FELIZ CUMPLEAÑOS

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El tiempo continúo pasando y no había señales de Ethan

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El tiempo continúo pasando y no había señales de Ethan.

—Solo verifícalo una vez, Eugene.—pidió Jeannette en voz audible y él exhaló fuerte, con la Incertidumbre bailándole en los ojos.—Hazlo por ella.—ambos me observaron.

—De acuerdo, de acuerdo. Lo haré, pero nadie fuera de esta habitación puede enterarse o Ethan me despedirá.—expuso sacando su teléfono y comenzó a teclear con velocidad.

Yo los miraba sin entender lo que hacían.

—Todos los autos de Ethan poseen un GPS instalando ... y también una cámara, todo en tiempo real.—explicó Jeannette.

—¿Quiere decir que podremos saber donde está y que hace justo ahora?—inquirí levantándome para acercarme a Eugene.

—Exacto, pero repito; nadie puede enterarse de que hice esto ¿De acuerdo?—recalcó observándonos a ambas a lo cuál nosotras asentimos.

—¡Hazlo ya!—instó Jeannette.

Él exhaló fuerte y presionó en lo que parecía ser una aplicación. Colocó una contraseña que ni pude memorizar porque sus dedos volaron.

En la pantalla se abrió una cámara que transmitía dentro del auto... mi corazón cayó desplomado cuando vi a una rubia dándole sexo oral a Ethan...

—¡Oh por Dios!—chilló Jeannette cubriendo su boca con ambas manos.

Eugene se ahogó con saliva y cerró la aplicación avergonzado.

Caí sentada en el sofá, con el alma hecha trizas... lágrimas amargas bajaban como un río de mis ojos.

Ethan estaba con otra mujer.

Mi pecho se cerró evitando el pasó del aire...

Un sentimiento de desolación me abrazó y sentí tanto frío que me abracé.

—Lo lamento, April.—se disculpó Eugene.

—Eso tiene que ser un error, él... ¡Él te ama!—intentó excusarlo Jeannette.

Pero nada de lo que decían importaba, solo él dolor de la traición más sucia y vil que me quemaba...

De pronto la puerta se abrió y allí estaba él... Ethan.

¿Pero cómo?

¿Él no estaba...

—¿Está todo bien?—inquirió al ver nuestras caras de impresión.—¿April te sientes bien?

Lo miraba incrédula. Recordé que nunca vi la cara del hombre del video pero si alcance a ver que tenía unos jeans, miré a Ethan que iba en pantalón cargo caqui y camisa blanca.

—Está bien, sólo que las nauseas la atacan de pronto.—rompió de pronto Jeannette con la tensión.

Ethan se acercó a mi y me tomó de las mejillas.

TERCER ENCUENTRODonde viven las historias. Descúbrelo ahora