Queria protegerte

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—Ya me quiero ir —dijo por quinta vez y Pedri lo sabía porque las había contado—, mis padres y mi hermana deben de estar preocupados.

—Fermín ya les habló —intentó tranquilizarlo—, pero aún no puedes irte, el doctor dijo que te tendrías que quedar unos días.

El menor bufó molesto, no quería seguir en ese lugar, odiaba los hospitales.

—Al menos deberían decirme que es lo qué tengo ¿no lo crees? —Pedri lo miró no sabía si decirle o no— Por favor sácame de aquí.

—Sí, si —Ferrán entró a la habitación con Fer detrás de él—. Mi revoltoso favorito ¿cómo estás campeón? —miró a Pedri— Y hola a ti también.

Este rodó los ojos y desvió su mirada a su hermano quién le regaló una sonrisa.

—Me alegra que ya estés mejor Gavi.

Pedri se puso de pie y salió de la habitación, tenía que hablar con el médico, no podía creer que estos aún no hayan hablado con Pablo.

—¿A dónde vas? —preguntó Fermín.

—A hablar con el médico —João se puso de pie.

—¿Le pasó algo a Gavi? —el canario negó, no tenía ganas de explicar lo que estaba pasando.

—No, solo necesito hablar con el doctor.

Fermín lo tomó del brazo impidiendo que siguiera caminando, Pedri apretó la mandíbula.

—Es no es verdad, ¿qué está pasando Pedri?

—Pablo quiere irse ya del hospital, quiero hablar con el médico sobre eso.

No era mentira, Pablo ya no soportaba seguir en esa camilla, quería estar en su cama y en su habitación.

—Esta bien, si supieras algo sobre la salud de Pablo nos lo dirias, ¿verdad? —preguntó Fermín soltandolo, el canario asintió.

João puso una mano en el hombro de Fermín y lo llevó de nuevo a sentarse, Pedri los miró se sentía mal por no decirles la verdad, pero es que tampoco sabía como decirle, respiró un poco y siguió su camino hacia el despacho del médico, odiaba dejar solo a Pablo con los demás, pero a veces tenía que hacerlo, además él no estaría siempre a su lado.

Iba a tocar la puerta cuando esta fue abierta, Aurora salió con la mirada triste y sus padres salieron detrás de ella, claramente la familia Páez estaban pasando un mal momento.

—Ya lo sabes ¿verdad? —Pedri asintió a Aurora— Le tenemos que decir.

—¿Aún no le dices? —preguntó Gema, la madre de Gavi.

—No he tenido el valor de hacerlo, pero si su decisión es decirle no tengo nada que objetar, ustedes son su familia —dijo Pedri un poco apagado.

El padre de Gavi miró a Pedri, sabía lo unido que era su hijo con ese chico y le agradaba la amistad que tenían, la forma en como uno se preocupaba por el otro era difícil de explicar o como su hijo siempre estaba feliz al lado del canario, eran buenos amigos.

—Tenemos que hacerlo Pedri, es mejor decirle ahorita de esa forma nos ahorramos una discusión futura —habló poniendo una mano en el hombro del chico, Pedri asintió.

—Bien, entonces hay que ir a decirle.

No sabía cómo reaccionaría Pablo, sólo esperaba que esta vez no se volviera a derrumbar porque ahora hasta él sentía que se derrumbaria junto a Pablo.

*****

La habitación estaba impregnada de un olor a desinfectante y nervios. Pablo, al ver los rostros preocupadas de sus padres y la mirada triste de su hermana le entró una ansiedad por saber que es lo qué pasaba.

Una navidad junto a ti (Gadri)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora