Capitulo 20: En el manto del dragón

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Daemon miró fijamente a la hechicera al otro lado de la mesa.


Luna había sido convencida de dejar a Hermione con Viserys y su niñera para almorzar. Ella se comió la comida, principalmente pan y frutas.


Durante los últimos quince días, Luna había estado usando magia para copiar algunos de los libros que Daemon y Rhaenyra estaban dispuestos a permitir que salieran de Dragonstone. El Rey descansaba en sus aposentos. Había llegado una semana antes. Explorar el taller perdido de la reina Visenya lo había revitalizado como no lo había sentido en años. Planeaba regresar a la capital dentro de una semana. Su familia había permanecido en Desembarco del Rey. Alicent y Otto dieron la excusa de que alguien debía gobernar el reino sin el Rey. Según Viserys, Aemond y Helaena no querían viajar con sus gemelos tan pequeños. Algo de lo que nadie podría culparlos. No importaba que sólo fueran dos meses más jóvenes que Hermione. Daemon prefería tener sólo a Viserys como invitado de todos los modos.


Rhaenyra se aclaró la garganta. "¿Le gustaría una recompensa monetaria por lo que ha hecho por nuestra familia? Nómbralo y haré todo lo posible para que así sea".


Daemon se reclinó, sonriendo ante su vino. Ya sabe la respuesta pero no quiere que su esposa quede en ridículo.


Luna levantó la vista de su... panecillo con frutas. Fuera lo que fuese, lo hacía a menudo y se lo comía a pesar de que parecía un experimento que el pequeño Viserys podría hacer con su comida.


"Ya tengo mi recompensa".


"¿Estás seguro?" Rhaenyra presionó, probablemente no queriendo sentirse en deuda con la chica.


Luna solo dejó escapar un zumbido, rompiendo sus dos trozos de pan y dando bocados delicados. El pan estaba tratado de rosa y azul por sus cuidados.


Si la comprensión de Daemon sobre Luna era correcta, poder estudiar su propio vínculo con el dragón y tener material para entrenar a su hijo era premio suficiente. Todavía tenía que expresar interés en la riqueza monetaria.


Aegon se sentó, con una sonrisa en su rostro que a Daemon no le gustó. "Como su marido, creo que nuestro premio debería ser..."


"No, Aegon", interrumpió Luna suavemente. Ninguna expresión en su rostro. "No puedes tener una casa porno para verla cuando quieras".

Guía de Luna Lovegood para los príncipes encantadores*TRADUCCION*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora