Se hizo de día en la cabaña del Bosque Silenciado. Las Surix, por fin de vuelta en casa, se despertaron con hambre en la planta baja, y no se les ocurrió otra cosa que llamar a Trix.
Subieron las escaleras, y, al final de un pasillo, estaba la habitación de los chicos. Era una habitación sencilla, con el espacio justo para encajar una cama individual y una litera, con las paredes pintadas de un amarillo suave, como el de un atardecer. El suelo, de parqué, reflejaba la luz que se colaba por la ventana redonda con un marco blanco de madera desgastada, que se encontraba entre las dos camas.
Las chicas se acercaron a la cama donde dormía Trix y trataron de despertarle.
-Trix. Tenemos hambre ¿Podemos ir a hacer el desayuno?-
-Sí, yo quiero tortitas-
-¡Sí! Hagamos tortitas. Bien pensado, Poppy-
-Aaggg... vale, vale. Ahora bajo-
Rena y Poppy bajaron por las escaleras corriendo y se metieron en la cocina.
Mientras, Trix se desperezaba en la cama. Mientras se estiraba, veía cómo su amigo aún dormía plácidamente en la parte baja de la litera. Inconscientemente, fue subiendo la mirada hasta ver la vacía litera de arriba. Se quedó mirándola por unos segundos, hasta que reaccionó y se levantó de la cama.
Bajó a la cocina y se encontró a las Surix preparando lo necesario para hacer tortitas.
-¡Mira Poppy! ¡Tienen chocolate!-
Rena partió dos onzas y compartió con Poppy.-¡Podemos echarlo en las tortitas!- Sugirió Poppy.
Trix le quitó a Rena la tableta de chocolate rápidamente.
-Creo que va a tener que ser un ingrediente opcional. Tengo esto porque se usa en algunas pociones. Pero si me lo como tal cual lo veis, me podría quedar ciego, y Vilks también. Vosotras no os preocupéis, los Surix pueden comerlo. Ahora ¡Vamos a hacer esas tortitas! ¿Dónde puse el bol?-
Trix comenzó a abrir cajones buscando un recipiente para hacer la masa. Entre el ruido de los cajones abriéndose y cerrándose, podía escuchar a las Surix hablando sobre la masa de las tortitas. Ellas solían prepararlas en los fines de semana con los padres de Rena. Era como una tradición familiar que les unía cada sábado. Una gran casualidad que justo ese día fuera un sábado.
Trix no les estaba prestando mucha atención.
-¿Y Por qué crees que tienen tres camas en la habitación?-
Un cajón se cerró con mucha más fuerza que los demás asustando a las chicas. Se hizo el silencio durante unos segundos.
-Ahora quiero que me escuchéis las dos atentamente. Vais a escuchar muchas cosas sobre nosotros, sobre todo de Vilks, pero os pido que no le hagáis preguntas sobre su pasado. Yo ya lo tengo casi superado, pero he visto cómo se pone él. No quiero que vuelva a ponerse así de mal, mucho menos delante de vosotras ¿Entendido?-
Las chicas asintieron lentamente.
Tranquilos, aquí llegaba Sequía para romper la tensión.
-🎶 Por el mar corren las liebres, por el monte las sardinas, Tralara 🎶 ¡Buenos días grupo! ¿Qué hay de desayunar?-
-Buenos días Sequía. Pues estábamos a punto de hacer Tortitas- Contestó Rena.
-¿Qué? ¿Tortitas? ¿Qué es eso?-
Las dos Surix se llevaron las patas a la boca.
-¿Nunca has comido tortitas? ¡No se hable más! Trix, baja la harina del mueble, haremos tortitas para cinco-
Rena dijo esto subiéndose a la silla, casi se cae.
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La perla de la paz
FantasíaCuando alguien se enferma, lo más normal es ir al médico, pero ¿Y si te dicen que la única cura para lo que padeces es una perla quebrada cuyos trozos están repartidos por todo el mundo? Los dueños de los trozos de la perla se odian, la enfermedad s...