Bienaventurados los...

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<<Tengo que hacer algo, pero,
¿Qué?>>
Se Repetía Harry, esa mañana lluviosa de lunes, mientras sentado al borde de su cama, rozando con su blanquecino rostro las finas cortinas carmesí con el estampado de Gryffindor, se encontraba ensimismado en la platica que había tenido con Hermione.

— Buenos días — Expreso Ron al verlo perdido en sus pensamientos
— Buenos días — Respondió Harry con una débil sonrisa, volviendo en cuestión de segundos a una cara seria, que se volvió un entrecejo fruncido al ver a Dean colocándose sutilmente un perfume de fragancia Muggle que, odiaba admitir olía tan bien como un campo de gardenias.

<<Tengo que hacer algo>> Seguía repitiendose cuando caminaba con Ron rumbo al gran comedor, encontrándose con algunos chicos de Slytherin que reían tras ellos. El primer partido de la temporada se acercaba y en la escuela se empezaba a respirar el ambiente tenso de ese tipo de momentos.

— Buenos días — Dijo Hermione al ver a sus mejores amigos sentarse a su par
Ron se dispuso a comer y Harry saco su libro de pociones avanzadas y empezó a ojearlo, al tiempo que Dean, de nueva cuenta entraba junto a Ginny al gran comedor, como lo habían hecho las últimas semanas. Los rumores en la escuela, llevados por las gemelas Patil, Romilda y Lavender, sugerían que se podía estar cocinando a fuego lento una nueva relación.
— Specialis revelio — Pronunció Hermione en un desliz, golpeando su varita contra la tapa del el libro de pociones de Harry qué se quedó viejo e inmóvil en sus manos
— ¿Terminaste? ¿O esperamos que se ponga a dar vueltas en el aire? — Comentó el pelinegro molesto
— Averiguare quien es ese tal Príncipe — mencionó decidida
— Té deseo suerte
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— ¿De verdad estaba tan bueno el postre del 'club de las eminencias'? — Preguntaba Ron vacilante cuando los dos se encontraban recorriendo la parte norte del castillo, en busca de la paz qué solo podía dar la torre de astronomía
— No lo sé Ron, para ser honestos Belby se comió casi todo — Dijo el chico indiferente.

Llegaron hasta el séptimo piso y se encontraron con una extraña niña de Slytherin, parecía de segundo año; sostenía un frasco de huevos de rana y mantenia la cabeza gacha, al ver a los chicos, pareció asustarse, dejando caer el frasco que se rompió en pedazos al impactar contra el suelo

— Lo siento mucho — Expresó Ron, y haciendo gala de su insignia de prefecto mencionó — Reparo — haciendo que el frasco y el contenido volviera a las manos de la niña en su totalidad y sin ningún rasguño. La extraña muchachita solo movió la cabeza de forma curiosa, intentando hacer un gesto de agradecimiento y salió rápidamente del pasillo del séptimo piso
— Té lo digo, cada día son más pequeñas — Soltó Ron viéndola desparecer por las escaleras
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El miércoles, entre ratos de un timido sol, y otros ratos de nubarrones, Harry veía volar a su equipo, el entrenamiento había ido bien, Ron se mostraba seguro, aunque quizá tenía que ver que aquella tarde no habían tantos alumnos en la grada, Ginny como siempre, lo hacía espectacular y Demelza era una grata sorpresa, había llenado el enorme hueco que había dejado Angelina, sin ningún tipo de problema. Sus golpeadores también lo hicieron bien, los dos se complementaban a la perfección.

Aunque la noticia aconteció en la cena, cuando el gran comedor mostraba en su techo una constelación con un montón de estrellas tintineantes de fondo.
—Harry, oímos que Draco no jugará— Avisaba Seamus al de cabello azabache — Lo sustituira Harper, ese chico que está sentado junto a Zabini.
Harry giro la cabeza hacia la mesa de Slytherin y pudo ver a un chico flacucho y moreno que bebía de su copa, al percatarse que el pelinegro lo veía, formó con sus labios la frase "te destruiré" con mímica.
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— ¿Harper? Es un idiota. Podrás con el Harry — Decía Ginny el viernes, cuando Harry le aviso que Draco no jugaría, durante el último entrenamiento del equipo. Harry sonrío ante las palabras de la bruja de sus sueños, aunque aquel sentimiento se vio interrumpido cuando, al terminar el entrenamiento Dean la esperaba con un ramo de narcisos graznadores. Harry pensó que si acaso Dean se atrevía a ser mas tierno con Ginny, lo convertiría en jalea de fresa o lo tiraría por la ventana de la torre de Gryffindor.
<<Tengo que hacer algo pero, ¿Qué? >>

Harry Potter y el misterio del príncipe Mestizo 2.0Donde viven las historias. Descúbrelo ahora