Final alternativo

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Antes de empezar aclaró que esto solo es un final alternativo, un final totalmente diferente, como otra opción de lo que pudiera haber pasado pero que en realidad no pasó, un final triste y trágico en vez de feliz.

El verdadero final es el anterior, solo que quería hacer veros que pudiera haber pasado, porq no todo es color de rosa 👀



Violeta estaba sentada junto a la cama de Chiara en la habitación del hospital, observando con tristeza cómo su esposa yacía allí, conectada a máquinas que monitoreaban su estado. Chiara parecía tranquila, como si estuviera dormida profundamente, pero los monitores que la rodeaban eran un recordatorio constante de la gravedad de su situación.

La habitación estaba llena de un silencio pesado, solo interrumpido por el suave zumbido de las máquinas y el suave susurro de los amigos que llegaban para mostrar su apoyo. Violeta se aferraba a la esperanza de que Chiara despertara, pero los médicos habían sido claros: el coma era profundo, y no podían predecir cuándo, o si, Chiara recuperaría la conciencia.

Esa mañana, el sol brillaba a través de las cortinas entreabiertas, arrojando rayos de luz dorada sobre la habitación sombría. Juanjo, un amigo cercano de Violeta, entró con un gesto preocupado en su rostro. Se acercó a Violeta con cautela y la abrazó con fuerza.

- Lo siento mucho, Violeta. Estamos aquí para ti - murmuró con sinceridad.

Violeta asintió con gratitud, sintiendo las lágrimas picar en sus ojos mientras se separaban del abrazo.

- Gracias, Juanjo. No sé qué hacer...- admitió en voz baja, su voz temblando con la emoción contenida.

Martín, quien había sido amigo de Chiara, se acercó y tomó la mano de Violeta con ternura.

- Ella es fuerte, Violeta. No pierdas la esperanza - dijo con voz suave pero firme.

Violeta asintió nuevamente, sintiendo el apoyo reconfortante de sus amigos.

- Intento mantener la esperanza viva... pero es difícil - admitió con sinceridad, mirando fijamente a Chiara con una mezcla de amor y desesperación.

Ruslana y Naiara entraron a la habitación en silencio, llevando consigo flores frescas y una caja de pañuelos. Ruslana se acercó a Violeta y le ofreció un pañuelo con cariño.

- Estamos aquí para ti, Violeta. Para lo que necesites - dijo con voz suave, sus ojos llenos de compasión.

Violeta tomó el pañuelo agradecida y sonrió débilmente.

- Gracias, Ruslana... Gracias a todos por estar aquí - respondió con voz entrecortada por la emoción.

Denna, una amiga cercana de Violeta, se unió al grupo con una bandeja de café y algunos bocadillos.

- Traje algo para que coman. Sé que han estado aquí toda la noche - dijo con una sonrisa triste mientras colocaba la bandeja en una mesa cercana.

Bea, la compañera de trabajo de Chiara que había compartido con ella tantos momentos alegres en la oficina, se acercó tímidamente y colocó una mano en el hombro de Violeta.

- Ella lo conseguirá, Violeta. Mantén la esperanza. Los médicos... pueden sorprendernos - dijo con una voz cargada de esperanza y pena al mismo tiempo.

Violeta asintió, agradecida por las palabras de aliento de sus amigos.

- Lo sé... Espero que tengas razón, Bea - respondió con un hilo de esperanza en su voz.

El tiempo pasó lentamente en la habitación del hospital, marcado por las visitas de amigos que compartían recuerdos y anécdotas de Chiara. La tarde llegó y la habitación se llenó de una quietud tensa cuando los médicos entraron para revisar los signos vitales de Chiara.

Amor entre rejasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora