XXVIII. PARQUE DE ATRACCIONES

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Los chicos acabaron los partidos de España hace días, por lo que ya estaban de vuelta en Barcelona con Lucía, a diferencia de mí, que me había bajado unos días a Sevilla para ver a mi familia, ya que desde que vieron ellos a verme a casa no nos habíamos vuelto a ver y de eso han pasado como tres meses, que, si es poco tiempo, pero ya se les echaba de menos. Después de acompañar a los chicos al aeropuerto y despedirme de ellos me cogí un vuelo y aquí estoy, en mi pueblo.

Estaba en mi cama dormida plácidamente, cuando sentí que alguien se tiraba encima mío, y me daba algún que otro almohadazo para despertarme, y yo con mi mal despertar teniendo alguna legaña todavía y sabiendo que era mi querido hermano pequeño, empezamos una pequeña pelea de almohadas como cuando éramos pequeños. Yo que cada vez era más competitiva gracias a un sevillano que no paraba de rondar en mi cabeza a diario y mi hermano que era un competitivo estuvimos peleándonos hasta que mi madre entro por la puerta y nos cortó el rollo mandándonos a desayunar. Durante el desayuno hablábamos sobre que podríamos hacer hoy, era sábado por lo que podríamos hacer algo distinto, y bueno digamos que el plan que tenía Iván en mente no era el mejor ya que hacía frío, pero después de estar casi rogándonos de rodillas a mi madre y a mi durante media hora le dimos el placer de ir al parque de atracciones, al que no iba desde que por lo menos tenía 12 años. Me subí a vestir, pero una video llamada entro por mi teléfono interrumpiendo mi acción. Cuando mire quien era de esperar, Pablo.

- Hola rubia. – me dijo sonriente cuando me vio.

- Hola. – le respondí igual que él. - ¿Qué pasa?

- Nada que me aburría y te echaba de menos.

- Pablo hemos hablado por la noche pelota. – le dije para picarle cosa que funciono porque me miro entrecerrando los ojos.

- Vale pues te cuelgo.

- Si es lo quieres.

- Rubia si te dijera lo que quisiera creme que no estarías tan sonriente.

- Eres un cerdo Pablito.

- Pero si no he dicho nada has sido tú la que te lo has imaginado.

- Ya claro, dime que no estabas pensando en eso. – lo mire desafiante.

- Quien sabe.

- Que mal mientes Pablito. – le dije riéndome.

- ¿Dónde vas? – me pregunto cambiando de tema, al ver que me estaba maquillando.

- Voy a ir con mi hermano y mi madre al parque de atracciones por petición de Iván.

- Jope, yo que quería estar contigo.

- Pablo dos cosas. 1 tu estas en Barcelona y yo en Sevilla. 2 nos vemos todos los días.

- ¿Quién te ha dicho a ti que yo esté en Barcelona?

- Pues Lucía antes de ayer.

- Cariño han pasado dos días desde eso y yo tengo una semana libre por delante.

- Me estás diciendo que estas en Sevilla.

- Sí y como no tenía nada que hacer por Barcelona me he bajado a estar con mis padres y bueno mi hermana también, pero se va mañana con Javi a Italia.

- Bueno pues me da que hoy te vas a tener que quedar en tu casita. – dije y se abrió la puerta de mi cuarto.

- ¿Con quién hablas hermanita?

- Con nadie cotilla. – dije y cogí el móvil para que no viera que hablaba con Pablo porque si no le podría dar algo aquí mismo.

- Leila, déjame ver porfi. – me miro con ojos de cachorrito.

TODO LO QUE HAGO ES POR TIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora