Capitulo 14: El hermano del miedo y las perlas

2.2K 276 10
                                    



¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.



Unas semanas más tarde, Aegon felizmente arrastró a su esposa de la mano donde desayunaban su familia.


"¡Ella está embarazada!"


Aegon se desplomó en una silla como si acabara de correr una maratón, deslizándose dramáticamente por el respaldo mientras dejaba escapar una bocanada de aire. Luna se sentó a un ritmo más tranquilo, alcanzando un poco de fruta y tostadas. Otto y Alicent intercambiaron miradas de alivio.


"¿Es eso así?" -Preguntó Otto con calma, como si no hubiera amenazado a su nieto con el divorcio.


"No deberías anunciarlo así, Aegon. Al menos espera hasta que pase este momento peligroso", reprendió Alicent.


Helaena no reaccionó en absoluto. Continuar comiendo sus gachas como si nada fuera negligencia. Aemond frunció el ceño durante el desayuno ante el anuncio. El Rey había tomado su desayuno en su habitación esta mañana para ahorrar energía para la reunión del Pequeño Consejo de hoy.


Alicent se acercó a Luna. "Felicidades. Me aseguraré de que el maestre te dé cosas que te ayuden a aliviar la enfermedad cuando comience".


Luna estaba demasiado ocupada frunciendo el ceño a Otto Hightower. Por alguna razón Luna había estado haciendo todo lo posible para evitarlo durante las últimas semanas. Por fin, dejó escapar un suspiro. "Mi padre querría que hiciera todas las cosas que amaba antes de que naciera un niño... pero también entendería mis circunstancias y me apoyaría". Luna parpadeó entre lágrimas al mencionar a su padre, Aegon entró en pánico. Manos extendiéndose para agarrar todo lo que estuviera al alcance de su mano como si fuera a detener sus lágrimas. La fruta rodó y un almíbar dulce se derramó sobre la mesa. El jugo goteaba del borde y el pan fresco se convertía en una especie de esponja. Sin embargo, no hizo nada para disuadir a Luna.


Fue Alicent quien intervino, rodeó con un brazo a la niña que sollozaba y se la llevó. "Ojalá tu padre estuviera aquí también, cariño. Estoy seguro de que querría estar aquí. Este es un momento emotivo en la vida de una mujer".


"¿Crees que encontraré a Gulping Plimpies antes de que nazca el bebé? No he visto ni una pizca de ellos desde que llegué", sollozó Luna.


"Estoy seguro de que lo harás", lo animó Alicent, acostumbrado desde hace mucho tiempo a las payasadas de Luna y de acuerdo con ellas. Aegon los siguió con pasos pesados. Sin saber cómo ayudar, pero flotando a pesar de ello.

Guía de Luna Lovegood para los príncipes encantadores*TRADUCCION*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora