—¿Qué haces aquí?
Sabía que debía de mantener la calma cuando se trataba de él, así que sólo lo miró y le regaló una sonrisa.
—Vine a verte.
Pablo lo seguía viendo molesto, como si su presencia lo incomodara-lo cuál podría ser verdad-, lo vió arrugar la nariz.
—Pero yo no quiero visitas, ¿y Aurora? ¿Por qué te dejó pasar?
—Ella salió y me dijo que te cuidara.
—Puedo llamar a alguien más para que venga a verme, no quiero que estés aquí —habló seco.
Pedri no entendía el comportamiento del sevillano, era como estar viendo a un desconocido.
—No dejaré que llames a alguien, le dije a Aurora que yo te cuidaría y-
—Pero yo no quiero verte, no quiero que estés aquí, no quiero que me cuides, te quiero lejos de mí.
Esas palabras le dolieron, en especial por la forma en que las dijo, su mirada fría, su tono seco y el enojo en su rostro.
—¿Qué te pasa? ¿Por qué estás actuando de esa forma?
Pablo lo miraba, por dentro se estaba odiando por tratar de esa forma a Pedro, pero otra parte de él le decía que estaba bien lo que estaba haciendo, que debía de mantener al canario lejos de él.
—No quiero que sigas teniendo esos sentimientos hacia mí, porque yo no puedo gustarte y no quiero que estés cerca de mí, no quiero que te sigas confundiendo.
Podía soportar muchas cosas, pero escucharlo decir con asco la frase "yo no puedo gustarte" y "te sigas confundiendo" le hizo enojar, quería llevar las cosas en paz, pero Pablo no se lo estaba haciendo fácil.
—¿Piensas que estoy confundido? —lo miró enojado, Pablo se arrepintió de haber dicho eso— No lo estoy Gavi, me gustas, estoy seguro de ello.
—Pedri.
El mencionado negó con la cabeza.
—Sí quieres que me aleje de ti, lo haré, pero por esta noche tendrás que soportarme porque no pienso fallar a la palabra que le dí a Aurora —con eso salió de la habitación del sevillano, cerrando con un poco más de fuerza la puerta.
Pablo sintió un dolor en su pecho, quería llorar, cerró sus ojos y se repitió a si mismo que no valía la pena, que lo que estaba haciendo era lo correcto, no podía dejar que Pedro siguiera sintiendo eso por él, y aunque sabía que Pedro no lo entendía, en el futuro se lo agradecería, porque para Pablo su actitud era una ayuda para el canario.
•••••••
Llamaba una y otra vez, pero ella no le contestaba, estaba cansado, le dolía la cabeza, ya quería irse a casa.
—¿Qué sucede? ¿Le pasó algo a Pablo? —preguntó.
Pedro suspiró al fin había contestado.
—No le ha pasado nada, pero quería saber si ya vas a venir.
Escuchó un poco de ruido y voces.
—Lo siento Pedri, pero me quedaré en casa de mi novio, y mis padres tampoco volverán a casa.
El canario se pasó una mano por su cabello, no quería pasar la noche en la casa de los Paez.
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Una navidad junto a ti (Gadri)
FanfictionSolo quiero estar a tu lado, no me alejes por favor.