Las chicas seguían emocionadas. Jamás habían salido del continente. Se emocionaron por el viaje en barco, la adrenalina de aventura, la curiosidad por conocer una tierra que para ellas era desconocida...
-¿De verdad vamos a ir a Nimastri?-
Preguntó Poppy emocionada.-No, no... ¡Voy! Yo voy a ir a Nimastri. Vosotras os quedáis aquí-
El entusiasmo de Poppy se desvaneció por completo.
-¿Qué? ¿No vas a llevarnos contigo? -
Pregunto Rena indignada.-Parece que no entendéis la gravedad de la situación. No voy a ir de vacaciones, voy a trabajar. Y yo trabajo solo-
Rena se quedó pensativa, necesitaba convencerle de alguna forma para que las dos pudieran ir con él. Una idea llegó a su mente. Rena lanzó una sonrisa pícara a Poppy indicándole que atendiera. Pues según ella, no podía perderse el truco que estaba a punto de emplear. Bajó las orejas, dilató sus pupilas e intentó que una pequeña lágrima saliera de su ojo derecho. Con el maquillaje preparado, era momento de actuar.
-Entonces, ¿vas a dejar a su suerte a las que son posiblemente las dos últimas Surix que quedan en el mundo? Vamos a extinguirnos y todo será tu culpa. Por no habernos llevado contigo. Oh ¡Qué terrible desgracia! Nuestra especie está acabada, y todo por un lobo que quiere hacerse el héroe salvando el mundo él solo -
Al terminar la interpretación, Rena se cruzó de brazos y puso la misma sonrisa pícara esperando a que el lobo cediera a llevarlas con él.
Pero la respuesta que dió no fue la que Rena quería.-La verdad, los surix ni siquiera deberían existir. Por mí, pueden extinguirse-
Poppy se asustó un poco. Pero Rena parecía tranquila, como si ya hubiera pensado en la posibilidad de que diera una respuesta similar. Le lanzó otra sonrisa a Poppy, se acercó un poco al lobo y terminó su discurso con una propuesta que sólo un tonto rechazaría.
-Los Surix damos sueeerteeee-
Dijo Rena en tono melódico, y se volvió a cruzar de brazos.El lobo se detuvo por un instante. Suspiró y contestó.
-Está bien. Podéis venir. Pero, tenéis que entender un par de cosas. Una, si os doy una orden la deberéis cumplir sin rechistar. Dos, no soporto las preguntas tontas. Tres, si alguien se cansa de esta aventura debe saber que no hay vuelta atrás. Y cuatro, no me molestéis si veis que estoy trabajando-
Cuando el lobo terminó de poner sus normas, se dirigió hacia la puerta.
Al abrirla, la fina arena del desierto levantó una nube de polvo que se coló en la casa.
Sujetando la puerta, miró a las chicas.-Bueno ¿Vais a venir o qué? -
Poppy y Rena se levantaron del sofá, salieron de la casa y esperaron a que el lobo cerrase.
-Esto... Creo que no has apagado ni una sola vela ¿Eso no es peligroso? -
Preguntó Poppy.-Tranquila, ahora las apago-
El lobo dio un portazo y gracias al aire que creó las velas se apagaron. Aunque no fue lo único que pasó. Por el golpe, la vitrina se cayó, rompiendo el cristal y la urna que contenía en su interior. Solo que desde fuera, casi no se escuchó.-Ale, apagadas. Vámonos-
Dijo el Lobo. Y empezó a caminar.Poppy y Rena se miraron confusas. Era obvio que no les había tocado alguien muy normal. Pero tampoco tenían opción. Se agarraron de la mano y siguieron al gran lobo.
Por fin estaban en marcha. Poppy, Rena y ...
- Por cierto, por si te interesa, yo soy Rena y ella es Poppy. ¿Y tú eres?-
-Es verdad, aún no sabemos tu nombre. Y no creo que sea Señor lobo-
Añadió Poppy.El lobo se detuvo y suspiró como si su paciencia ya se hubiera agotado.
-Vilks. Y no más preguntas tontas. Andando-
Por lo menos respondió. De mala gana, pero respondió.
Pues eso: Rena, Poppy y Vilks salieron del pueblo de Sequía. El sol ya no pegaba tan fuerte, estaba atardeciendo. Rena no pudo evitar hacer otra pregunta.-¿Por qué no salimos mañana? Así podremos descansar esta noche-
Vilks siguió andando, en cierto modo no era una pregunta tonta, pero igual le molestaba tener que responder.
-Para empezar, la situación pinta ser urgente. Si andamos toda la noche, llegaremos a Puerto Bigotes por la mañana. Y, no se si os habéis dado cuenta, pero esto es un desierto. Si lo que queréis es morir de calor, podemos ir por la mañana, aunque, no lo recomiendo. Morir es malo para la salud-
Rena comenzó a preguntarse si ir con Vilks había sido una buena idea. Se comportaba tan diferente a los Surix...
Los Surix eran felices, tal vez demasiado felices. Vivían aislados del mundo, con sus juegos, festivales y tradiciones. Era como si su ciudad estuviera perdida. Y justo por eso, la incomunicación con el resto del mundo, es por lo que la extraña enfermedad había crecido sin ser detectada hasta estar lo suficientemente extendida como para ser imparable.En cambio, los lobos eran una especie agresiva, territorial, muy poco afectivos con otras especies. Sus manadas podían llegar a contener más de 20 individuos. Todos liderados por un lobo alfa que se encargaba de organizar estrategias de caza. La gran mayoría de manadas vivía en las montañas nevadas de Sakarti, por eso era raro que Vilks estuviera viviendo en el desierto.
Siguieron andando. Las horas sin dormir comenzaron a notarse. Sobre todo, para Rena y Poppy, quienes aún no se acostumbraban a la aventura, ni después de estar días caminando para llegar a Sequía. Por lo menos ellas dormían.
Vilks, por su parte, no paraba de hacerse preguntas.
"¿De verdad es lo que creo que es?" "Si es así ¿Qué puedo hacer yo?" "¿De verdad estas dos son las únicas dos Surix que quedan en el mundo?" "Si la enfermedad oscura ha vuelto, este mundo está perdido"
Estos pensamientos son los que le mantenían despierto.Las horas seguían pasando, hasta que llegó un punto en el que el cielo ya empezaba a verse de un color más claro.
Las chicas estaban cansadas.-¿Falta mucho? Quiero dormir-
-Si, vamos a sentarnos un momento, por favor-Vilks siguió andando hasta el borde del acantilado en el que se encontraban. Los primeros rayos de sol estaban a punto de iluminar las extensas explanadas de arena en las que se encontraban.
-Venid a ver vosotras mismas cuánto falta-
Las chicas avanzaron hasta el borde del acantilado. Justo en ese momento, el primer rayo de sol descubrió a lo lejos un pueblo rodeado de montañas. Unas gaviotas pasaron cerca de ellos, se dirigían a aquel pueblo.
No cabía duda, estaban cerca del mar.
Rena trago saliva.-Vamos, cuanto antes lleguemos, antes podremos salir a la mar-
Vilks continuó andando. Poppy calmó a Rena y siguieron a Vilks.Lo fácil iba a ser llegar a Puerto Bigotes. Lo complicado, conseguir un barco.
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La perla de la paz
FantasyCuando alguien se enferma, lo más normal es ir al médico, pero ¿Y si te dicen que la única cura para lo que padeces es una perla quebrada cuyos trozos están repartidos por todo el mundo? Los dueños de los trozos de la perla se odian, la enfermedad s...