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El tiempo pasó y llegó el cumpleaños de Sebas. Hasta este momento no había vuelto a ver o a hablar con Manu. Tampoco sabría si lo vería, siempre que lo invitaban ponía alguna excusa.

Los demás no estaban tan sorprendidos de que esté saliendo con Joa, lo cual me dejaba bastante tranquila. No me iban a hacer las típicas preguntas incómodas de "¿Qué pasó con Manu?" o "¿Desde cuándo ustedes están juntos?", aunque ni yo tenía una respuesta para esa última. Ni siquiera sabía si podía afirmar que estábamos juntos. 

También era una oportunidad para conocer a Martina. Tomi se sentía bastante nervioso al respecto, ella le gustaba demasiado y nuestra opinión le importaba. Joa y yo ya la habíamos conocido y nos había caído bien. Y hasta tal vez, esta era una oportunidad para crear mejores conexiones con las novias de los chicos, Jose y Iara. Aunque no nos veíamos mucho, yo las quería igual.

Por la música alta y nuestras conversaciones no nos dimos cuenta de que Tomás y Martina habían llegado, hasta que aparecieron en la puerta del patio de la casa de Sebas. Estaban de la mano, Tomi nervioso se mordía el labio y Marti emocionada con una sonrisa nos saludaba con un ademán de mano.

Sebas, al verlos, bajó un poco la música.

—Hola —dijo Marti. Se le notaba un poco tímida, pero aun así se acercó y nos saludó a todos, uno por uno, presentándose con los que no conocía.

Tomi la siguió y le presentó a los chicos. Después ella se sentó a mi derecha y, a su vez, a la derecha de ella se sentó Tomi. Jose y Iara, que estaban sentadas juntas a la derecha de Tomi, empezaron a charlar con Marti para conocerla un poco.

—Ay, Emi. Escuché tu canción, me olvidé de decirte —me dijo Sebas. Yo sonreí con vergüenza—. Boluda, está muy buena. No sabía que cantabas tan bien.

—Gracias, Sebas.

—Viste. Es lo que le dije. No sabes lo que costó que la publicara —dijo Joa riendo. Yo solo miré a otro lado mientras sentía un pequeño calor en los cachetes.

—Pero ya tiene, ¿cuántas? Como cuarenta mil visitas, ¿no?

—¿No había llegado a las 50 mil? —preguntó Mauro, uniéndose a la conversación.

Yo asentí tímida. No eran números muy grandes, pero para ser una completa desconocida y mi primer canción se sentían gigantes.

—Deberían hacer una canción juntos —propuso Ale.

—Yo tengo ganas —dijo Joa. Pasó su brazo por mis hombros y me acercó a él para darme un beso en la sien. Las miradas de todos, menos de las chicas que conversaban de otra cosa, recayeron sobre mí.

Joaco ya me había dicho varias veces sobre trabajar en una canción juntos, pero yo no sabía si estaba preparada para eso. Me encantaba estar en el estudio, grabar y pasar tiempo juntos, pero tenía miedo de los comentarios negativos de sus fans. Si bien, hasta ahora, había recibido pocos y mi canción había sido bien recibida por parte de ellos cuando Joaco la promocionó, las dudas estaban siempre.

—Yo también, pero lo estamos viendo todavía —respondí, esperando que no insistieran. Y, por suerte, funcionó.

Sebas miró la hora y decidió traer una torta para poder soplar las velas.

(***)

Durante la tarde Joa había estado un poco distraído con el celular. Una vez que llegamos a su casa decidí preguntarle.

—Joa, ¿pasa algo? Estuviste todo el día con el celu, desconectado del cumple —mencioné. Él me miró y negó con la cabeza.

Su celular empezó a sonar y se fue a la cocina a hablar. A los segundos se escuchó un grito de felicidad de su parte. Fui a ver qué era. Él, al verme, me agarró de la cintura y me alzó para hacerme dar una vuelta. Me bajó y me dio un beso.

—Tengo un notición —dijo con una sonrisa de oreja a oreja. Yo lo miré para que siguiera hablando—. Voy a dar mi primer show.

Yo también grité de emoción. Lo abracé y lo besé. Nuestros gritos provocaron que Tomi y Martina vinieran a la cocina para ver qué pasaba.

—Joa va a dar su primer show —dije con emoción.

—¿Qué? ¿En serio? —preguntó Tomi sorprendido. Cuando Joa asintió, Tomi se acercó a abrazarlo y felicitarlo. Martina, un poco más tímida, se acercó a felicitarlo por su logro.

—Y te tengo una propuesta —me dijo cuando nos quedamos solos. Lo miré con curiosidad, sin saber lo que diría después—: Podrías cantar tu canción.

De un segundo a otro, me llené de alegría, nerviosismo y ansiedad.

—Pero... ¿Cómo...? ¿Qué? —balbuceé.

—Eso. Que cantes tu canción en mi show. Al principio, a la mitad, al final o podemos hasta crear una versión donde cantemos los dos, o no sé... Lo que vos quieras. —Me agarró de los hombros y me hablaba muy convencido de que sería una buena idea, mientras me miraba a los ojos fijamente. Él se quedó callado esperando mi respuesta, pero yo aún no tenía una—. Te puedo dar algunos días para pensarlo. El show va a ser a fin de mes.

Esa última noticia me había relajado un poco más. Sabía que tenía tiempo para prepararme mentalmente para poder cantar frente a más personas que solo mi abuela, Joaco, Tomi y Nico.

—Bueno. Lo pienso y te digo —dije. Mi respuesta dejaba la posibilidad del sí, así que Joa asintió con una sonrisa y volvió a besarme. Después me abrazó.

—Gracias por elegirme, me haces muy feliz —susurró. Esperé a que me mirara para unir nuestros labios en un dedicado y suave beso.

Me parecía una buena oportunidad para hacerme conocer más en el mundo de la música, pero no sabía si estaba preparada. Me reconfortaba saber que no estaba sola, la gente que amaba iba a estar apoyándome, pero las dudas siempre estaban presentes en mí.

Entre besos y dudas (2024) (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora