Vueltas y pormenores.

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Después de aquel beso bajo el muerdago, la discusión con Lupin y la complacidad con el señor Weasley, Harry despertó en una navidad glacial, con la sensación más extraña de su vida. Las cosas salían bien y mal en igual proporción. A esas alturas era lo más obvio, pero no sabía cómo sentirse, estaba preocupado, molesto y atolondrado.

La preocupación era, porque no hacía ni tres días que había escuchado de boca de Snape, un miembro de la orden del Fénix, el único grupo de magos capaz de pelear contra Voldemort, había pronunciado "el juramento inquebrantable", mientras sostenía una especie de disputa paternal con el hijo de un mortífago confesó. A Draco lo había visto muchas veces, con ayuda del mapa del merodeador, deambular solo por los pasillos de Hogwarts a altas horas de la noche, y tenía la seguridad de que Malfoy no era ningún sonámbulo. Sabía que tramaba algo, pero, ¿Qué? ¿Y donde entraba Snape en todo plan?
¿Acaso ayudarlo era una orden de Dumbledore como Lupin había objetedo?...

—¡Feliz navidad Harry! — Aventuró Ron, risueño —Vaya que hace frío, ¿quieres ir a ver los regalos?

Los dos bajaron hasta el árbol de navidad, aunque al llegar a la sala donde se hallaba, se encontraron con una escena curiosa. Los gemelos perseguían a un pequeño Gnomo de Jardín qué se había colado a la casa. El ser se escabullia por los muebles burlándose de la ventaja física que tenia al huir, por el hecho de medir veinte centímetros. Aunque al llegar a pie de las escaleras donde estaba Harry, hecho a correr en contra dirección profiriendo un gritito agudo apenas perceptible.

Se había encontrado con una criatura esponjosa que venía rebotando las escaleras con su larga lengua haciendo eses. Arnold había asustado al pequeño ser y ese había sido su perdición. Pues los gemelos lo habían atrapado, petrificado y puesto un tutú diminuto de color rosa.
—Ya tenemos ángel — Exclamó George
—El más feo que hayan visto, pero algo es algo — Aseguro Fred a los dos adolescentes que se partían de risa.

Detrás de Arnold, venía la causa del atolondramiento del pelinegro, Ginny Weasley. Hacía dos noches les había confesado a todos en la madriguera, que estaban saliendo y, sorprendentemente para el, todos lo aceptaron de buena gana.
—Hola — Dijo Ginny un tanto nerviosa
—Hola — Respondió Harry igual de nervioso, y con sonrisa tonta.

—Ron, sal de ahí — Llamo Fred a su sexto hermano
—Si, no hagas mal tercio — Siguió George divertido
—Es más, ¿Por qué no los dejamos solos? — Sugirió Fred con una sonrisa coqueta dirigida hacia Harry
—¡No digan tonterías! — Soltó Ron molesto —Además íbamos a abrir los regalos

—¿Estos? — Se acercó George juguetón al árbol de navidad —No veo el de Granger para ti por ningún lado Ronnie, ¿Qué le habrás hecho?
—Yo, yo, no le hice nada — Dijo Ron titubeante
—Oh mira Georgie, de Harry para Ginny — Comentó Fred sosteniendo una caja envuelta por papel rojo y un listo verde. Ginny estaba igual de roja qué el papel de regalo y volteo a ver a Harry que la miraba complacido. Los  ojos azules de la pelirroja parecieron cristalizarse, aunque no se atrevió a llorar frente a sus hermanos.
—Ábrelo Ginny — le Sugirió George divertido

—Pero siempre abrimos los regalos con mamá presente — Comentó la hermosa bruja, sosteniendo con delicadeza el regalo de su novio.
—Salió en la mañana — Revelo Fred —Fue con Charlie a ver a Percy — hizo una mueca de desagrado y después siguió — para darle su regalo, no debe tardar.
—Anda Ginny, ábrelo — Insistió George.

Ginny se decidió y empezó a desatar el moño verde con cuidado, parecía no querer romper nada de aquella caja. Al librar el regalo del papel, se encontró con la caja, ponía en letras doradas "Harapos Finos y moda para magos". Ginny abrió la caja y en su interior, nueva, impoluta y hermosa, se hallaba una bufanda. Era verde oscura con finos acabados amarillos y en su costura limpia se podía leer "Holyhead". Adornando el cuerpo de aquella prenda, se hallaba una garra dorada tratando de capturar una snitch.

Harry Potter y el misterio del príncipe Mestizo 2.0Donde viven las historias. Descúbrelo ahora