El segundo recuerdo.

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Fue como si se partiera algo, una rutina que venía siendo la constante durante los últimos seis años. Es cierto que en su tercer año, tanto Ron como Hermione habían tenido desencuentros por Crookshanks. Ron creía que el gato mitad Nkeazle de Hermione quería comerse a la mascota de su familia, una rata vieja, gorda y sin un dedo, llamada Scabbers. Claro que todo eso se olvido en cuanto supo que aquella rata no era una rata del todo, sino más bien Peter Pettigrew, un hombre sucio, patético y con un honor tan cuestionable que resultaba asqueroso solo mirarlo.

También había sucedido un momento de tensión en su, extraña relación, durante el torneo de los tres magos, cuando Ron, se sintió notablemente molesto de la cercanía que mantenía Hermione con el mejor buscador del mundo, Viktor Krum, siendo esta inclusive, su pareja de baile en la fiesta de navidad del torneo. Y un año antes, cuando Ron paso días sin hablarle a la castaña al, Ginny haberle sugerido que tal vez la razón por la que Hermione estuviese tan misteriosa, los días previos a la entrevista de Harry con Rita Skeeter en las tres escobas donde con pelos y señales contó la verdad de lo ocurrido con el regreso de Voldemort; era que se mandaba cartas con el jugador de Quiddicht Búlgaro.

<<Pero esto no era como aquellas veces>>, frase que podría aplicar en casi todo el contexto actual. La situación parecía incorregible. Los dos no sólo no se hablaban, sino que tampoco se miraban. Aquella semana Harry tuvo que turnarse para estar con cada uno de ellos en diferentes lugares, incluso Ginny y Luna, habían acompañado a Hermione todas las noches en la biblioteca, cuando se quedaba sola entre libros y mal de amores.
Harry se alegro de aquel apoyo que su novia le daba con la castaña, sin embargo, no era agradable pasar el día con Ron y Lavender. Harry pensaba que Lavender era melosa al extremo y, parecía tener una ventosa en los labios cada vez que besaba a Ron.

Se preguntó si así se veía con Ginny, aunque a juzgar por la cara de todos los presentes cuando Ron y Lavender iniciaban una secuencia de besos, no debía ser el único que pensaba que era demasiado. En una ocasión cuando, Lavender y Ron salieron de la sala común y Hermione estaba muy ocupada leyendo y maldiciendo entre dientes sobre su ejemplar de 'enfrentarse a lo indefendible' (libro de la materia en la cual, se había vuelto muy buena al dominar los hechizos sin hablar); Ginny le había contado a Harry que su mejor amiga estaba tan dolida que temía qué hiciese un estupidez por despecho

—¡Prométeme que hablaras con ella!— le rogó la pelirroja a su novio
—Lo haré — Recito suavemente Harry, con la seguridad de que no serviría de nada. Aunque aquella promesa, había resultado en un beso dulce que Ginny había depositado en sus labios avidos de aquel labial tan voluptuoso.

Aquel día después de transformaciones, Harry observo que Hermione salía tan rápido del salón como una centella
—Harry, ¿quieres ir jugar Snap explosivo?
Justo cuando Harry se disponía a responderle, la figura de una chica de rizos rubios salto a la espalda de su mejor amigo como una pantera, llenando de besos todo su cogote.
— ¡Hola mi Ron-Ron!— mencionó enternecida y, como si la cursileria fuese la excusa perfecta para abandonar todos los planes con su mejor amigo, salió rápidamente de ahí, mientras Ron lidiaba con Lavender.

Recorrió todo el patio de transformaciones hasta llegar al vestíbulo. Conocía perfectamente a Hermione para intuir en donde se hallaba y, entro a la biblioteca. Después de buscar en varios cubículos, uno de ellos con Zacharias Smith, quien le regalo una mirada profunda de rencor, siendo visibles en su rostro aún, las cicatrices de lo que había ocasionado el tornado 'Ginny Weasley' en el primer partido de Quiddicht, por fin encontró a Hermione, sentada con un pergamino y cuatro libros abiertos al mismo tiempo que detallaban diferentes símbolos numéricos representados por animales mágicos.

— Hermione— Llamo Harry
—Ah, hola Harry — Respondió su mejor amiga sin desviar la vista de su pergamino
—¿Estas bien?
— ¡Estoy brillante!— Mencionó, aunque el tono con el que hablaba era lo suficientemente eufórico para intuir que no era así.
—Supongo que estas emocionada por la fiesta de Slughorn, ¿verdad?

Harry Potter y el misterio del príncipe Mestizo 2.0Donde viven las historias. Descúbrelo ahora