Capitulo 24: Tejiendo plata y oro

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Alicent y Luna Lovegood se sentaron uno frente al otro, bebiendo su té humeante. Alicent tenía el ceño fruncido, la corona descartada por ese día sin reuniones oficiales en su agenda. A decir verdad, la corona era mucho más incómoda de lo que a ella le importaba. A menudo le provocaba dolores de cabeza y tenía que ajustarlo para que no le crearan llagas por presión. Aunque reconoció el honor de poder usarlo.


—He oído que has empezado a hablar con Aegon de nuevo —dijo Alicent, calentándose las manos con su taza. El aire estaba helado.


Luna solo dejó escapar un zumbido, su expresión flácida.

"Quizás..." Alicent se desvaneció, escogiendo sus palabras con cautela. "Creo que Aegon comprende sus errores en este momento. Es mi..." respiró hondo, con el ceño fruncido por la tensión. "Mi mayor esperanza es que puedas encontrar en tu corazón la capacidad de perdonarlo".


Luna la miró a los ojos y sus ojos plateados la incomodaron como nunca antes. Se miraron fijamente sin decir palabra durante más de un minuto. Cada segundo se sentía como una hora insoportable para Alicent.


"Tú, por supuesto, lo ayudaste a salirse con la suya", dedujo Luna, sorbiendo su té y alejándose.


Alicent se estremeció y dejó la copa sobre la mesa. —Puedes juzgarme todo lo que quieras, pero no entiendes lo que es abrazar a cada uno de tus hijos y rezar a los dioses para que su hermana mayor no les corte el cuello para apoderarse del trono.


El ceño de Luna se hizo más profundo, una expresión de preocupación en su rostro. "No, no puedo afirmar que entiendo ese sentimiento".


Alicent dejó escapar un suspiro de alivio y volvió a coger su taza.


—No es tan sencillo perdonarlo —dijo Luna en voz baja—. Tampoco es fácil saber que el Rey seguirá permitiendo que Daemon siga con su locura.


Alicent arqueó las cejas. —¿Crees que está loco?


"¿Cómo se llama cuando un hombre mata a otro sin más motivo que su propia ira? Una ira que ni siquiera se relaciona de ninguna manera con el hombre asesinado".


Alicent pensó en eso, inclinando la cabeza. Preguntándose si podría usar esas palabras para desacreditar a Daemon cuando llegara el momento.

Guía de Luna Lovegood para los príncipes encantadores*TRADUCCION*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora