II. LA DISCOTECA

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Al llegar con ellos nos presentamos ya que quitando a Lucía no les conocía.

- hola chicos soy Lucía.

- hola, yo soy Leila. – dije un poco borde ya que no me apetecía estar allí.

- Yo soy Pedri.

- Yo soy Ferrán.

- Yo soy Fermín.

- Yo soy Lamine.

- Yo soy Héctor.

- y él es Pablo, pero llámale Gavi mejor, pero esta entretenido comiéndole la boca a una. – dijo Pedri.

Pasamos un rato hablando entre todos, la verdad que lo chicos eran bastante majos, pero Gavi era un borde de mierda solo había hablado con él tres palabras en toda la noche, pero en ninguna de ellas me respondía bien.

La noche fue pasando y las copas también, no iba mal solo me había bebido 3 para llevar ya mínimo 4 horas en la discoteca. Estaba yendo dirección al baño y cuando abrí la puerta me volví a encontrar a Gavi con otra chica, pero esta vez tirándosela. Yo entre tan siquiera dije nada, pero sentía una mirada en mi desde que entré hasta que salí. Volví con los chicos al reservado, pero Lucía había desparecido y no sola.

- ¿Dónde está Lucía?

- Se ha ido hace un rato con Pedri. – me dijo Lamine.

Me di la vuelta y les vi en una esquina de la zona vip comiéndose la boca con ganas, decidí no interrumpir e irme a bailar yo sola. Al cabo de un rato sentí unas manos en mi cintura e di la vuelta y me sorprendí.

- ¿Qué haces? Quita tus puñetas manos de mi cintura imbécil.

- Y si no quiero que he.

- Pues las quitas y ya está.

- Nos las voy a quitar porque tú me lo digas.

- Pablo quita las manos, si quieres liarte con otra chica esta noche no voy a ser yo te lo aseguro los tíos como tú me dais asco.

- ¿Los tíos como yo? ¿Cómo son los tíos como yo?

- Pues unos mujeriegos que se piensan que las mujeres somos juguetes de usar y tirar, me lío con una luego voy a por otra y así todos los días. Veis a las mujeres como un trofeo, llegáis hasta ellas hacéis lo que hagáis y luego se lo contáis a vuestros amigos con orgullo como si fuera una competición de haber quien se lía con más en una noche.

- Yo no soy así yo no juego con las mujeres simplemente si ellas quieren y yo quiero nos liamos follamos o hacemos lo que hagamos y ya está.

- Si tú lo dices, pero ahora quita las manos de mi cintura antes de que te las corté.

- Bueno tranquila que no estoy haciendo nada malo.

A las siete y pico de la mañana cuando Lucía acabo de liarse con Pedri por no se cuanta vez nos fuimos a mi casa en taxi, al llegar nos metimos en la cama y al segundo nos dormimos ya que estábamos reventadas de toda la noche.

Al día siguiente me levanté sobre la una con un poco de dolor de cabeza cogí y el móvil mi madre me había escrito que se iban a pasar los tres el día al centro a comer con unos amigos que teníamos comida preparada, bajé a la cocina a comer algo y a tomarme un paracetamol. A los minutos bajó Lucía.

- Buenos días Lei.

- Buenos días. ¿Tienes hambre? Iba a calentarme la comida.

- Me estoy muriendo de hambre.

- Pero como vas a tener hambre si anoche estuviste toda la noche comiéndote a Pedri.

- Tía es que está muy bueno y surgió.

- Si surgió, ahora dime la verdad.

- Vale me gusta, pero es que tú le has visto es guapo, majo, simpático, está bueno, lo tiene todo joder.

- Mejor vamos a comer tanto enamoramiento me da ganas de vomitar.

- Tía no te pases no estoy enamorada o no por ahora, solo me gusta.

Comimos y luego lucia se fue para su casa, yo como buena cotilla decidí meterme en el Instagram de los chicos para cotillearles un poco, fui uno por uno hasta que me pare en el de Héctor. Ese chico cada vez se me hacía más familiar y era extraño que tuviéramos el mismo apellido, pero luego pensé que miles de personas tienen también el mismo apellido y que no por ello son familia. Seguí cotilleando hasta les empecé a seguir a todos menos uno a Gavi, que, aunque hubiéramos hablado la noche anterior durante cinco minutos bien me seguía cayendo igual de mal que cuando le vi tirarse a una tía en el baño.

Ese día no hice nada importante estaba a punto de irme a dormir cuando escuché como mi móvil viraba lo cogí y vi que tenía un mensaje de insta, entre y para mi sorpresa o no era Gavi, decidí no leerle e irme a dormir como iba hacer instantes antes.

Por la mañana baje a desayunar salude a mi hermano con un beso en la cabeza como todas las mañanas y a mi madre que estaba en la cocina.

- Buenos días mamá.

- Buenos días hija. ¿Quieres desayunar?

- Ahora me haré algo.

Me hice el desayuno y me dispuse a contestar a Gavi, aunque no tuviera mucho interés en lo que me dijera. Abrí el chat leí lo que me puso y le contesté.

 Abrí el chat leí lo que me puso y le contesté

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