Lios y vagones.

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Harry entro con los tres chicos a un compartimiento vacío. Ginny quién llevaba a Arnold en el hombro se apresuró a sentarse junto al pelinegro cuando su hermano se disponía a tomar el lugar. Ron extrañado se vio "forzado" a sentarse junto a Hermione, que, como no, leía el 'profeta', aunque su expresión era intranquila, aquellos días solo se informaba de sucesos terribles, atentados, masacres y desapariciones orquestadas por mortifagos.

Después de unos minutos alguien tocó la ventana del compartimiento donde estaban aquellos adolescentes. Se trataba de una chica de mirada soñadora, piel blanquecina casi fantasmal y un cabello rubio tan claro que daba la impresión de estar decolorido.
— ¡Luna! — Mencionó Ginny emocionada haciendo que los demás voltearan hacia la puerta corrediza
— Hola Chicos, ¿Quisquilloso?
— Por favor — Respondió Ginny que sacó algunos Knuts de la bolsa de su chaqueta.
— ¿Como estas Luna? — Preguntó Hermione
— Estoy bien gracias — Respondió la rubia con una sonrisa amable en su rostro

— ¿Qué traes ahí? — Preguntó Ron divertido al notar que, en el pecho de la chica, colgaban unas gafas peculiares, rosadas y con protuberancias saliendo de los lados de los marcos que sostenían las lentes entintadas de un azul en el lado izquierdo y rojo en el derecho.
— Oh, son espectrogafas — Explicó la rubia abriendo los ojos de par en par — Sirven para observar a los Torposoplos

— ¿Torpo-qué? — Preguntó Hermione
— Torposoplos, son pequeñas criaturas invisibles que revolotean en las cabezas de las personas haciendo que no piensen con claridad al emitir suaves zumbidos
— Luna, he leído libros sobre criaturas mágicas y en ninguno aparece el "Torpesoplo" — Comentó la castaña un tanto burlona.
Hermione era tan inteligente y analítica, que no soportaba las invenciones ni los razonamientos subjetivos. Su personalidad era todo lo contrario a la soñadora, creativa y relajada Luna Lovegood.

— Quizá hay cosas que no vienen en los libros, de hecho...
La chica levantó las gafas y se las puso. En conjunto con su chaqueta rosa, le daban una apariencia peculiar y extraña — Hay muchos de ellos ahora en tú cabeza — Comentó la Rubia haciendo que la castaña frenará las ganas de levantar los brazos aún cuando empezaba a escuchar algo parecido a zumbidos en sus oídos.

— Adiós chicos, los veo después — Comentó la Rubia dejando a los cuatro muchachos con diferentes apreciaciones. Hermione creía que era buena chica, pero le irritaba su manera de ser, Ron la veía como una fuente de burlas, Ginny la consideraba interesante y una gran amiga y Harry le tenía mucho aprecio, pues había sido uno de los soportes que había tenido el año pasado, cuando nadie en el castillo que no fueran sus mejores amigos y Ginny, le creía que Voldemort había vuelto, aparte había destacado en el E.D y por si fuera poco, había peleado con valentina en la batalla del departamento de misterios.

— Qué extraña es, ¿no? — Dijo Ron
— No es extraña Ron, es diferente — respondió Harry haciendo que Ginny le dedicara un hermoso gesto de agredecimiento, en forma de una leve sonrisa
— Como sea — Respondió el pelirrojo acomodándose en el sillón del compartimiento, para dormir antes de salir y reunirse con los prefectos en su vagón.
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Después de una hora, la señora que pasaba con el carrito de dulces se aproximo hasta el vagón de los chicos, Ron que advirtio entre sueños el sonido de las ruedas del carrito, desperto de golpe y rápidamente compro todo lo que pudo, desde varitas de regaliz a ranas de chocolate que compartió con sus amigos y hermana.

Cuando fue tiempo de tomar sus puestos de prefectos para vigilar los pasillos del Expreso de Hogwarts, Hermione y Ron partieron, dejando a Crookshanks que miraba acechadoramente la ventana y Pigwidgeon que se mostraba ansiosa en su jaula, al lado de Hedwig en el espacio de arriba de la pequeña habitación.
Ginny y Harry se quedaron solos, callados y nerviosos, de aquel beso habían pasado un par de meses, y se mantenían a la expectativa de descubrir en qué posición estaban.

Harry Potter y el misterio del príncipe Mestizo 2.0Donde viven las historias. Descúbrelo ahora