Infinito

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Enfrenté dos espejos para perderme en una ensoñación tirana:
"No pierdas de vista el horizonte"
le digo, y me responde
que no le encontraré mañana.

De vez en cuando medito
esto de morir y nacer
sobre este trazo infinito

y de soledad extraña
que irrumpe cada atardecer,
que me rompe con su reflejo rojizo,
e ingenuo me dejo caer,
como en un limbo, entre sus mañas
y sus rebeldes rizos.

Retales de un hombre polillaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora