Capitulo 15: Hasta las rodillas de pollo crudo

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Luna dejó escapar un gruñido, agarrándose el vientre mientras se inclinaba hacia adelante por el dolor. El día de su nacimiento llegó más rápido de lo que esperaba, aunque ya se había acostumbrado a la idea de ser madre. A decir verdad, Aegon tuvo más dificultades para prepararse para el bebé que Luna. Había intentado con mucha dificultad dejar de beber. En general lo había conseguido, pero cada vez que se ponía ansioso o enfadado seguía cogiendo sus bebidas.


Aegon dejó escapar un grito desde el pasillo, forzándose a entrar. El maestre tartamudeó cuando entró, tal como lo hizo la partera que Luna le había pedido.


"Mi Príncipe, la cámara de parto no es lugar para un marido", farfulló el maestre.


Luna se apoyó contra una pared, respirando profundamente para calmarse mientras los dos discutían entre sí. Alejando cualquier intento de obligarla a ir a la cama.


"¡Mi señora, su bebé nacerá de pie si no se acuesta pronto!"


Luna gimió, apenas capaz de concentrarse en las conversaciones que tenían lugar en la habitación.


"¡Soy un príncipe! ¡No puedes mandarme!


Con esa determinación, Aegon se acercó a Luna y puso una suave mano en su hombro. "Ven, sentémonos, Luns".


Pero Luna no quiso sentarse. "El río", jadeó. "Quiero ir al río".


"Luna", dijo Aegon en un tono tenso. "No sé si te has dado cuenta, pero estás en pleno trabajo de parto . No es posible detenerse en el medio y decidirse por un desvío hacia la naturaleza".


Eso era exactamente lo que ella quería hacer. Agarró a Aegon con tanta fuerza que él hizo una mueca. "Quiero tener el bebé ahí fuera. No en esta habitación sofocante con una chimenea abrasadora y una docena de personas. ¿Por qué hay una docena de personas, Aegon?


"¡No sé!" Les envió una mirada despistada. "Ya la escucharon, que se vayan algunos de ustedes".


"Mantenla quieta", susurró la partera, haciendo que Luna abriera las piernas y la revisara mientras estaba de pie. La sangre corría por la habitación en alguna forma macabra de pintura debido al paseo de Luna. Las mujeres parecían un poco preocupadas, pero no frenéticamente.

Guía de Luna Lovegood para los príncipes encantadores*TRADUCCION*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora