Cap 28."Restaurando la paz" 1°Parte

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Sus ojos sin vida y la masa oscura cubriendo por completo su pelaje...

No cabía duda, Aqua, la diosa que trajo el milagro del agua al mundo, estaba infectada por la enfermedad oscura

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No cabía duda, Aqua, la diosa que trajo el milagro del agua al mundo, estaba infectada por la enfermedad oscura.

Todos estaban paralizados. Su única esperanza se destruyó ante sus ojos.

Sin Aqua, la perla era inservible.

-¿Por qué nunca nos dijisteis que fue Aqua quien rompió la perla?- Preguntó Vilks enfadado.

-Aqua siempre ha sido un símbolo de paz y esperanza ¿Qué crees que habría pasado si hubiéramos dicho que Aqua rompió la perla? Preferimos que el mundo nos odie a nosotros, como nosotros nos odiamos por lo que hicimos aquel día. Jamás debimos habernos peleado- Respondió Galón.

-Ya. Pues antes me caíais mejor que ahora. Un error del pasado lo comete cualquiera. Pero vosotros hicisteis que la diosa más amable que he conocido perdiera toda la fe en su idea de paz ¿Qué clase de monstruos hacen eso?-

Sequía se enfadó bastante -Bueno, no podemos quedarnos aquí sin hacer nada. Habrá algún plan, algo ¡no sé! ¿Qué propones, Vilks?-

Todos dirigieron su atención a Vilks.

Vilks, el que tenía los planes más disparatados del mundo, buena idea Sequía.

Una pena que en esos momentos estuviera en blanco. Nada, ni una sola idea disparatada para probar.

-¡Bravo! ¡Excelente! Ahora no solo vamos a morir nosotros, si no que todas nuestras manadas se ahogaran sin poder hacer nada al respecto ¡Esta perla siempre ha sido una maldición más que un milagro!- Trote se enfadó mucho. Demasiado. Y no se le ocurrió otra manera de expresarlo. No. Tuvo que darle una coz a la perla.

No la rompió. La perla era mucho más resistente de lo que podía parecer.

La perla voló varios metros. Tenía toda la pinta de que su trayectoria terminaría en el mar.

Si la perla se hundía, todo estaría perdido.

Una Surix valiente, abrió sus aletas y corrió a por ella. A pesar de su miedo al mar, no iba a dejar que su única esperanza se hundiera en él para siempre. Dio un salto de fe, y se lanzó al agua.

Al entrar a la fría y oscura agua del mar, Rena sólo pudo guiarse gracias al brillo que emitía la perla. A pesar de su torpe manera de nadar, hizo lo que pudo por alcanzarla a tiempo.

Una vez la tuvo a su alcance, extendió su pata y la arrastró hacia su pecho.

Abrazó la perla con todo su cuerpo y se quedó en posición fetal un rato. Podía sentir la tranquilidad que transmitía la perla. Era preciosa. Sus colores vivos y brillantes, el tacto del cristal, su forma, la pequeña perla encerrada en su interior...

Rena no pudo aguantar sus lágrimas.

Ese había sido un regalo de Aqua hecho con todo su cariño. No podía entender cómo los grandes líderes solo supieron ver su poder. Eso la enfurecía, pero la perla lo contrarrestaba transmitiendo su tranquilidad. Gracias a ese momento a solas con la perla, Rena fue la primera en sentir lo que Aqua quería transmitir. Entonces se dio cuenta. Supo exactamente lo que debían hacer. Pero los Surix no aguantan tanto tiempo bajo el agua. Cuando Rena trató de subir, le faltó el aire. Fue una suerte que otra pequeña Surix se encontrara por allí. Salieron del agua con la perla y llegaron hasta la playa donde Vilks y Trix les ayudaron a salir.

-Ya sé que debemos hacer...- Dijo Rena mientras tomaba aire.

Rena lo explicó muy claramente. Aqua tenía que tocar la perla. Aunque no iba a ser fácil. Se les ocurrió que Sequía podría tratar de distraerla mientras alguien se acercaba con la perla. Era importante que se acercara sólo quien sostuviera la perla. Aqua no dejaba de ser una infectada y podía infectar a alguien si no tenían cuidado. La barrera de las Ruinas Carmosón impediría que Aqua se acercase a ellos. Si algo salía mal, todos deberían correr hacia la protección de las ruinas.

No era el plan más elaborado del mundo, pero no tenían otro. Así que lo pusieron en marcha.

-Hey Aqua. El ambiente está demasiado húmedo ¿Te importa si quitó un par de nubes? Espero que no-

-Sequía. No tengo tiempo para tus juegos-

-Entonces supongo que tampoco lo tendrás para impedírmelo. Me voy a secar el lago más cercano, chao-

La primera parte del plan funcionó. Aqua clavó su atención en Sequía y no se dió cuenta de que Ruz se acercaba volando a toda velocidad sujetando a Rena con sus garras.

Casi, casi lo consiguen. Pero Aqua les vio.

De repente, comenzó a subir el nivel del agua comiéndose una gran parte de las Ruinas Carmosón, su único lugar seguro.

-¡Chicas! ¡Que Aqua no os toque! ¡Ella es casi tan letal como yo!- Menos mal que Sequía dijo eso a tiempo. Porque Aqua se lanzó directa a por Ruz y Rena.

Sequía podía secarte todo el agua del cuerpo. En cambio, con sólo rozarte, Aqua podía aumentarla lo suficiente como para matarte de intoxicación por agua.

Los dos dioses eran igual de letales, y, ahora qué Aqua sabía lo que pretendían, ella lo era aún más.

Los tres volvieron a la zona segura bajo las ruinas, con la diferencia de que Aqua, está vez, se les quedó mirando tras la barrera.

-Pfff. Tranquilos. No puede entrar. Está infectada, aquí estamos a salvo-

Sequía habló antes de tiempo. Sin ningún tipo de problema, Aqua cruzó la barrera y, como la explosión de una burbuja, la barrera estalló ante sus ojos.

-Ooooh... claro. Fue Aqua quien conjuró el hechizo de las ruinas. Olvidadlo, estáis todos muertos. Fue un placer-

Aqua aterrizó en su altar de piedra. Una construcción milenaria que ya estaba muy destruida por el tiempo. El nivel del agua ya les llegaba por los tobillos. Trote aprovechó el momento de caos y se fue. Vilks y Trix corrieron hacia Ruz y rodearon la perla entre todos.

-¡Aqua! ¡Por favor! ¡Toca la perla! ¡Esta no eres tú!- Gritó Vilks.

-Sé lo que intentáis hacer. Solo me queréis para curar a los infectados por mi enfermedad ¿Qué pasará después? ¿Quién se quedará la perla? Por suerte sé la respuesta a una de esas preguntas ¡Nadie se quedará la perla porque yo la destruiré en miles de pedazos! La paz nunca fue una opción, eso ya me lo demostrasteis-

-No puedes castigar al mundo entero solo por el error de unos pocos. No todos son así. Déjanos curar a todos y después de eso, podrás llevarte la perla-

-¡MIENTES! ¡No voy a creer a un lobo! ¡Tu manada fue la que comenzó todo! ¡Confié en vosotros y os di permiso para usar la perla! ¡Y MIRA LO QUE CAUSARON VUESTROS ACTOS!- Cuando Aqua gritaba, las olas se volvían cada vez más y más grandes.

- Siento que los actos de mis antepasados causaran tanto daño, pero estoy aquí para arreglarlo. Solo confía en mí-

Aqua tuvo un déjá vu. Esa última frase ya la había escuchado antes. Fue la misma que Aku, el lobo traidor dijo cuando robó la perla. Una ola cubrió a Aqua por completo. Aunque Caro, el gran dragón, se pusiera delante para tratar de parar la ola, el agua llegó a todos.

Cuando el agua se disipó, todos estaban en el suelo menos Sequía y Vilks, que fue el único que protegió la perla rodeándola con su cuerpo.

Tardó en darse cuenta que todos se estaban retorciendo de dolor.

-¿Qué? ¿Qué está pasando? ¡Trix! ¡Rena! ¡Poppy!- Vilks se disponía a correr para socorrer a sus amigos.

-No tan rápido, Vilks. Mira-

Sequía le detuvo, señaló a Trix. Pronto, una masa oscura comenzó a propagarse por su pelaje. Igual que Rena, Rojo, Ruz, Galón, Caro... Y Poppy. Todos se infectaron.

-No lo entiendo ¿Cómo? Si Aqua ni siquiera se ha acercado- La pregunta de Sequía era interesante, pero Vilks no estaba como para pensar en una respuesta.

Estaba ocupado viendo con sus propios ojos como los tres animales que más le importaban en el mundo se convertían en monstruos sin que él pudiera hacer nada. Bueno, sí podía hacer algo, pero era una locura.

Como no, si el plan era suyo.

La perla de la pazDonde viven las historias. Descúbrelo ahora