Extra 2 (La boda)

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La mañana de la boda de Chiara y Violeta amanecieron con un cielo despejado y un sol brillante, prometiendo un día perfecto. El jardín donde se celebraría la ceremonia estaba decorado con flores de todos los colores, luces suaves colgaban de los árboles y una brisa ligera acariciaba las hojas. Amigos y familiares comenzaron a llegar, llenando el lugar de risas y conversaciones animadas.

Chiara estaba en una habitación preparándose, rodeada de sus amigos más cercanos; Ruslana y Maritn este último lo conoció en su trabajo y se habían vuelto inseparables. Todas estaban ayudándola con los últimos retoques en su vestido, asegurándose de que cada detalle estuviera perfecto.

- ¿Estás nerviosa? - preguntó Martin, ajustando el velo de Chiara.

- Un poco, pero sobre todo estoy emocionada - respondió Chiara, mirándose en el espejo. - Es el día que siempre he soñado.

- Vas a estar maravillosa, Chiara - dijo Ruslana con una sonrisa. - Y Violeta va a perder la cabeza cuando te vea.

Chiara rió, sintiendo un nudo en el estómago por la emoción.

- Gracias, chicos. No sé qué haría sin ustedes - dijo, abrazándolos.

Mientras tanto, en otra habitación del lugar, Violeta estaba preparándose con la ayuda de su familia. Su madre ajustaba su vestido, y su hermana pequeña, Tana, le daba ánimos.

- Te ves increíble, Violeta - dijo Tana con admiración. - Chiara es muy afortunada de tenerte.

- Y yo soy afortunada de tenerla a ella - respondió Violeta, con una sonrisa. - Hoy es el comienzo de algo hermoso, y no puedo esperar a ver qué nos depara el futuro.

- Vamos, es hora - dijo su madre, acariciando su rostro con ternura. - Estoy tan orgullosa de ti, hija. - Los padres de Violeta volvieron ha hablar con ella, se arrepintieron y entendieron porque Violeta hizo lo que hizo, ahora volvían a ser una familia unida.

En el jardín, los invitados tomaron asiento mientras la música comenzaba a sonar suavemente. Chiara estaba al final del pasillo, sosteniendo un ramo de flores y sintiendo que su corazón latía con fuerza. Al otro lado, Violeta la esperaba, con los ojos llenos de amor y emoción.

Chiara comenzó a caminar lentamente, acompañada por su padre, quien la miraba con orgullo. Cada paso la acercaba más a Violeta, y con cada paso sentía que todos sus sueños se estaban haciendo realidad.

Cuando finalmente llegó junto a Violeta, su padre le dio un beso en la mejilla y se retiró. Chiara y Violeta se tomaron de las manos, mirándose a los ojos con una intensidad que hablaba más que cualquier palabra.

El oficiante comenzó la ceremonia, pero Chiara y Violeta apenas podían prestar atención. Estaban absortas en el momento, sintiendo el amor y la conexión que compartían.

- Hoy estamos aquí para celebrar el amor y la unión de Chiara y Violeta - dijo el oficiante. - Ellas han decidido compartir sus vidas y comprometerse el uno con el otro, y es un honor ser testigos de este hermoso momento.

El oficiante hizo una pausa, permitiendo que Chiara y Violeta intercambiaran sus votos.

- Chiara, desde el momento en que te conocí, supe que había algo especial en ti - comenzó Violeta, con la voz temblorosa pero firme. - Has sido mi confidente y mi amor verdadero. Prometo amarte y apoyarte en todas las circunstancias, para siempre. Eres mi vida, y no puedo esperar a pasar el resto de mis días contigo.

Chiara sintió que las lágrimas comenzaban a correr por sus mejillas. Respiró hondo y comenzó a hablar.

- Violeta, contigo he encontrado mi hogar. Prometo estar a tu lado en cada paso del camino, amarte sin reservas y apoyarte en todo lo que hagas. Eres mi vida y mi todo. Estoy tan agradecida por cada momento que hemos compartido y por todos los que vendrán.

El oficiante sonrió y continuó.

- Chiara y Violeta, habéis intercambiado vuestros votos y prometido amarse y cuidarse la una a la otra. Por el poder que me ha sido otorgado, las declaro esposas. Pueden besarse.

Chiara y Violeta se besaron con ternura, sellando su amor y compromiso mientras los invitados aplaudían y vitoreaban. Se miraron con ojos brillantes, sabiendo que este era solo el comienzo de una nueva y maravillosa etapa de sus vidas.

La recepción fue una celebración alegre, llena de música, risas y bailes. Chiara y Violeta compartieron su primer baile como esposas, rodeadas de amigos y familiares que las aplaudían y vitoreaban.

- No puedo creer que finalmente estemos aquí - dijo Chiara, apoyando su cabeza en el hombro de Violeta mientras bailaban.

- Lo sé. Ha sido un viaje largo, pero cada momento valió la pena - respondió Violeta, acariciando el cabello de Chiara. - Estoy tan feliz de compartir mi vida contigo.

Durante la cena, Denna se levantó para dar un discurso.

- Chiara y Violeta, he tenido el privilegio de ver cómo ha crecido su amor desde el principio. Han enfrentado desafíos y han salido más fuertes cada vez. Estoy increíblemente feliz de estar aquí hoy, celebrando este amor tan hermoso. ¡Les deseo una vida llena de felicidad y amor interminable! - dijo Denna, levantando su copa.

- Gracias, Denna. Tus palabras significan mucho para nosotras - dijo Chiara, con una sonrisa agradecida.

Después, Naiara también quiso decir unas palabras.

- Chiara y Violeta, ustedes son el ejemplo perfecto de que el amor verdadero puede superar cualquier obstáculo. He visto cómo se apoyan mutuamente y cómo crecen juntas. Es un honor ser parte de este día tan especial. ¡Les deseo todo lo mejor en esta nueva etapa de sus vidas! - dijo Naiara, emocionada.

- Gracias, Naiara. Tu apoyo siempre ha sido invaluable para nosotras - respondió Violeta, sonriendo.

La noche continuó con más brindis, risas y bailes. Amigos y familiares se acercaban para felicitar a Chiara y Violeta, compartiendo su alegría y amor.

- ¡Felicidades, Chiara y Violeta! - dijo uno de los amigos de la familia, abrazándolas. - Es un placer verlas tan felices y enamoradas.

- Gracias. Estamos muy emocionadas por todo lo que nos espera - respondió Chiara, con una sonrisa radiante. Cuando el amigo se fue Violeta habló.

- ¿Quién era? - preguntó confundida.

- Ni idea - contestó Chiara levantando los hombros.

Mientras la noche avanzaba, Chiara y Violeta se tomaron un momento para ellas, alejándose un poco de la multitud. Se sentaron en un banco bajo un árbol iluminado por las luces suaves.

- Este ha sido el mejor día de mi vida - dijo Chiara, tomando la mano de Violeta.

- Y el mío también - respondió Violeta, besando la mano de Chiara. - No puedo esperar a ver qué nos depara el futuro.

- Prometo que siempre estaremos juntas, enfrentando todo lo que venga - dijo Chiara, mirándola a los ojos.

- Y yo prometo lo mismo - respondió Violeta, sonriendo.

- VC, Spirito

Amor entre rejasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora