Mis gatos

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Adentro, su tacto de terciopelo toca mis sienes,
en el techo, su corretear infame hace un temblor,
un rugido que vibra en el aire, va y viene,
le llamo y curiosa viene, goza de vigor;

los malevos se encorvan e inflan el pecho,
bravío el felpudo, huraño el zambo,
se menean con el gesto arrecho
y cortejan a la hembra bailando malambo,

la ingrata come aquí y vive en otra casa,
el suicida afana del plato del perro,
la infante es muda, pelusa negra y mansa,
la consentida es espuma, y no caza;

en el árbol duermen, panza arriba, hedonistas,
excepto Nina, que se mete detrás de los muebles
o se esconde bajo la cama o entre mi ropa,
y busca mi mano cuando en el libro alzo la vista,

son bestias elegantes, que lindan este hogar,
errantes de Roma, durmientes del alto
y de las nobles soledades, que en el andar
llevan el misterio, la soberbia y el encanto.

Retales de un hombre polillaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora