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Las vacaciones llegaron a su fin, y con ello todo volvimos a nuestras rutinas. Habíamos hecho la misma promesa de siempre: vernos más seguido. Sabía que iba a ser un poco complicado, porque todos manejábamos horarios muy diferentes.

Por otro lado, Joa me había dicho que en estos días empezaríamos con las grabaciones. Habíamos quedado en hacer el videoclip y solo necesitaba un par de risas para la canción. Hoy íbamos a ir a grabar para que ya pueda terminar la canción. 

Le mandé un mensaje diciéndole que ya había salido de la facultad y que lo estaba esperando. Su respuesta no tardó en llegar y en menos de 15 minutos ya veía el auto estacionado frente a la facultad.

—Hola —saludé contenta cuando me subí.

—Hola, Emi. ¿Cómo te fue hoy? —me preguntó. Me sorprendió su interés.

—Bien, tranquilo. ¿Tu día como estuvo?

—Igual, no hice mucho hoy. Solo estaba esperando tu mensaje para venirte a buscar.

Esa respuesta me hizo sonreír. 

No tardamos mucho en llegar al estudio. A decir verdad, quedaba bastante cerca de mi facultad. Al entrar, vi que estaba Tomi hablando con Nico, el productor de Joa, que ya había conocido en su cumpleaños. No sabía que Tomi iba a venir, así que me sentía muy feliz de verlo ahí.

El estudio no era muy grande. Estaba dividido en dos; de un lado la cabina de grabación con un micrófono, auriculares y un vidrio gigante que daba al otro lado, a la sala de control, que tenía un escritorio con algunos monitores, una consola de audio y parlantes. También había algunos sillones con una mesa de café y cuadros de artistas reconocidos colgados en las paredes. Muy agradable el lugar, te hacía sentir cómodo.

Entré a la cabina de grabación y me puse los auriculares.

—Tiene que sonar como una risa natural, no muy larga —me explicó Nico. Yo asentí. Me dio una señal de que estaba grabando y yo fingí una risa—. Otra vez.

Volví a reírme, pero ni a mí me convencía. Y así estuvimos un par de veces más. Ya empezaba a ponerme nerviosa.

—Relajate, no pasa nada, Emi —me dijo Joa.

—Ya sé, pero no me sale —dije.

—Vamos una última vez y descansamos si querés —dijo Nico.

Tomé aire para intentar relajarme un poco. Lo intenté una vez más y me había gustado.

—Bien, esa es la que va —me anunció Nico. Joa me sonrió y me levantó el pulgar.

Dejé los auriculares colgados en el micrófono y salí de la cabina.

—No pensé que sería tan complicado grabar una risa —dije.

—En realidad, no es complicado, vos sos una boluda —dijo Tomi jodiendo. Él y Joa se rieron.

—Te quiero ver a vos ahí adentro con todos mirándote sin ponerte nervioso —lo reté.

—Seguro que puedo, pero yo no tengo que grabar nada. —Tenía razón. Yo rodeé los ojos.

Nico terminó de hacer algunas cosas en el escritorio y se vino a sentar con nosotros.

—Me dijo Joa que cantas —dijo mirándome. Yo abrí los ojos sorprendida y negué rápidamente con la cabeza.

—No, yo no —dije. Luego le clavé la mirada a Joa esperando una explicación.

—No me mires así. Solo le dije que cantas bien —dijo.

—¿Pero no habías dejado las clases? —me preguntó Tomi. Yo asentí.

—Sí, las dejé hace mucho. Pero una vez Joa me escuchó cantar sin querer. Eso no significa que cante —aclaré.

—¿Y podés cantar algo? A mí me gustaría escucharte —dijo Nico. Joa y Tomi me miraban esperando mi respuesta. Sin darme cuenta me había puesto nerviosa otra vez.

—Pero no sé qué cantar —dije, tratando de esquivar su petición. Aunque no lo logré.

—Lo que quieras. Una canción que te guste, lo primero que se te ocurra.

Dudé un poco. Hasta ahora solo había cantado en frente de mi abuela y, una vez, en frente de Joaco. Ni siquiera Tomi me había escuchado cantar.

Después de unos segundos donde Tomi me insistió, terminé aceptando. Canté el principio de una canción que tenía muy pegada estos últimos días. Los tres me miraron atentamente mientras cantaba, lo cual me puso muy nerviosa, pero no dejé que interfiriera en mi canto. Cuando terminé, todos estaban sorprendidos, excepto Joa que se veía contento.

—Vieron. Les dije que cantaba bien —dijo Joa con orgullo.

—No puedo creer que hayas dejado las clases teniendo tremenda voz —dijo Tomi.

—Tenés que grabar algo. Seguro la pegás cantando así —me animó Nico. Todos esos halagos me habían puesto un poco tímida, empecé a jugar con mis manos y a mirar el piso—. Podríamos hacer alguna canción juntos.

—Es verdad. No es una mala idea —agregó uno de los chicos.

Levanté la cabeza y negué.

—No, gracias. Estoy bien así. —Pensar en un video mío cantando por todo internet me generaba muchas dudas, nervios y miedo—. Tampoco sé escribir canciones o algo parecido.

—Pero podés aprender. Yo tampoco sabía y acá me ves —dijo Joa.

No era una mala idea, en eso le daba la razón a Joaco. Pero pasar de dejar las clases de canto a subir una canción a internet era un gran paso, que no sé si estaba lista para dar.

—Lo podés pensar, Emi. Cualquier cosa le decís a Joa que te pase mi contacto y grabamos algo.

Yo asentí.

Vi por la ventana y no faltaba mucho para que se haga de noche. Tomi tenía que ir a trabajar y de pasada me dejaba en mi casa.

Saludé a Joa y a Nico y me fui con Tomi.

—Pensalo bien. Te están dando una re-oportunidad —me dijo cuando llegamos a mi casa.

—Sí, ya sé. Gracias. —Le di un beso en la mejilla y bajé del auto.

Al entrar a casa, el olor a tostadas me invadió la nariz. Me acerqué a la cocina y estaba mi abuela. Después de saludarla, puse el agua para merendar algo mientras le contaba sobre lo de hoy. Como me imaginaba, ella reaccionó emocionada y feliz. Me repitió durante todo el resto del día que debería hacerlo, que me iba a ir muy bien. Ella siempre creyó que tenía un don especial para el canto, desgraciadamente yo no creía lo mismo y por eso dejé de ir a las clases. Ahora con el apoyo de un productor y mis amigos, me estaba replanteando retomar las clases y grabar una canción. Uno nunca sabe cómo pueden salir las cosas, y estas oportunidades no se dan dos veces en la vida. Aún así, las dudas y el miedo siempre se apoderaban de mi. Las probabilidades de que a nadie le guste como canto, la canción o de que se burlen de mi eran muy altas y no estaba muy segura de arriesgarme.

Entre besos y dudas (2024) (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora