamento Mamá —se separó del abrazó y vió a su padre.

—Ven aquí campeón —abrió los brazos para que Pedri fuera hacia él.

—No quise preocuparlos —le dijo mientras lo abrazaba.

—No es tu culpa Pedri.

—Siento que estoy sobrando, si quieren los dejo solos —habló Fer llamando la atención.

—No seas dramático, —lo miró su madre quien fue a darle un beso en el cachete— Sabes que los amamos a los dos.

—Lo sé mamá —dijo abrazándola — y nosotros a ti te amamos.

Una navidad junto a ti (Gadri)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora