Feliz navidad.

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Ahí, tratando de reaccionar ante lo ocurrido, con su novia y mejor amigo mirándolo sin decir una palabra, Harry decidió darse la vuelta y justo en la esquina donde se encontraba el muerdago que se balanceaba al pie de las escaleras, vio la sombra que proyectaba un hombre, en la silueta de su cabeza se podía observar una mata de cabello que le caía por todos lados y formaban en su encarrujamiento, la melena de un León.

El chico con todas las dudas que podían caber en su cuerpo, se giro y lo recibió una sonrisa de oreja a oreja. Ya había visto esa cara en 'el profeta'. Lo anunciaban como el líder necesario de aquellos momentos de incertidumbre. Frío, calculador, metódico y justo. Y ahí estaba el gran líder, parado en el umbral de aquella acogedora casa, sosteniendo el bastón qué subsanaba su caminar cojeante, regalandole una sonrisa agradable y brindandole la palma de su mano.

El chico la tomó vacilante y mostró en su rostro una sonrisa débil qué dejaba entrever su inseguridad latente.
-Harry Potter, es un gusto conocerte al fin. - Manifestó el ministro de magia, Rufus Scrimgeour -He oído tantas historias Harry, tantas y tantas y, por lo que me han contado, eres merecedor de ellas, tu valentía hasta el día de hoy es incuestionable muchacho. Sin duda tienes todas las aptitudes necesarias para ostentar un importante cargo en el ministerio si así lo deseas en el futuro.

-Gracias señor, yo...
Aquella incomoda interacción la interrumpieron los Weasley. Molly venía casi colgada de Percy, no lo pudo soltar ni un instante, su padre también estaba feliz, aunque sus otros hermanos lo miraban aún con resentimiento y Harry tenia la sensación de que los gemelos eran los menos entusiastas con la llegada de su hermano. Lo veían raro, era como si no se terminaran de tragar qué aquello era solo una visita de cortesía.

-¡Oh, Percy! ¡Qué alegría que estés aquí cariño, te extrañe tanto! - expreso Molly qué no paraba de sollozar
-También los extrañe madre - Respondió Percy, aunque no asomaba en sus comisuras ni siquiera un atisbo de sonrisa. Estaba quieto, dejándose querer por su madre, solo viendo en derredor como si hubiese entrado a un lugar desconocido, con gente que nunca jamás había visto.
-¿Y por qué llegaste? - Preguntó George bruscamente.

Antes que Percy pudiese decir algo, el ministro Scrimgeour se le adelanto -Espero nos perdonen esta irrupción tan grosera, pero pasábamos por aquí, por algunos asuntos para el ministerio y Percy insistió en tomar un pequeño desvío para saludar a su familia.
Algo en toda esa extraña parafernalia olía muy mal. No se sentía un momento orgánico, aquello parecía tan fortuito como el canto de un soprano en la opera. Pero Molly por supuesto, al oír aquello con oídos sordos y ojos de amor, abrazo al quinto Weasley más fuerte, llorando en su hombro.
-¡Llegaste junto a tiempo! Harry nos acababa de contar algo muy importante

-Oh, antes de irnos - exclamó Scrimgeour como el que no quiere la cosa -Me gustaría hablar algo con Harry, si me permiten...
Harry se tenso, así como también el resto de los hermanos, hasta a Arthur se le hacía raro aquello. Pero viendo que Molly estaba tan encantada en tener a Percy ahí y no quería romper el encanto, el pelinegro asintió levemente y siguió al ministro hacia afuera mientras escuchaba a la señora Weasley decir
-¡Muy bien Ginny, entonces te toca a a ti contarlo!

Sintiéndolo por la pelirroja, siguió al hombre hasta el jardín trasero. La niebla hacia todo más difícil de ver. Scrimgeour se detuvo hasta una cerca y entonces, inhibido en su capa contra el frío y haciendo gala de su ardiente personalidad comentó
-Parece que los Weasley te aprecian mucho Harry. Son muy buena gente, estoy seguro que ninguno de ellos quisiera que te pasara nada...
-¿A qué se refiere señor?

-A nada muchacho, es solo que es fascinante como toda la gente te cuida, como todo el mundo cree en ti, hasta el mago más poderoso de los últimos cien años lo hace... - Harry miraba a Scrimgeour fijamente y sin expresión alguna -Dumbledore cree mucho en ti y te protege. Eso hace que gran parte de la gente que lo respeta te llamen el elegido, la única esperanza, el gran héroe. Yo considero que lo eres claro está, ¿Quién más se ha enfrentado a quien tu sabes tantas veces como tú y ha salido vivo? - Las palabras pasivo- agresivas del ministro hicieron comprender a Harry el porque estaba ahí, el porqué había utilizado la necesidad de la señora Weasley por ver y abrazar a su hijo. Sin duda era listo, sabía enredar con su labia a los más ingenuos y poseía la templanza de un cubo de hielo.

Harry Potter y el misterio del príncipe Mestizo 2.0Donde viven las historias. Descúbrelo ahora