Celos

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La cena había terminado y la tensión aún colgaba en el aire. Violeta y Chiara se dirigieron a los baños, buscando un poco de privacidad lejos de las miradas de Lara y cualquier otra distracción. Una vez dentro de uno de los cubículos, Violeta cerró la puerta con un golpe seco.

- No soporto cómo te mira esa chica - dijo Violeta, cruzando los brazos sobre el pecho y frunciendo el ceño.

Chiara suspiró, tratando de calmar a su novia.

- Violeta, no hay nada entre Lara y yo. Solo es nueva y está tratando de hacer amigos.

Pero Violeta no estaba dispuesta a escuchar razones.

- Es más que eso y lo sabes - replicó, dando un paso hacia Chiara -. No me gusta cómo se te acerca, cómo trata de acaparar tu atención.

Chiara levantó las manos en un gesto de rendición.

- Lo sé, lo sé. Pero no tienes que preocuparte. Tú eres la única que me importa.

Violeta miró a Chiara intensamente, sus ojos llenos de una mezcla de celos y deseo. Sin previo aviso, se abalanzó sobre ella, besándola con una intensidad que sorprendió a Chiara. No era un beso como los otros; este estaba cargado de pasión y una necesidad urgente de afirmar su territorio.

- Violeta... - murmuró Chiara contra sus labios, pero sus palabras se perdieron en el beso. Las manos de Violeta exploraban su cuerpo con una urgencia que no había sentido antes, deslizándose por su espalda, su cuello, su cintura.

- Necesito recordarte que eres mía - susurró Violeta, separándose apenas unos milímetros de los labios de Chiara.

Chiara, con la respiración acelerada, solo pudo asentir. Estaban perdidas en su propio mundo, el calor y la pasión envolviéndolas, cuando de repente la voz de un guardia resonó en el pasillo.

- Es hora de volver a las celdas. ¡Vamos, chicas!

Con un sobresalto, se separaron, ambos respirando con dificultad. Violeta sonrió con una mezcla de frustración y diversión.

- Por esta vez te salvas - dijo en un tono sensual, con una sonrisa coqueta y los ojos llenos de lujuria.

Chiara, aún recuperándose, sonrió de vuelta.

- Deberíamos volver antes de que sospechen.

Se acomodaron la ropa y salieron del cubículo, caminando juntas hacia sus celdas. Aunque la noche había terminado de manera abrupta, ambas sabían que este era solo el comienzo de una nueva fase en su relación, una fase llena de desafíos pero también de momentos robados que las unían aún más.

- VC, spirito

Maratón 1/4

Amor entre rejasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora