Cuando Luna Lovegood intentó evitar que Sirus Black cayera a través del Velo en el Departamento de Misterios, accidentalmente fue arrastrada hacia él. ¿Qué debe hacer una bruja cuando la empujan hacia la Danza de los Dragones?
-Creo que Sirius Black...
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Cregan encontró que Luna Lovegood era una mujer amable. Ofreciéndose a alimentar a su hijo desde su propio seno como lo hizo con su hija hasta que las lecheras fueran capaces de soportar la carga. Significaba que su hijo estaba cerca de Luna más de lo esperado.
Para su sorpresa, ella a menudo alimentaba a los bebés mientras viajaba. Envolviéndolos en mantas sobre sus hombros sin que nadie se diera cuenta de que lo hacía. Algo en eso resonó en Cregan. En su opinión, ella parecía más norteña que valyria. Su ética de trabajo era similar a la de los norteños. No tenía miedo de ensuciarse las manos y no pensaba en nada inferior a ella.
Cuando se fue a lomos de un dragón, se decidió que se llevaría al joven Rickon con ella. Lo alimentó y lo cuidó bien. Presentó al heredero de Invernalia a todos los banderizos de Cregan. Usó magia para que su hijo respirara mejor. A Cregan le incomodaba que su hijo estuviera a lomos de una bestia como Greyghost, pero confiaba en Luna.
El primer día fue a Cerwyn, Deep Motte, Torrhen Square y Bear Island. El segundo, a Flint's Fingers, Graywater Watch y Moat Cailin. Continuó durante una semana hasta que visitó todos los castillos principales. Regalando a cada lugar una arboleda en miniatura de árboles frutales. Tallar runas para la perpetuidad y la latencia en las rocas y entrelazarlas dentro de las raíces para que los árboles duren los difíciles inviernos. Magia del Norte. Nadie lo despreciaría excepto, tal vez, los Manderly, que se mantuvieron con Los Siete.
Los cuervos volaron desde todos los rincones del Norte. El maestre Kennet estaba abrumado por la respuesta. Parecía que los más supersticiosos creían que la Princesa Luna era una antigua deidad. Su verdadero nombre se había perdido en el tiempo. Amamantaba a dos bebés con sus pechos. Cabalgaba a lomos de un dragón. Ojos plateados en un corcel plateado que usaba magia sin trabas. Las comparaciones entre ella y Bran el Constructor volaban libremente.
Mientras conversaba con los Umber, admitió que su nombre significaba luna en una lengua de su tierra natal. Eso fue todo lo que se necesitó para que el rumor se extendiera. Cuando terminó sus rondas, la gente murmuraba que era una diosa de la luna y el hogar.
El hogar. Un lugar donde las familias se reunían después de un agotador día de trabajo. Donde se producían conversaciones y risas, comida y refugio.
Había algunas familias, como los Karstark y los Bolton, que no creían en esos chismes a pesar de haber visto su magia ellos mismos. Aunque ambos admitieron en cartas privadas a Cregan que ella tenía un poder que desconocían. Lord Bolton sugirió que podría ser descendiente de Garth Greenhand del Dominio con la magia vegetal que exhibía, mezclada con sangre valyria que le permitió tener un dragón. Una mezcla aparentemente potente. Esa idea estaba ganando terreno entre aquellos que no creían que la princesa Luna fuera una deidad.
