Esas vacaciones, aunque no nos visitamos ni un solo día, nos vimos a escondidas. No sé cómo se libraba de su padre, pero lo lograba.
—¿Su relación no cambió luego de que le confesaras tus sentimientos?—me preguntó el hombre sin cuello
—No. Siguió siendo exactamente a como solía ser antes de que me fuese de vuelta donde mamá. Lo único que había cambiado era, que ahora Alex conocía mi corazón. Yo supongo que desde hace mucho tiempo atrás ella ya lo debió haber sabido, pero ya sabes como son las mujeres, hasta que no les dices las palabras tal cual, no se creen nada. Para ese entonces, ella también me veía diferente, pero ya sabes cómo son los hombres también, no entendemos nada y además ¿Qué podía hacer yo al respecto? Ya de por sí ocultarnos para compartir pequeños momentos de charlas era una odisea. El que alguien nos viera siquiera tomados de la mano provocaría otra guerra mundial. Si los sentimientos seguían siendo los mismos en el futuro, cuando pudiese defenderme ante el señor Bloom, tenía claro en que no me interesaría más que el saber que ella me quería para así enfrentarme a todos y todo, solo por su amor.
—Se están acabando los días libres, Alex...—me dijo ella una tarde mientras caminábamos en un parque lejos de donde vivíamos. Asentí mirando las hojas que estaban esparcidas por la acera—¿Tendrás una nueva mejor amiga?
—¿Y tú? ¿Tendrás un nuevo mejor amigo?—dije alzando las cejas y mirándola fijamente
—Tendré dos—rio—No, pero en serio Alex, ¿me extrañarás? ¿no hay una manera en la que podamos ir a un mismo colegio?
—¿Conoces los mundos paralelos?—me golpeó en el hombro
—¡Hablo en serio!
—Yo también... la única posibilidad es que tú vayas al mismo que yo iré porque no hay manera de que vaya al mismo que tú...
—¿Y si...?
—Detente. Estaremos cinco días a la semana con otras personas, no es como si nos fuésemos a vivir a otro país— no quería que comenzara a ponerse triste proponiendo planes que no podríamos llevar a cabo
—¿Te enoja que quiera estar contigo?
—¡Jamás! No estoy enojado, es solo que no quiero que pienses tanto en eso... Buscaremos el cómo vernos cada que podamos—le revolví un poco el cabello y ella frunció el ceño
—¿Sabes el trabajo que me lleva amarrar esta melena con la coleta? Es extremadamente difícil lograr que no salte ni un solo pelito y mira lo que haces...
—¿Perdón?
—Perdonado.
A una semana de empezar la nueva etapa de mi vida, me sentía algo decaído, ya que ni siquiera habían comenzado las clases y nosotros cada vez nos veíamos menos. Pasaba más tiempo llenando nuevos diarios que con ella.
—Ya es tiempo de prepararnos con tus cosas Alex.
—¿Qué cosas tía?—le pregunté mientras ella acomodaba unas bolsas en la mesa. Acababa de llegar del trabajo
—Las cosas que necesitas para el colegio.
—Ah...
—¿No te hace ilusión?
—Es lo mismo y probablemente siga viendo los mismos rostros, bueno, salvo el de...
—¿Alex? ¿Por qué dices que no le verás?
—Basta tía, sabes del tema desde hace mucho—volví el cojín del sofá a su lugar y me dispuse a irme a mi cuarto, pero antes de terminar de ponerme de pie la tía me detuvo
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Lágrimas del destino.
Roman d'amourAlex y Alex. Dos mundos diferente que se relacionan por obra del destino pero, el mismo, se encarga de que todo su camino sea amargo.