Capítulo 2: Divagaciones de un lunático cuestionable

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Otto Hightower frunció el ceño mientras leía el informe que tenía en las manos. Ojos marrones recorriendo las líneas antes de colocarlo sobre la mesa frente a él.


Había pasado una semana desde que los Septa se apoderaron de Luna Lovegood.


En todos los sentidos, ella no les había dado ningún problema. No cuando la desnudaron y limpiaron. No cuando la obligaron a encerrarse para expiar su ropa pecaminosa. Pidiéndole que se arrepintiera, lo cual hizo después de cuestionar minuciosamente a los Septa sobre el propósito y lo que lograría. De alguna manera, nunca antes había oído hablar de Los Siete.


Ella no había ofrecido resistencia y había hecho lo que le pedían los Septa sin quejarse ni refutar. Sin embargo, muchos todavía informaron que se sintieron confundidos después de interactuar con ella. Algunos no recuerdan en absoluto que habían acogido a la niña. La habían dejado sola un día entero hasta que uno de los Septa superiores preguntó sobre su progreso. Todos ellos olvidando que incluso la tenían. Otto no podía encontrarle sentido. Nada de lo que había hecho podría hacer que la llamaran bruja. Sin embargo, tampoco había algo del todo normal en ella. Especialmente cuando todos sufrieron la misma enfermedad.


Otto, Alicent, Aegon y el Rey no mostraron cuentos problemas. Tampoco había enviado ninguno de los guardias el día que la recuperaron de las afueras de la ciudad. Otto no estaba seguro acerca de Aemond. Basándose únicamente en los informes, Aemond había aterrizado en las cercanías de la bruja al menos dos veces la semana anterior, pero insistió en que nunca aterrizó en absoluto. Otto advirtió a los Septa que no entraran solos a su habitación para ver si alguno podía llegar al fondo del asunto. Si ella les estaba haciendo algo cuando se separaron, eso terminaría.


"Esa chica", dijo Aegon, mirando a su abuelo. "Ella puede ser valyria. Pudo tocar a Vhagar y estar cerca de Fuego Solar sin que ninguno de los dos la quemara".


Ésa podría ser la respuesta a este enigma. Nadie podía recordar que Luna Lovegood estaba practicando magia valyria desconocida. No todos los Valyrios tenían el aspecto que la gente decía. Su nieta, por ejemplo. Un poco sencillo, aunque de modales apacibles y bastante agradables. Sin embargo, a ella le preocupaba que otros la tocaran. Había causado a Alicent muchos conflictos a lo largo de los años. Queriendo abrazar y abrazar a su hija pero Helaena rechaza todo contacto físico. La princesa seguiría cumpliendo con su deber cuando se casara. Otto estaba seguro de eso.


El Rey se animó ante eso. "Haz que la vuelvan a subir entonces. La interrogaremos sobre su ascendencia".

Guía de Luna Lovegood para los príncipes encantadores*TRADUCCION*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora