XVII. LAS CÁMARAS DE LA DISCOTECA

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Estaba durmiendo plácidamente cuando al móvil de Héctor le entro una llamada que me despertó casi al segundo de empezar a sonar. Como vi que apenas se movió desde que se ilumino toda la habitación por la llamada le moví un poco para que se despertara.

- Leila déjame dormir, tengo sueño. – me dijo con la voz ronca y quejándose.

- Héctor te están llamando.

- Ya, pero yo quiero dormir asique ponlo en silencio.

- Héctor, y si ha pasado algo o es importante.

- Pues si es importante que vuelva a llamar.

- Héctor, cógelo no te cuesta nada.

- Mira que eres pesadita e. – me dijo saliendo de la cama, cogiendo el móvil, yendo al baño y cerrando la puerta.

HECTOR*

- Si quien es. – pregunte al no tener el numero guardado.

- Héctor soy Víctor, tengo novedades sobre el caso de tu hermana.

- ¿Qué ha pasado? – le pregunte poniéndome nervioso.

- El juez nos ha dado la autorización para mirar las cameras de la discoteca. ¿podéis venir esta tarde?

- Yo tengo entreno hasta las seis y media después puedo ir y supongo que leila también.

- Vale, pues os espero en la puerta de la discoteca a las siete.

- Sin problema, adiós.

LEILA*

Estaba con el móvil cuando vi a Héctor salir el baño nervioso.

- ¿Quién era?

- Era el abogado, han conseguido la orden del juez para poder ver las cámaras de la discoteca. – cuando termino la frase a mí se me pusieron los pelos de punta no sé si estaba preparada para ver lo que paso aquel día en esa discoteca. – He quedado a las siete con él en la puerta.

- Vale.

- Yo acabo e entreno a las seis y media, ¿quieres venir a vernos y vamos directos? o ¿vas tú?

- Voy yo, quiero darme un paseo hasta allí, aunque no sé si estoy lista para verlo.

- Leila, yo voy a estar contigo y si quieres podemos decirle a lucia que venga también si así vas a estar más tranquila.

- Sí, luego se lo digo.

Bajé a despedirme de Héctor, que se iba a su casa a estar un rato con los chicos, me propuso ir, pero después de que me diera la noticia de que tenía que volver a la discoteca preferí quedarme en casa.

A las dos horas entraron Pedri y Lucía por la puerta, yo estaba sentada en la isla de la cocina con el ordenador mientras escuchaba música, que me servía para pensar, y a la vez miraba ropa. Estaban a punto de subirse para arriba a hacer dios sabe qué, pero les pare.

- Lucía ven que te quiero decir una cosa.

- ¿Qué pasa Lei?

- Tienes que hacer algo a las siete.

- Iba a ir a ver a los chicos al entreno, ¿por?

- Esta mañana ha llamado el abogado a Héctor para decirle que el juez nos ha dado autorización para ir a ver las cámaras de la discoteca. – la dije y ella hizo una mueca como si era lo último que se esperara que la dijera y mire a Pedri que puso una cara de no entender nada.

- ¿Vas a ir con Héctor? – me pregunto Lucía.

- Él va a ir a entrenar y luego va directo, yo iré andando quiero darme un paseo.

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