XXI. SUS LABIOS

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Me quedé dormida abrazada a Gavi mientras veíamos la película, cuando abrí los ojos me encontré tirada en su cama a oscuras. Cogí el móvil para mirar que hora era, pero sentí que algo se cayó al suelo, baje la mirada y encontré una nota de Pablo diciéndome que se iban a entrenar que les esperara con un te quiero el cual me hizo sacar una tierna sonrisa nada más leerlo. Me quede durante varios minutos leyendo las mismas dos palabras, era el primer te quiero que me decía, aunque fuera a través de un papel. Para mí él era una persona muy especial en mi vida y le tenía un cariño distinto al que le tenía a los chicos. Si nos habíamos besado varias veces y no puedo negar que cada vez que le veo me fijo en sus labios, pero es que son perfectos y para no mentir sí que alguna vez les echo de menos. Corte el papel dejando en mis manos "te quiero. PG." Y lo puse en mi funda, no me esperaba que me lo dijera, ni aunque fuera escrito pero Pablo cada vez me sorprendía más. Cogí el móvil y empecé a ver tik tok en lo que esperaba a los chicos ya que no tenía nada mejor que hacer y no me apetecía bajar al sofá estaba muy cómoda en la cama de Gavi.

Paso como una media hasta que escuche como llamaban a la puerta de la habitación y seguido se abría.

- Buenas dormilona. – me dijo Pablo cuando me vio desierta con el móvil.

- Hola Pablo.

- ¿Qué tal has dormido?

- Bien me he despertado hace un rato. ¿Están los chicos abajo?

- Si con Lucía.

Bajamos a bajo salude a los chicos, menos a Héctor que seguía sin saber nada de él y los chicos me dijeron que fue al entreno pero que apenas les hizo caso. Lucia y yo hicimos la cena en lo que los chicos se ponían más cómodos para estar por casa y ponían la mesa.

- A CENAR. – grite cuando teníamos todo preparado.

- Que buena pinta tiene. – dijo Balde, que había venido hoy con los chicos a cenar.

- Tú siempre pensando en la comida no cambias. – le respondió Fermín.

- Pues me gusta la comida, sería peor que me gustaran las drogas. – le hablo Balde mirándole con cara de tú eres tonto.

- Bueno vamos a cenar. – dijo Lucía.

Los chicos hablaban entre ellos, pero yo estaba muy callada mirando mi funda del móvil y con el rabillo del ojo mirando a Gavi de vez en cuando. Quería decirle algo, pero no sabía el qué, estoy confundida.

- ¿Rubia estas bien? – me pregunto susurrando.

- Si estaba pensando en mi hermano. – le dije para convencerle.

Terminamos de cenar, recogimos entre todos, me despedí de Balde que se iba a su casa y me subí a la cama dejando a los chicos en el salón con la play. Me tumbé en la cama y puse a pensar en pablo.

No tenía muy claro que o más bien quien era Gavi para mí. Desde un principio mis sentimientos hacia él han sido muy confusos, le quería pues eso es lo que me tenía que aclarar a mí misma, le tenía un cariño muy especial, cada vez que le veía mi sonrisa interna salía y no puedo negar que cuando vino a mi casa ayer me pareció muy mono que se preocupara por mí. Cuando le tenía al lado me siento llena como si él fuera mi media naranja y como que la vida nos había hecho reencontrarnos para no volver a separarnos. Definitivamente le quería y por más que lo intentara esconder tarde o temprano ese sentimiento saldría a la luz.

Entro Gavi en la habitación y me vio mirando la funda y se quedó mirándome.

- ¿Leila que haces mirando tu funda tan fijamente?

- Nada nada. – le conteste nerviosa mientras escondía en móvil debajo de mí.

- ¿Estás bien? Te noto muy nerviosa.

TODO LO QUE HAGO ES POR TIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora