Fui a cenar junto a mis dos chicas, mi hermana y Leila, que habían hecho una muy buena amistad a pesar de haber sido la primera vez en verse. Cenamos en un restaurante tranquilo, después del partido estaba cansando y no me apetecía llamar mucho la atención, aunque es un poco difícil no hacerlo. Al terminar mi hermana nos llevó a Leila y a mí a casa y ella se fue al hotel donde se quedaría estos días. Entramos en casa y no había nadie por lo que supusimos que por la hora que era, aunque no era muy tarde estarían durmiendo, íbamos a ir a dormir en su casa ya que Lucía la escribió durante la cena para decirla que no dormía en casa, así estaríamos más a gusto y no con estos monos que no saben ni dormir tranquilos. Cogí mis cosas y salimos de casa haciendo el menor de los ruidos para no despertarles. Después de pasar nosotros y cerrar la puerta nos dirigimos a su habitación o yo por lo menos que estaba deseando cambiarme de ropa y ponerme a dormir, pero esos planes cambiaron cuando entré al baño y vi a Leila con su pijama que la hacía un culo impresionante del cual mi mano no paso de largo al ponerme tras ella darle una nalgada y abrazarla por detrás.
- Aahhh pablo. – dijo mientras me miraba a través del espejo.
- Es que me estaba llamando. – la conteste y seguido le deje un pequeño, cariñoso y a la vez un poco caliente beso en su cuello.
- Gavi me estoy lavando los dientes.
- Pero es que tardas mucho.
- Perdón por querer ser higiénica.
- Bueno, ¿vamos a la camita?
- Vete tu yo todavía no he acabado.
- ¿Qué te queda?
- Lavarme la cara y ponerme crema.
- Pero para que te echas tantos potingues si eres preciosa.
- Para tener la piel bien, ve tu que ahora voy yo.
- No te espero.
- Pablo tienes una cara de muerto, vete a dormir que yo acabo y voy.
- No. – terminé de decir y la volví a dar un beso en el cuello, pero esta vez mas fogoso poniéndola nerviosa.
- Pablo.
- ¿Qué?
- Tengo que ter... - no la deje acabar porque la di la vuelta y puse mis labios sobre los suyos uniéndolos como dos figuras que encajaban a la perfección.
Ese beso que al principio era lento y cariñoso según pasaban los segundos se iba convirtiendo en agresivo, feroz, caliente, pero sobretodo tenia pasión. Ella poso las manos sobre mi pelo hundiendo sus dedos entre el, seguidamente yo baje mis manos a su culo apretándolo a mi gusto. Yo cada vez estaba más excitado y por ende mi intimidad cada vez se hacía más notable. La senté sobre el lavabo para yo hacerme hueco entre sus piernas, baje mis besos de su boca a su cuello, haciendo que ella tirara su cuello hacia atrás para dejarme más espacio. Mientras yo la seguía metido en su cuello, ella se encargó de quitarme la camiseta y soltar algún que otro gruñido que a mí me puso más de lo que estaba. Volví a su boca mucho más salvaje, esta vez yo fui yo quien se encargó de quitarla la camiseta a ella y bajando y posicionando mi mano en el elástico de su pantalón introduciéndola poco a poco en él. La toque sutilmente por encima del tanga haciendo que se la erizara la piel y soltara un pequeño gemido que fue música para mis oídos. La baje los pantalones y su precioso tanga negro de encaje para hundir mi lengua en su feminidad y momentos después dos dedos dentro de ella, que se tensó al sentirme dentro de ella, pero segundos después se relajó al yo volver a dejar besos intensos por su clavícula y distintas partes de su precioso cuerpo. Al introducir un dedo más en ella se tapó la boca con su mano, cosa que yo quite porque me moría de ganas de escucharla solo para mí, me cogió de la barbilla haciendo que volviera a su boca adentrándome en ella de una forma brusca, salvaje, pero acariciando su lengua suavemente, para acallar algún que otro gemido que no podía soportar. Mi lengua se encargó de que minutos después estimulara su clítoris de nuevo, haciendo que se volviera a tensar.
- Pablo, me corr...
- Aguanta un poco más preciosa.
Y eso hizo durante varios minutos, pero no duro mucho más al sentir como se contraía conmigo dentro y se deshacía conmigo dentro.
Nos tumbamos en la cama y después de unos cuantos besos tiernos, ella tumbada sobre mi pecho nos dormimos abrazos y relajados
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pido perdón por no haber subido nada en este tiempo, voy a volver intentando subir uno o dos semanalmente pero no prometo nada porque quiero estar mas concentrada en el insti
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TODO LO QUE HAGO ES POR TI
FanfictionLeila se muda a la ciudad donde quiere vivir desde pequeña, Barcelona, con su mejor amiga Lucía, pero algo la hace cambiar el rumbo de su vida cambiándosela por completo en poco tiempo.