Incómodo

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Ese mismo día, al mediodía el sol brillaba sobre el patio del gimnasio de la cárcel, donde Violeta y Chiara solían pasar su tiempo libre haciendo yoga o ejercicios suaves. Hoy no era diferente; ambas se encontraban estirando en las colchonetas, compartiendo risas y gestos cariñosos entre sí.

- Este sol se siente tan bien - dijo Chiara, estirando los brazos hacia arriba.

- Sí, es como si nos estuviera abrazando - respondió Violeta, sonriendo mientras miraba a Chiara con amor.

Sin embargo, su momento de intimidad se vio interrumpido cuando Lara entró al gimnasio y se acercó a ellas. Violeta frunció el ceño, sintiendo una oleada de molestia al verla.

- Hola, chicas - saludó Lara, con una sonrisa amistosa. - ¿Puedo unirme a ustedes?

Violeta apretó los labios, conteniendo su irritación, mientras Chiara asentía con cortesía.

- Claro, Lara. Siéntete libre de unirte a nosotras - dijo Chiara, tratando de sonar amable.

Lara se sentó en una colchoneta cercana y comenzó a estirar, pero su atención parecía estar totalmente centrada en Chiara.

- Entonces, ¿cómo han estado? - preguntó Lara, mirando a Chiara con interés evidente.

- Bien, gracias - respondió Chiara, sintiéndose incómoda bajo la mirada intensa de Lara. - Hemos estado ocupadas, ¿verdad, Violeta?

Violeta asintió con frialdad, sintiendo cómo aumentaba su irritación con cada palabra que Lara dirigía a Chiara.

- Sí, hemos estado ocupadas - dijo Violeta, con voz tensa.

Lara pareció darse cuenta de la presencia de Violeta y no tuvo más remedio que incluirla en la conversación.

- ¿Y tú, Violeta? ¿Qué has estado haciendo últimamente?

Violeta apretó los dientes, sintiéndose cada vez más frustrada.

- Lo de siempre - respondió bruscamente. - Intentando no perder la cordura en este lugar.

Chiara le lanzó una mirada de advertencia, pero Violeta apenas la notó. Estaba demasiado concentrada en contener su enojo hacia Lara.

El resto del tiempo en el gimnasio transcurrió incómodamente, con Lara tratando de integrarse mientras Violeta mantenía una actitud distante y reservada. Chiara se esforzaba por mantener la paz entre ellas, pero la tensión en el aire era palpable.

Finalmente, el mediodía llegó a su fin y las tres chicas se separaron, cada una regresando a sus celdas con una sensación de alivio. Para Violeta, fue un alivio escapar de la presencia de Lara, al menos por un tiempo. Sin embargo, sabía que tendría que enfrentarse a ella nuevamente en algún momento, y eso no hacía más que aumentar su ansiedad.

- VC, spirito

Fin del maratón 4/4

Amor entre rejasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora