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Ya casi terminaba octubre, lo que significaba que era el día del show de Joa. Lo iba a hacer en un club con una capacidad de alrededor de 500 personas. No era mucha gente, pero había logrado vender todas las entradas. Eso me ponía un poco nerviosa, ya que, finalmente, había aceptado cantar mi canción. Durante el resto del mes, había tratado de mentalizarme y perder el miedo escénico. Pero subirme al pequeño escenario para la prueba de sonido lo había vuelto más real, y ya no podía echarme para atrás.

Abrí un poco la puerta y, cuando vi cómo la gente iba llegando y eligiendo el mejor lugar, sentí un nudo en el estómago. Joa sabía que estaba nerviosa y había intentado calmarme con besos, abrazos y palabras de aliento, pero nada funcionaba. También lo habían intentado Tomi y mi abuela, pero tampoco. A pesar de que era solo una canción y no llegaba a los tres minutos, yo me sentía como una bola de nervios.

A Joa le dijeron que en unos minutos entraba. Él también se veía nervioso, pero menos que yo.

—Suerte. Te va a ir muy bien —lo alenté. Le di un beso.

—Dale, amigo. Vos podés —lo alentó Tomi, abrazándolo fuertemente.

Una vez que Joa salió al escenario y saludó, nos fuimos con el público para poder ver mejor el espectáculo. Ubiqué a los demás entre el público y nos acercamos.

Había visto la lista de canciones. Mi canción estaba anteúltima y, para finalizar el show, Joa cantaba "Morocha", la canción que habíamos grabado juntos y que se había convertido en mi favorita desde aquel momento.

Cuando uno de los chicos del staff me vino a buscar, supe que era mi turno. Todos me desearon suerte y yo confiaba en que todo saldría bien, pero los nervios seguían presentes.

Me quedé detrás del escenario hasta que me indicaron que debía entrar.

—Antes de cantar la última canción, me gustaría presentarles a Emilia. Ella hace poco estrenó su canción "Corazón dividido" y está recién comenzando en la música, así que quise darle este espacio para que pueda cantarla y darse a conocer un poco más —empezó a relatar Joa. Sentía que me estaba dando más importancia de la necesaria y que estaba generando mucha expectativa en la gente. En ese punto, no sabía si podía sentir más ansiedad de la que ya sentía—. Les pido un fuerte aplauso para recibirla de la manera que se merece.

Al escuchar a la gente aplaudir, uno de los chicos me dio un micrófono y yo salí al escenario.

—Hola —dije algo tímida, cuando me paré al lado de Joa. Los aplausos aumentaron junto con silbidos y algunos gritos.

—Ahora los dejo con ella, antes de que se arrepienta y se baje del escenario —bromeó Joa. Alejó el micrófono y al oído me susurró—: Vos podés, te amo.

Estaba tan consumida por los nervios que no tuve tiempo de pensar en ese "Te amo", que había sido el primero en todo este tiempo. El beat comenzó a sonar y yo respiré profundo antes de cantar. Al contrario de lo que pensé, la gente me escuchaba atentamente y hasta veía algunos celulares levantados filmando. A medida que pasaban los segundos, los nervios y la ansiedad se convirtieron en felicidad y emoción, haciendo que terminara mi canción mucho más tranquila de lo que la había empezado.

Cuando terminé, la gente volvió a aplaudir, lo que me hizo sonreír.

—Muchas gracias —dije—. A ustedes, por este recibimiento, y a Joa, por esta oportunidad.

Estaba por dejar el escenario para que volviera Joaco, pero él me detuvo.

—Ahora viene mi canción más conocida, por la que muchos me conocieron y están acá. —Hizo una pausa para tomar aire—. "Morocha" es una canción que me sirvió para darme cuenta de lo que venía sintiendo, pero no quería aceptar. Es una canción que hice pensando en una persona que es muy especial para mí y se ha vuelto muy importante en poco tiempo. Esa persona es la que sale en el video, para los que lo han visto, y para los que no, es a quien tengo a mi lado. —Se acercó y pasó su brazo por mis hombros, abrazándome—. Hoy, acá, con todos ustedes presentes, puedo asegurar que estoy enamorado de ella, por eso le dedico esta canción.

Me miró y me dio un beso rápido. El ruido del público no tardó en aparecer. La instrumental empezó a sonar y Joa cantó la canción intercalando miradas con el público, que también cantaba su canción, y conmigo. Cada día que pasaba con él me sentía más segura de la decisión que había tomado.

Joa terminó de cantar, pero la instrumental siguió algunos segundos más. Él se arrodilló enfrente mío y yo no entendía qué estaba pasando. Miré al público y solo veía algunos flashes de celulares grabando.

—Me gustaría preguntarte algo, en este día tan único y especial que estamos viviendo... —dijo, un poco agitado por haber terminado de cantar. Buscó en su bolsillo y sacó una cajita de terciopelo azul. A mí se me dibujó una sonrisa de oreja a oreja instantáneamente. Con un poco de torpeza, supongo que por los nervios, abrió la cajita y dejó ver dos collares a juego—. ¿Puedo ser tu novio?

Las lágrimas empezaron a salir de mis ojos sin permiso y sin esperar un segundo más asentí rápidamente con la cabeza.

—Sí, sí, sí y mil veces sí —dije feliz, antes de dejar caer el micrófono por el asombro. Me abalancé sobre él, haciendo que casi nos caigamos. Agarré su rostro entre mis manos y lo besé. Un beso tan intenso y lleno de amor que hizo que me olvidara que estábamos arriba de un escenario, rodeados de casi 600 personas. Al separarnos vi algunas lágrimas cayendo de sus ojos, que limpié rápidamente.

—Te amo —me dijo, lejos del micrófono.

—Yo también —dije. Volvimos a besarnos.

Después de ponernos los collares, dejé el escenario para que Joa pudiera despedirse del público. Los chicos vinieron detrás del escenario conmigo. Jose y Iara estaban tan impresionadas como yo por la propuesta, mientras que los chicos ya lo sabían. Mi abuela también apareció para felicitarme, tanto por vencer mi pánico escénico y haber cantado tan bien frente a todas esas personas, como por la propuesta de Joaco.

Más tarde, cuando nos estábamos yendo, había gente esperando afuera. Se emocionaron bastante al ver a mi rubio favorito. Algunos se sacaron fotos y otros pedían autógrafos. Tomi se ofrecía a sacar las fotos. Las últimas que se acercaron fueron unas chicas, de nuestra misma edad, a pedir una foto.

—Con vos también, Emi —dijo una de ellas, mientras me hacía señas para que me acercara. Con una sonrisa, me acerqué y nos sacamos la foto—. Estuvo muy bueno el show.

—Sí, lo disfruté bastante. Y me gustó mucho tu canción —dijo la otra chica mirándome a mí.

—Gracias. Me alegra que lo hayan disfrutado —dije. Ella me quiso abrazar y sin perder tiempo acepté su abrazo. 

—Sí, gracias por venir también. Esto no hubiese sido posible sin ustedes y todos los demás que vinieron —dijo Joa. Nos despedimos y seguimos nuestro camino.

Mientras caminábamos, charlábamos sobre cómo nos habíamos sentido y lo divertido que había sido. Tomi había grabado todo, así que después lo veríamos. Tenía mucha intriga de cómo me veía arriba del escenario y si de verdad había cantado bien.

Fue un día lleno de emociones, casi como una montaña rusa, pero finalmente me fui con el corazón lleno de felicidad.

Entre besos y dudas (2024) (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora