Felices por y para siempre

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Seis años habían pasado desde que Chiara y Violeta se convirtieron en madres, formando una familia que ahora florecía con amor y alegría. Luca y Mateo, sus hijos, eran la personificación de la felicidad en una casa llena de risas y juegos. Vivían en un hogar acogedor con un jardín donde jugaban con su fiel compañera, Luna, la perrita que habían adoptado hacía años.

En una mañana de principios de otoño, el sol se filtraba suavemente por las ventanas de la cocina mientras Chiara preparaba el desayuno y Violeta se ocupaba de los últimos detalles antes de que Luca y Mateo partieran hacia la escuela.

- ¡Chicos, apúrense! ¡No queremos llegar tarde al primer día de clases! - exclamó Violeta desde el pasillo, ajustando las mochilas de los niños mientras ellos se abrochaban los zapatos con entusiasmo.

- ¡Ya casi estamos listos, mamá! - respondió Luca con una sonrisa, emocionado por el nuevo año escolar.

- ¿Crees que se sentirán bien en la escuela hoy? - preguntó Chiara a Violeta en voz baja mientras ponía el pan tostado en la mesa.

- Claro que sí. Son tan valientes y están tan emocionados por ir. Además, tienen a Luna esperándolos para jugar cuando regresen - respondió Violeta con una sonrisa, mirando a los niños con orgullo.

Después del desayuno y las fotos obligatorias en el porche, Chiara y Violeta vieron cómo Luca y Mateo caminaban hacia la escuela con una mezcla de emoción y nerviosismo. Se abrazaron mutuamente, sabiendo que sus pequeños estaban creciendo rápidamente y disfrutando cada momento de la vida familiar que habían construido juntas.

Mientras tanto, Chiara y Violeta aprovecharon el tiempo sin niños en casa para hacer algunas tareas domésticas y preparar el almuerzo. Luna, siempre atenta a sus movimientos, las seguía de cerca, esperando cualquier indicio de que pronto podrían salir al jardín a jugar.

Después de recoger a Luca y Mateo de la escuela por la tarde, la familia decidió disfrutar del día en el parque cercano. Jugaron en los columpios, exploraron el área de juegos y corrieron por el césped con Luna, quien demostraba su entusiasmo persiguiendo una pelota por todo el parque.

De vuelta en casa, Chiara y Violeta se sentaron juntas en el sofá, relajadas después de un día lleno de actividades familiares.

- ¿Puedes creer lo rápido que están creciendo? Parece que fue ayer cuando los llevábamos a la guardería por primera vez - comentó Chiara, apoyando la cabeza en el hombro de Violeta.

- Lo sé. Pero cada día es un regalo con ellos. No puedo imaginar la vida sin Luca, Mateo y, por supuesto, nuestra traviesa Luna - respondió Violeta, acariciando el cabello de Chiara con ternura.

Chiara miró a Violeta con una sonrisa amorosa y colocó una mano sobre su vientre, acariciandolo suavemente.

- Violeta, hay algo que quería contarte. - dijo Chiara con voz suave, mirando a su esposa con ojos brillantes de emoción.

- ¿Qué pasa, cariño? - preguntó Violeta, notando el brillo en los ojos de Chiara.

- Estoy embarazada otra vez. - anunció Chiara con una sonrisa radiante, saboreando el momento en que compartiría esta noticia especial con Violeta.

Violeta se quedó sin aliento por un momento, asimilando la noticia. Luego, su rostro se iluminó con una sonrisa llena de alegría y sorpresa.

- ¡En serio! ¡Eso es increíble! - exclamó Violeta, rodeando a Chiara con sus brazos y depositando un beso suave en su mejilla. Luego, colocó una mano cariñosa sobre la barriga de Chiara, sintiendo la vida que crecía dentro de ella.

Chiara asintió con la cabeza, feliz de compartir este momento tan especial con Violeta. Juntas, miraron hacia el futuro con esperanza y emoción, sabiendo que sus vidas estaban llenas de amor, familia y la promesa de nuevos comienzos.

Así, en la calidez de su hogar y rodeadas de amor y risas, Chiara y Violeta contemplaron con gratitud la belleza de la vida que habían construido juntas. Con Luca, Mateo y el nuevo bebé en camino como el centro de su universo, sabían que su historia de amor continuaría floreciendo, llena de momentos felices y recuerdos preciosos que compartirían para siempre.

Estaba claro que lo suyo sería por y para siempre, sin importar nada.

- VC, Spirito

Esta historia llegó a su fin mis amores...

Espero que les haya gustado esta historia, y no se preocupen porq vienen muchas más! 💗

Amor entre rejasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora