Tensión

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El comedor estaba lleno de ruido y actividad, con el sonido de charlas y risas rebotando en las paredes. Violeta, Denna, Naiara y Ruslana ya estaban sentadas en su mesa habitual, disfrutando de sus comidas. Faltaba Chiara, que aún estaba en el baño.

Cuando Chiara volvió del baño, agarró su bandeja y se puso en la barra para pedir su comida.

Desde su asiento, Violeta no dejaba de lanzar miradas hacia la barra, esperando ansiosamente a que su novia volviera. De repente, vio a Lara, la nueva reclusa, acercándose a Chiara, quien estaba pidiendo su comida con la bandeja en la mano.

- Hola, Chiara - dijo Lara con una sonrisa amplia -. ¿Cómo va tu día?

Chiara sonrió tímidamente.

- Bien, gracias. Solo un poco ocupada.

Lara dio un paso más cerca, con una mirada que Violeta no pudo evitar notar.

- ¿Te importa si te acompaño a tu mesa?

Chiara se encogió de hombros, claramente incómoda.

- Claro, no hay problema.

Desde la mesa, Violeta se tensó, sintiendo una ola de celos.

- ¿Qué hace esa chica? - murmuró, entrecerrando los ojos.

Denna puso una mano en el brazo de Violeta.

- No hagas una escena, Violeta. Vamos a ver cómo se desarrolla esto.

Chiara y Lara se dirigieron hacia la mesa. Chiara se sentó junto a Violeta, y Lara se acomodó al otro lado.

- Hola, chicas - saludó Lara con entusiasmo.

- Hola - respondieron Naiara y Ruslana al unísono, mientras que Violeta apenas inclinó la cabeza en señal de saludo.

- Entonces, Lara - comenzó Denna, tratando de aliviar la tensión -, ¿cómo te estás adaptando aquí?

Lara sonrió.

- Pues es difícil, pero me alegra haber conocido a personas tan amigables como ustedes.

Chiara, sintiendo la mirada intensa de Violeta sobre ella, intentó desviar la conversación.

- ¿De dónde dices que eras, Lara?

Lara se giró hacia Chiara, sus ojos brillando.

- Soy de una pequeña ciudad al sur. Nada interesante, realmente. Pero aquí es... diferente.

- ¿Diferente en qué sentido? - preguntó Naiara, tratando de mantener el diálogo ligero.

- Bueno, todo es más... intenso aquí - dijo Lara, mirando directamente a Chiara -. Y he conocido a personas que realmente hacen que valga la pena estar aquí.

Violeta apretó los labios, intentando contener su frustración.

- Chiara - dijo con voz firme -, ¿puedes pasarme la sal, por favor?

Chiara asintió rápidamente y pasó el salero a Violeta, quien lo tomó sin apartar la mirada de Lara.

- Entonces, Lara - continuó Ruslana -, ¿tienes algún hobby o interés especial?

Lara sonrió.

- Me encanta leer y escribir. Y también disfruto mucho de la compañía de buenas personas.

Chiara se removió incómodamente en su asiento, sintiendo la tensión creciente.

- Bueno, me alegra que estés encontrando tu lugar aquí.

Lara asintió, sus ojos fijos en Chiara.

- Sí, y espero seguir conociéndote mejor.

Violeta no pudo más.

- Bueno, Lara, es genial que estés haciendo amigas aquí. Pero, Chiara y yo tenemos algunos planes después de la cena. ¿Cierto, Chiara?

Chiara asintió rápidamente.

- Sí, exactamente. Tenemos algunas cosas que hacer.

Lara miró a Violeta y luego a Chiara, su sonrisa vacilando un poco.

- Oh, claro. No quiero interrumpir.

Denna intervino rápidamente.

- Bueno, siempre hay tiempo para más charlas. ¿Por qué no nos cuentas más sobre tus intereses, Lara?

La conversación continuó, pero Violeta no pudo evitar seguir sintiendo una punzada de celos cada vez que Lara miraba a Chiara. Sin embargo, el apoyo de sus amigas y la presencia de Chiara a su lado le daban la fuerza para mantener la calma. La noche era joven y la batalla apenas comenzaba.



- VC, spirito

Amor entre rejasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora