III. LOS VECINOS

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Después de contestar a Gavi no volví a saber nada de los chicos y por lo que he hablado con Lucía ella tampoco. Es la ultimo lunes de agosto y estamos de camino al aeropuerto para coger nuestro avión dirección Barcelona. En parte no me quiero ir de Sevilla es mi tierra, no nací aquí, pero si me críe y la siento como mía. Sé que podía bajar cuando tuviera tiempo, pero era dejar toda mi infancia atrás para irme a la ciudad donde siempre he soñado con vivir desde los 9 años. Estamos montadas en el avión cada una en su asiento yo en la ventana y ella a mi lado, la despedida con mi familia ha sido un poco triste, no les quiero dejar aquí solos en Sevilla, aunque mi madre me repetía todo el rato que iban a estar bien me da pena dejarles solos

Durante el vuelo me vi una película ya que el vuelo era cortito, al llegar al aeropuerto de Barcelona cogimos un taxi para la que sería nuestra casa aquí, entramos y si en fotos era preciosa en persona gana más. Subimos cada una a nuestra habitación, después de estar un buen rato mientras terminaba a que Lucía terminara de colocar sus cosas me puse el bikini y salí a tomar un rato el sol al patio porque, aunque estuviera acabando agosto en Barcelona todavía hacia casi cuarenta grados, bajó Lucía y se conmigo a tomar el sol, al rato me metí en la piscina porque ya no aguantaba más el calor. Al final terminamos pasando toda la tarde las dos en la piscina, subí a ducharme ya que habíamos decidido salir a cenar algo por ahí para ver un poco esta preciosa ciudad. Fuimos andando por el paseo marítimo y cuando nos entró hambre fuimos en busca de un restaurante para cenar algo. Después de cenar volvimos a casa, me puse el pijama, me desmaquille, mire un poco Instagram y luego me fui a dormir.

A la mañana siguiente me deserte sobre las diez y media, desayune algo ya que no tenía mucha hambre, me puse ropa cómoda y salí a dar un paseo, estuve andando más o menos una hora y media, al llegar a casa me duche y fui a la habitación de Lucía a tirarme encima suya porque seguía durmiendo, no entiendo cómo puede dormir tanto, al principio se quejó un poco, pero a los pocos minutos se levantó y yo me fui de su habitación para que hiciera sus cosas, bajé y me senté en un taburete de la cocina. Espere a que bajara y nos pusimos hacer la comida, algo sencillo tampoco queríamos complicarnos mucho. Comimos, subí a mi cuarto con la intención de dormir un rato, me costó un poco, pero terminé durmiéndome, luego de despertarme sobre las cinco salí un rato a tomar el sol, pero no mucho ya que esta tarde queríamos ir al super y a comparar unas cosas para decorar la casa. Cuando llego Lucía nos fuimos a comprar las cosas, tardamos medianamente poco porque más o menos teníamos mirado lo que queríamos comprar, pero bueno ya sabemos todos como son las chicas con cualquier tipo de compra. Llegamos a casa y nos pusimos a montar los muebles estuvimos casi tres horas, al acabar como no nos apetecía cocinar a ninguna de las dos pedimos unas pizzas y montamos en el patio con mantas y cojines un cine para ver nuestra película favorita "A tres metros sobre el cielo", la habíamos visto más de cincuenta veces incluso nos sabíamos los diálogos de memoria, pero era nuestra peli favorita y verla una, dos, tres o cien veces más nos daba absolutamente igual.

Cuando acabo la peli recogimos todo y nos fuimos a dormir. Por la mañana bajé a desayunar y sobre las doce empecé a escuchar música a todo volumen, gritos... eran los vecinos, llevábamos tres días aquí y ninguno de ellos nos habíamos quejado de nada. Llego la hora de comer y los vecinos seguían igual, subí a dormirme, aunque me costó lo conseguí, al rato de dormir me volví a despertar porque los vecinos cada vez estaban haciendo más ruido, baje hablar con Lucía para distraerme un poco y no ir y quemarles el timbre hasta que bajaran un poco el volumen.

- Tía yo no sé qué tienen los vecinos montado en el patio, pero es inaguantable. - le digo.

- Ya tía llevan así desde a mediodía, un rato lo aguanto, pero es que llevan seis horas con la música a tope y gritando como si estuvieran solos en la urbanización.

- Me he subido a dormir y me han despertado sus putos gritos.

- Yo he intentado ver una serie aquí en el salón e imposible.

- Estoy por ir y quemarles el timbre hasta que por lo menos bajen la música.

- Créeme que yo también lo he pensado, pero lo último que quiero es tener problemas con los vecinos.

- Ya.

Fueron pasado las horas y al parecer en la casa de al lado cada vez había más gente la música estaba cada vez más alta por lo que cada vez había más ruido y cada vez más molesto.

Nos apetecía cenar un McDonald por lo que nos vestimos y nos fuimos a cenar para que no nos siguiera doliendo la cabeza por culpa de la casa de al lado. Cenamos tranquilamente y volvimos dando un paseo por la playa al llegar a casa el ambiente se había relajado un poco, pero es que era casi la una y media de la mañana, quizá el paseo se nos había ido un poquito de hora, pero bueno yo solo quería irme a dormir o por lo menos intentarlo. Los vecinos habían bajado el nivel de la música sí, pero en mis oídos sonaba igual que esta tarde. El tiempo fue pasando y ya eran casi las tres, al no poder dormir fui a ver si Lucía estaba dormida y tampoco, al sentarme con ella en la cama me dijo.

- Yo no aguanto esto más tía, vale por la tarde, pero son las tres de la mañana ya es hora de que corten el royo.

- No me lo digas dos veces que de verdad les quemó el timbre.

- No sé si prefiero tener problemas con los vecinos o aguantarlo.

- Pfff no sé, yo lo único que quiero es dormir y ya está, no estar aguantando a una panda de tontos poner música y gritar a las tres.

- Y si vamos y toamos el timbre amablemente y les pedimos por favor que bajen el volumen que queremos dormir y no podemos.

- Yo si voy lo último que voy hacer es hablarles amablemente después de que poco más y revienten los cristales de la casa por la música.

- Tía si vas a ir en caliente mejor voy yo sola y ya. No vaya a ser que encima de que vamos a tocarle o quemarles el timbre porque ya te digo yo que las tres primeras veces no nos van a escuchar también tengamos problemas con ellos porque vayas como una loca queriendo cortarles la cabeza.

- Vale vamos hablas tú, pero como se pongan chulitos les quemó la casa.

- Haber lo primero tranquilízate y lo segundo vete a ponerte algo porque a mi habitación puedes venir en sujetador, pero no creo que quieras que ellos te vean las tetas antes que los ojos.

- Voy a cambiarme en cinco minutos abajo.

Estamos saliendo por casa yendo a la de al lado, al llegar tocamos el timbre uno, dos, tres, cuatro veces y la quinta nos abren la puerta, al ver a la persona que nos abre nos quedamos las dos sin saber que hacer.

TODO LO QUE HAGO ES POR TIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora