Plan elfico.

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Si acaso el hecho de no tener a Ron como Guardián para el partido contra Hufflepuff era malo, Harry descubrió después de el último entrenamiento antes del gran día, que Cormac Mclaggen, su remplazo, se esforzaba por hacer la situación peor. Cormac se canso de gritarle a todo el mundo. Muchas veces salía de los aros para darle consejos de mala gana a Jimmy Peakes sobre como golpear una Bludger, también se atrevió a cuestionar la técnica de vuelo de Demelza, la puntería de Ginny y hasta la barba de Hagrid cada que se paseaba tímidamente por el campo.

Tímidos nubarrones cargados y espesos se divisaron la mañana del partido, cuando los vitoreos y el deber despertaron a Harry. Rápidamente se armo de su equipo de Quiddicht y se ajusto las gafas. Salió rápidamente de la sala común, justo cuando Lavender, venía decidida y necesitada a su encuentro. Los días posteriores al accidente de Ron, la chica le había matado a preguntas sobre el hecho, era tanta su insistencia, que Harry decidió que lo mejor sería evadirla, esquivarla como una bludger mortalmente molesta y posesiva.

Recorrió el tramo hasta el retrato con la suerte de que ni Lavender, ni Cormac que parecía se aventuraba a su encuentro lo siguieron. Salió por el retrato directamente hasta la enfermería. Recorría los pasillos solitarios, seguramente más de la mitad de los alumnos se encontraban en el gran comedor, degustando los alimentos para después ir con más ánimo y expectativa a ver el encuentro.

Cuando se aproximaba al baño de prefectos, a unas cuantas escaleras más de las 142 que hay Hogwarts, sintió la necesidad de voltear de prisa. Y ahí, al final de un pasillo venía caminando la figura alta y pálida de un chico rubio con el ego carreandole su andar. Malfoy circunspecto, lo no habitual en el, contrarrestado enormemente con su pavonear orgulloso de mandíbula, caminaba entre dos chicas de cuarto año de Slytherin que le hacían compañía.

Al verlo directamente y el chico de Slytherin devolverle la mirada, este último le hizo un gesto grosero y lo miro por encima del hombro como tantas veces lo había hecho en los últimos años. Pero esta vez la mirada no era lo confiada que debería. Era una mirada débil, como la de un chico perdido y desolado. De su lado y al ver las dos chicas a Harry, trataron de ocultar sus rostros entre los hombros del muchacho que iba en medio guiandolas. 

Cuando por el ángulo y la perspectiva, Harry lo perdió de vista, sintió la necesidad de seguirlo, hasta que vio en sus manos los guantes acolchados remarcados con los colores de Gryffindor y resolvió, con toda la mala gana del mundo, seguir su camino.

El pelinegro llego hasta la enfermería, donde ya, como todas las mañanas, estaba Hermione, haciéndole compañía a Ron, que aún le faltaban fuerzas y dormitaba a menudo. A su lado, también estaba Ginny, radiante como en sus mejores sueños. La pelirroja, ya vestida con su uniforme. Cuando vio llegar a su chico, se arqueo y arreglo su largo y cobrizo cabello lacio por detrás de las orejas, sin que quedará un pelo sobre su rostro.

—¿Como esta? — Preguntó Harry a Hermione que veía de reojo el rostro del pelirrojo cada tanto
—Sigue dormido
—Pero... al menos ha balbuceado algunas cosas — Apuro Ginny conteniendo la risa.
Harry se sersioro de que no hubiese nadie cerca y entonces dijo en un susurro —Acabo de ver a Malfoy, se veía raro y no daba la sensación de que fuese a ver el partido...
—Harry...
—Escucha Hermione — Interrumpió el muchacho antes que su mejor amiga desestimara sus sospechas —¿No crees que es extraño? ¿No jugo el primer partido y ahora no va ni siquiera a ver este? Camina por las noches por el castillo, lo he visto, ¿No te parece extraño?

Pero antes que su brillante mejor amiga pudiera responder, unos pasos apresurados se escucharon. Lavender Brown había aparecido en el umbral de la enfermería, al verla, Harry se cambió de lado para quedar junto a Ginny, pues la rubia de rizos, venía con mala cara, centrando toda su atención en Hermione que trataba de ignorarla
—¿Qué hace esta aquí? — Pregunto Lavender con descaro
—Lo mismo te pondría preguntar yo a ti — Contraatacó Hermione emulando en su voz el nivel de desprecio de Lavender
—¿Se te olvida que soy su novia?
—¿Y a ti se te olvida que soy su... amiga?

Harry Potter y el misterio del príncipe Mestizo 2.0Donde viven las historias. Descúbrelo ahora