—Que no tío, no puedo así— hablo enfadada la ucraneana, sabía que no debía pero la única que se acercó a ella fue la Chilena.
—Se que tienes impotencia Rus, es normal, pero si sigues gritando no te vas a recuperar— respondí tranquila, la ucraneana me miro enfadada y se fue azotando la puerta del box. Solté un suspiro, no había hecho nada mal.
Fuera del box estaban, Naiara y Juanjo, que miraron la escena con curiosidad, estos dos se acercaron al box donde se encontraba su amiga Chilena.— Llega a tener un poco más de fuerza y la puerta no la cuenta.
—¿Pero que ha pasado?— preguntó la maña con el ceño totalmente fruncido.
Mire hacia otro lado negando, con la mirada perdida.
—¿No nos lo vas a contar?— volvió a preguntar la maña, la mire y trague saliva.
—No se que ha pasado, no tiene un buen día y ya, es todo— respondi, Naiara negó con la cabeza mientras se cruzaba de brazos y se apoyaba en la pared del Box.
—Bueno, si no lo quieres contar es tu problema, tu te pierdes de nuestros maravillosos consejos, que los maños somos buenos aconsejando— Rodé los ojos y sonreí por fin.
—No ha pasado nada, enserio.— Juanjo asintió, vimos a Martín entrar en la sala buscando a su chico.
—Bueno, yo os dejo que me espera un chico muy guapo— lanzó un beso y se fue con Martín, Naiara seguía en la misma posición de antes mirándome sería.
—A mi no me gusta su actitud— se pronunció una vez Juanjo nos dejó solas.
—Esta pasando por una mala semana, es normal que este enfadada— La maña negó al instante.
—¿Y que culpa tienes tu?— no supe que responder y ella probó un punto, no hizo falta que me lo dijera para saberlo— Encima te quedas callada. Fer, no quiero que estés con esa tía si tiene estos arranques y tu te quedas callada y no haces nada.
—¿Pero que quieres que le haga Nai?, Necesita que la escuchen, no que la griten.
—Yo creo que si— Dijo con rabia— no quiero volver a escuchar que te hable mal, ni que te trate así, ¿Escuchaste?— Asentí, era la primera vez que la pagaba conmigo.
—Ahora, vamos a cenar que soy capaz hasta de comerme el micro del hambre que tengo— me ofreció su mano y no dude en tomarla, nos sentamos en la misma mesa de siempre, éramos tan pocos que ya entrábamos todos en la misma mesa.
—¿Dónde estaban?, las estaba buscando— Apareció Luki con dos platos en sus manos, los dejo en mi sitio y en el de Naiara.
—En el box, hablando— el asintió y se sentó esperando que nos sentaramos con el.
La cena transcurrió en risas y conversaciones un tanto raras, pero la canaria estuvo casi toda la cena callada, cosa que no pasó por alto para sus amigos ni para su chica.Estaban todos dentro de la habitación en sus respectivas camas, Ruslana había vuelto a dormir con Fer, pero la Chilena había decidido dormir hoy en su cama, no queria que la pelirroja le hablase mal otra vez, no tenia ganas de pelear.