Cap 26. "Recta final"

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Escoltados por un pelotón de conejos, consiguieron llegar a las Ruinas Carmosón en menos que canta Rojo.

Una vez allí, los soldados de Base cubrieron todas las entradas para vigilar y el grupo se adentró en las ruinas, que estaban al lado del mar.

Por primera vez, se alegraron de escuchar una voz conocida.

-Pero bueno ¿Dónde estabais? Llevo esperando aquí una eternidad-

- ¡Sequía! No sabes cuánto me alegro de verte- Rena corrió hacia Sequía con la intención de darle un abrazo. Pero éste simplemente lo esquivó haciendo que Rena se cayera al suelo.

-Bueno chica, cálmate. No ha pasado tanto tiempo, no el suficiente como para que te olvides de mis poderes... ¿O si?-

-Oh si... se me había olvidado por un segundo-

-¿Qué os ha pasado? Os noto mucho más cansados de lo normal-

-Huir de la versión infectada del padre de tu mejor amigo cansa a cualquiera, digo yo- Dijo Trix bromeando un poco.

-Sí, claro. Vamos a lo importante ¿Tenéis los dos fragmentos?- Sequía parecía muy interesado en los cristales.

Vilks se acercó. De su alforja, sacó su fragmento amarillo de la perla , y el fragmento de Poppy, que estaba incoloro por estar en contacto con Vilks. Al darle el fragmento incoloro a Poppy, comenzó a brillar de un tono rosa chillón.

Era increíble pensar que el simple hecho de poseer un fragmento ya hacía a Vilks y a Poppy guardianes. Desde ese momento, formaban parte de los guardianes del fragmento.

-Entonces ¿Simplemente tenéis que unir los dos fragmentos?- Preguntó Rena.

-Sí. Así es. Solo hay que encontrar el hueco correcto. Por suerte, sé que estos dos trozos van juntos, justo por este lado, gracias al dibujo en el libro del Doctor R. Se tocan muy poco, pero debería ser suficiente. Poppy ¿Estas lista?-

Poppy asintió. Todos estaban en tensión. Podía pasar cualquier cosa cuando los dos fragmentos se juntasen. Por si acaso, Trix se cubrió a él y a Rena con la capa, eso sí, dejando un hueco para poder ver. Como a Sequía le daba igual, solo se acercó más y más para tener un buen primer plano del momento.

Llegó la hora. Vilks y Poppy fueron acercando lentamente sus respectivos fragmentos. Fueron unos segundos eternos. Pero eventualmente, los dos fragmentos se tocaron.

La grieta que les separó hace 500 años se reparó al instante. La luz que emitían los fragmentos por separado se multiplicó por mil emitiendo un haz de luz que se elevó al cielo en colores amarillo y rosa. Esto, obviamente, hizo que todos apartaran la vista.

Al abrir de nuevo los ojos y dirigir su mirada al mar, pudieron ver como destellos de colores se distinguían en la distancia. Uno azul, uno verde, otro rojo...

En las Islas picosas, Ruz estaba siendo informada sobre el rescate de los cuatro héroes, cuando, de repente, su fragmento morado comenzó a brillar intensamente.

Como bien dijo Trote, la perla era sabia, y tenía una conexión especial con cada uno de sus guardianes. Había llegado el momento de reunirse de nuevo, y necesitaba la ayuda de sus guardianes para ello.

"Ruz, mi guardiana. Te otorgo el poder de la velocidad. Deberás ir a por Galón, en Colmirock, y llevarnos a las Ruinas Carmosón ¿Entendiste?"

-Si, mi perla... Lo han conseguido- murmuró para sí.

Y Ruz, sin dar ninguna explicación, agarró su fragmento con el pico y se fue volando dejando las Islas Picosas.

La perla le otorgó el don de la velocidad, y menudo don. Ruz estuvo en Nimastri más rápido que el viento. Guiada por el haz de luz azul, llegó a Colmirock en tiempo récord. Buscó a Galón desesperadamente, pero cuando entró a su tienda. No estaba. O al menos eso pensó al no ver al gran Elefante a primera vista.

La perla de la pazDonde viven las historias. Descúbrelo ahora