XXIX. PABLO

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Mi madre se había ido ayer por la tarde a Madrid porque tenía que hacer unos recados, por lo que me dejo a cargo de Iván, diciéndome que en dos días estaría de vuelta. Quizá mi hermano y yo acabáramos matándonos, pero en el fondo me encantaba pasar tiempo con él. Era mi hermano pequeño, el único que tenía y por ende al que más quería. Yo siempre había querido tener un hermano y cuando mi madre me dio la noticia a los 9 años recuerdo que alguna que otra lagrima sí que salto de mis ojos. Durante todo el embarazo no me separe de la barriga, y lo único que quiera era que los nueve meses pasaran lo más rápido posible para tenerle junto a mí. Cuando Iván llego al mundo, fue ahí cuando sí que rompí a llorar. Y desde ese momento mi hermano era la persona más importante para mí.

Ahora estábamos en casa, hoy habíamos dormido juntos después de hacer noche de maratón de cars, el pobre no podía más y acabo acurrucado en mis brazos durmiendo de lo más mono. Me levante de la cama dejándole seguir durmiendo plácidamente. Me baje a hacer el desayuno, nada del otro mundo, cereales de chocolate con un cola cao. Al sacar los vasos del microondas unos pequeños pasos llegaron a la cocina frotándose los ojos. Iván llego hasta mi para abrazarme y dejar un pequeño beso en mi mejilla y ponerse a desayunar, yo me senté junto a él, después de desayunar hablamos sobre qué le apetecía hacer hoy, decidiendo quedarnos en casa haciendo el vago. Se tiró en el sofá a jugar al FIFA, mientras que yo recogía un poco la casa. Cogí mi móvil cuando vibro encima de la cama encontrándome con un mensaje de Lucía.

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Baje las escaleras y me tire al sofá con el móvil mientras veía a Iván jugar en la tele

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Baje las escaleras y me tire al sofá con el móvil mientras veía a Iván jugar en la tele. Cuando me aburrí de estar con el móvil, me puse a jugar al FIFA, había jugado alguna vez con Gavi y era malísima la verdad. Juguemos unos cuentos partidos, concretamente cinco, sorprendentemente gane dos, aunque todavía no sé cómo lo hice, no había que poner mucho esmero en ganarme.

Al llegar una las dos del medio día me levante para ir a la cocina y empezar hacer la comida. Cerré la puerta y me puse mi música. Estaba pensando que hacer y no me decante por algo muy difícil, tanto mi hermano como yo, nos gustaba cualquier cosa y eso era gracias a mi madre que desde pequeños nos había dado de todo. Como no tenía muchas ganas de cocinar me decidí por unos espaguetis que eran mi comida favorita y a Iván también le encanta.

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⏰ Última actualización: Nov 24 ⏰

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