Revelación (Final)

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Chiara y Violeta pasaron toda la noche pensando en cómo podrían mantener a Lara alejada. Sabían que el plan anterior no había funcionado y que necesitaban idear algo más efectivo. Con la ayuda de sus amigas, Denna, Naiara y Ruslana, se sentían más fuertes y determinadas.

A la mañana siguiente, Chiara y Violeta se dirigieron al comedor con cierta tensión en el aire. Al llegar, se sentaron en su mesa habitual y comenzaron a conversar mientras esperaban la llegada de Lara. El ambiente estaba lleno de anticipación y nerviosismo.

- ¿Crees que funcione este plan? - preguntó Violeta, entrelazando sus dedos con los de Chiara bajo la mesa.

- Tenemos que intentarlo. No podemos dejar que Lara siga interfiriendo - respondió Chiara con firmeza, aunque la preocupación se reflejaba en sus ojos.

Los minutos pasaron y Lara no aparecía. Denna fue la primera en notar la ausencia.

- ¿Alguien ha visto a Lara hoy? - preguntó, mirando a su alrededor.

Naiara y Ruslana intercambiaron una mirada rápida antes de que Ruslana se decidiera a hablar.

- No vendrá - dijo con una expresión seria. - La trasladaron a otra prisión anoche.

Chiara y Violeta se miraron sorprendidas, y aunque intentaron disimular, una mezcla de alivio y curiosidad se reflejaba en sus rostros.

- ¿Por qué la trasladaron? - preguntó Chiara, tratando de mantener la calma.

Naiara suspiró antes de responder.

- Parece que... mató a una reclusa.

La revelación dejó a Chiara y Violeta boquiabiertas. La mente de Chiara trató de procesar lo que había escuchado. Antes de que pudiera preguntar, Denna añadió:

- La chica estaba secretamente enamorada de ti, Chiara. Lara la mató por celos.

El horror de la situación golpeó a Chiara con fuerza. Sintió un nudo en el estómago y su mente empezó a imaginar lo que podría haber pasado. Violeta, sintiendo su angustia, le tomó la mano, apretándola con fuerza.

- ¿Y ahora qué va a pasar con Lara? - preguntó Violeta, con un temblor en la voz.

Ruslana, con una mirada de compasión, respondió:

- Fue condenada a la pena de muerte.

Un silencio pesado cayó sobre la mesa. Chiara y Violeta se miraron, asimilando las implicaciones de lo que había ocurrido. Chiara sentía un torbellino de emociones: alivio porque Lara ya no estaba cerca, pero también una profunda tristeza y miedo por la violencia y el peligro que las rodeaba constantemente.

- Esto podría haberte pasado a ti, Violeta... - susurró Chiara, sin poder evitar pensar en lo cerca que habían estado del peligro.

Violeta asintió, apretando aún más la mano de Chiara.

- Pero no pasó, y ahora estamos juntas. - Violeta intentó sonreír, aunque sus ojos aún reflejaban el miedo y la ansiedad.

Denna, Naiara y Ruslana observaban a sus amigas con solidaridad y apoyo.

- Estamos aquí para ustedes - dijo Naiara suavemente. - Cualquier cosa que necesiten.

Chiara y Violeta se sintieron reconfortadas por las palabras de Naiara y el apoyo silencioso de sus amigas. Sabían que, a pesar de todo, no estaban solas en ese lugar tan peligroso.

Después de un rato, intentaron continuar con su desayuno, pero el ambiente seguía tenso. Chiara no podía dejar de pensar en lo sucedido. La idea de que alguien hubiera muerto por ella, y que Lara pudiera haber hecho lo mismo con Violeta, la llenaba de una profunda ansiedad.

Esa noche, mientras yacían en sus literas, Chiara no podía dejar de pensar en lo ocurrido. Los pensamientos sobre lo que podría haberle pasado a Violeta la mantenían despierta. Se giró en su litera y miró a Violeta, que dormía profundamente a su lado. El miedo de perderla se sentía tan real que le quitaba el aliento.

- Violeta... - susurró Chiara, casi inaudible.

Violeta se movió ligeramente, abriendo los ojos adormilados.

- ¿Chiara? - murmuró, notando la inquietud en su voz. - ¿Qué pasa?

- No puedo dejar de pensar en que pudo haberte pasado algo. Lara podría haberte matado también.

Violeta se incorporó y rodeó a Chiara con sus brazos, atrayéndola hacia sí.

- Pero no lo hizo, Chiara. Estoy aquí, contigo. No dejemos que el miedo nos consuma. Tenemos que ser fuertes, por nosotras y por lo que sentimos.

Chiara asintió, dejando que las palabras de Violeta la calmaran. Lentamente, se dejó llevar por el cansancio y el calor reconfortante de los brazos de su amada, encontrando consuelo en su presencia.

A pesar de los desafíos y los peligros, Chiara y Violeta sabían que juntas podrían enfrentar cualquier cosa. Su amor y el apoyo de sus amigas eran su refugio en un mundo lleno de incertidumbres, y eso las hacía más fuertes.

Al día siguiente, el comedor estaba más tranquilo de lo habitual. Chiara y Violeta llegaron temprano, como siempre, y se sentaron en su mesa favorita. Denna, Naiara y Ruslana llegaron poco después, trayendo consigo una atmósfera de normalidad que las reconfortaba.

- Buenos días, chicas - saludó Denna con una sonrisa. - ¿Cómo durmieron?

- Un poco inquietas, pero estamos bien - respondió Chiara, devolviendo la sonrisa.

- Es normal después de lo que pasó - dijo Naiara con comprensión. - Pero estamos aquí para ustedes.

- Gracias, en serio - dijo Violeta, agradecida por el apoyo de sus amigas.

El grupo comenzó a conversar sobre temas más ligeros, tratando de distraerse de los eventos recientes. Hablaban de cualquier cosa, desde los nuevos libros en la biblioteca de la prisión hasta los rumores sobre posibles cambios en la administración.

- Escuché que van a implementar un nuevo programa de actividades recreativas - mencionó Ruslana, tratando de mantener la conversación animada.

- Sí, algo sobre clases de arte y deportes - añadió Naiara. - Podría ser una buena forma de mantenernos ocupadas y distraídas.

Chiara y Violeta asintieron, agradecidas por la distracción. Sabían que no podían cambiar lo que había sucedido, pero podían seguir adelante y encontrar maneras de adaptarse y sobrevivir.

Esa noche, mientras se preparaban para dormir, Chiara y Violeta se tomaron un momento para reflexionar sobre todo lo que había pasado. Chiara miró a Violeta con una expresión de determinación.

- Vamos a salir adelante, Vivi . Juntas.

- Sí, juntas - respondió Violeta, sonriendo.

Se abrazaron con fuerza, sintiendo la calidez y el amor que las unía. A pesar de las dificultades, sabían que podían contar la una con la otra y con sus amigas. Eso les daba la fuerza necesaria para seguir adelante.

Con el tiempo, la vida en la prisión continuó, y aunque el recuerdo de Lara y su violencia nunca se desvaneció por completo, Chiara y Violeta encontraron maneras de sobrellevarlo. Su amor y el apoyo de sus amigas eran su ancla en un mundo lleno de incertidumbre.

Y así, cada día, se enfrentaban a los desafíos de su entorno con valentía y determinación, sabiendo que, mientras estuvieran juntas, podrían superar cualquier obstáculo.

- VC, Spirito

Tranquilas chicas, se viene Epílogo y puede que alguna otra sorpresa por delante 👀
Maratón 2/2

Amor entre rejasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora