Héctor se fue a su casa y yo bajé con intención de hablar con Lucía, aunque no la veía con muchas ganas de hacerlo.
- Lucía podemos hablar bien sin discutir por favor.
- Qué pasa. – contestó borde.
- No que te pasa a ti, ¿por qué entraste así ayer? Y ¿por qué dijiste que los chicos no eran tus amigos?
- Porque es así no son mis amigos por vernos de un día.
- Pero que te pasa con ellos, ¿Qué te han hecho?
- Nada simplemente no quiero verles.
- Lucía. – dije mirándola seria. – me puedes dejar de mentir y decirme porque estas así.
- Ya te lo he dicho, no les quiero ver ni ser su amiga.
- Me estas mintiendo. Te conozco y sé que deseas tenerles de amigos porque tú amas al FC Barcelona y todo lo que tenga que ver con ellos.
- Bueno puede que eso sea verdad, pero que quiera al club de mi vida no significa que también ame a todos sus jugadores.
- Dime una cosa, ¿esto es por Pedri verdad?
- No. – me respondió poniéndose nerviosa.
- Lucía.
- Que no.
- Lucía no me mientas.
- Vale si, se me hace imposible verle, cada vez que le veo se me vienen a la mente lo que paso en la discoteca.
- Tía, pero si te gusta Pedri, vete a por él, y también te digo los demás no tiene la culpa de que tu no quieras ver a Pedri.
- Ya lo sé, pero es que parecen lapas unos de otros y siempre van todos juntos.
- Ya, pero lucia habla con él, dile todo a lo mejor el también siente lo mismo, si no lo habláis no lo vas a saber nunca y otra cosa te digo cuanto más pases de él peor porque te va a costar más olvidarle y lo sabes.
- Ya tía, pero es que sabes de sobra que Pedri le gusta a media España y en cualquier momento me puede cambiar por una mejor que yo.
- Eso sí que no tía, tu eres perfecta tal y como eres si no le gustas pues que le den porque no sabe lo que se pierde.
- No se leila, es todo muy difícil.
- Bueno tu ten paciencia, ante todo.
-No sé, ya veré que hago.
- Sube a dormir ya es tarde, mañana hablamos vale.
- Vale. Buenas noches Lei.
- Buenas noches Lu.
Se fue a dormir, yo me quede un rato en el salón viendo insta y cuando me entro el sueño me subí a dormir. Al día siguiente me desperté con dolor de cabeza y unas decimillas de fiebre, no me apetecía salir de la cama, asique simplemente baje a por algo de desayunar y volví a meter entre las sabanas de mi cama. Vino lucia a verme, la dije que no me encontraba del todo bien y que me trajera un paño de agua fría para ver si me bajaba un poco la fiebre. Llego la hora de comer y me había hecho una sopa para que yo comiera, se lo agradecí y me puse a comer, luego me puse algo en la tele para ver, sabiendo que me iba a quedar dormida porque hoy no podía con mi cuerpo. Estaba viendo una peli cuando mi móvil empezó a sonar.
- Quien es. – pregunte yo.
- Hola tata.
- A hola tato. – dije casi sin voz.
- Estas bien Lucía te oigo mal.
- Estoy con algo de fiebre, pero nada de lo que preocuparse.
- ¿Quieres que vaya? y ¿te lleve algo?
- No te preocupes Héctor no es necesario.
- Vale, pues luego te llamo para ver como estas.
- Vale. Luego hablamos. Un beso. Te quiero. Chau.
- Adiós y yo te quiero más que lo sepas.
Termine de hablar con Héctor, pero sin saber para que me había llamado no sería nada importante. Pasaron casi diez minutos cuando hoy la puerta de casa y al minuto la mía.
- Tienes visita. – me dijo Lucía.
- Hola rubia, ¿Cómo estás?
- Pues bien, solo tengo unas decimillas de fiebre tampoco me voy a morir. – seguí hablando. – ¿oye que haces aquí? y ¿Cómo sabes que estoy mala? – me quede unos segundos en silencio. – Ahhhhhh, Héctor.
- Pues sí, nos dijo que te iba a escribir para que vinieras un rato a casa y después de hablar contigo nos dijo que no venias que estabas con fiebre.
- Bueno, pero ¿Qué haces aquí?
- Pues venir a verte pero que si quieres que me valla me voy.
- No, no hace falta te puedes quedar, pero un rato.
- Vale. – dijo mientras se sentaba en mi cama. – te he traído una cosa.
- El que.
- Es una tontería, pero bueno.
- Bueno, pero a ver. – me enseño un peluche de un cerdito súper mono. – es muy bonito, gracias Pablito. – dije y después le di un beso en la mejilla.
Terminamos de ver la película que estaba viendo, el apoyado en el cabecero de la cama y yo en su hombro, la verdad que el hombro de este niño era tan cómodo que me termine durmiendo encima de él. Cuando me desperté eran casi las once y media, pero él seguía aquí.
- Hola, pensaba que ya te habías ido, son casi las once y media.
- No tengo prisa por volver a casa y Sheila esta de fiesta.
- ¿De fiesta un martes?
- Si ella es así, la da igual el día de la semana.
-Pablo te puedo decir una cosa.
- Si.
- Sabes que Sheila no te hace bien ¿verdad?
- Y si ella no me hace bien, entonces ¿Quién me hace bien? – me dijo haciendo que yo me hundiera en mis pensamientos.
Yo, yo le hago bien, él tiene que estar conmigo no con esa que solo le quiere por el interés.
Cállate subconsciente.
- Leila, te he preguntado algo.
- ¿Qué?
- Que, ¿Quién me hace bien?
- Pues una chica que te quiera bien y no por el interés.
- Ella no me quiere por interés, simplemente me quiere a su manera, un poco extraña, pero a su manera.
- Bueno es tu relación yo ahí no me meto. Vamos a cenar algo tengo un poco de hambre.
- Sí, ¿Qué te apetece?
- No se algo que no me siente mal, por ejemplo, una ensalada.
Bajamos a la cocina, él se encargó de hacer la cena, decía que estaba mala y que no me iba a dejar hacer nada y yo le deje total salía ganando yo. cenamos en el salón mientras veíamos algo en la tele, y al final terminamos viendo una peli de miedo. Me la pase abrazada a Gavi, esta era peor que la que vimos el otro día, cuando acabó le pedí que me acompañara a mi cuarto, no subía yo sola a mi cuarto sin luz en el pasillo ni, aunque me dieron diez millones de euros. Subimos me metí en la cama, me dio un beso en la cabeza y cuando estaba a punto de salir por la puerta le dije que se quedara a dormir conmigo, el aceptó, asique se metió en mi cama con el pantalón de chándal que traía y sin camiseta. No sé cómo, pero acabe durmiendo toda la noche abrazada a él.
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TODO LO QUE HAGO ES POR TI
FanfictionLeila se muda a la ciudad donde quiere vivir desde pequeña, Barcelona, con su mejor amiga Lucía, pero algo la hace cambiar el rumbo de su vida cambiándosela por completo en poco tiempo.