Pasaron 3 días.
Tres animales cruzando el mar conocido como "El mar de la locura".
Hace mucho tiempo, un marinero se perdió, dejándole a la deriva por 15 días. Cuando lo encontraron, ya no hablaba con palabras normales. No reconoció a ni uno de sus compañeros. Tardó unos años en recuperarse, y lo primero que dijo al poder volver a hablar fue "Agua, agua por todas partes. Por más que miraba a mi alrededor solo veía agua"
A partir de ese momento, el mar se quedó con el nombre "Locura" y cada vez que sale un barco se aseguran de hacer parejas para hablar entre ellos, o vigilarse por si acaso.
Estar solo podría volver loco a cualquiera.
-Vilks, Vilks despierta-
Poppy meneaba a Vilks con la intención de despertarle. No tardó mucho.
Vilks se levantó, se desperezó, y al mirar al horizonte por fin vio tierra.
-Por fin. Estaremos allí en unos 50 minutos. Si queréis podéis echar una siesta, os despierto cuando haya que desembarcar-
Dijo el Lobo, tomando el timón.
Las chicas no se lo pensaron. Estaban cansadas y no iban a rechazar la oportunidad de dormir.
Vilks navegó hasta estar cerca de la costa. Buscaba un lugar específico para atracar. Rodeó la costa hasta llegar a una playa que reconocía muy bien.
Se dirigió a un pequeño muelle de madera y atracó el barco allí. Despertó a las chicas y salieron del barco.
Al pisar tierra, Rena y Poppy comenzaron a tambalearse intentando mantener el equilibrio.
Vilks ya estaba acostumbrado y no tenía mal de tierra.
Recorrieron el muelle hasta por fin tocar la suave arena de la playa.
Aquella playa no se parecía en nada a la playa de la que venían. Esta tenía palmeras, plantas salvajes, rocas llenas de cangrejos... estaba llena de vida.
-Muy bien. Esto es lo que vamos a hacer. Enterrado en algún lugar de esta playa hay una caja. Tenemos que encontrarla. Empezad a cavar por donde queráis y avisadme si encontráis algo- El Lobo se fue a un sitio, y empezó a cavar.
Las chicas estaban confusas. Pero ya no hacían preguntas. Hicieron caso y comenzaron a cavar.
Hoyo tras hoyo, la playa comenzaba a parecer una trinchera.
-Vilks ¿Seguro que esa caja está por esta playa?- Preguntó Rena, desesperada.
-Si, eso creo. Espero que sea aquí. Fue hace tanto tiempo...-
Apoyado en una de las palmeras, un ser de pelaje marrón oscuro observaba desde la lejanía.
Vilks no tardó en darse cuenta, pues la capa roja que ondeaba con el viento delató al individuo.
Vilks se quedó de piedra.Al ver que su presencia ya no era un misterio, salió de las sombras que las palmeras pintaban en la arena. Un perro de pelaje marrón chocolate que vestía una capa roja. Tenía una de sus orejas perforada con un anillo de oro. Su ojo derecho estaba marcado por una cicatriz y sus dientes estaban chuecos.
-Llevo buscando ese libro mucho tiempo. Y resulta que ni siquiera quien lo escondió sabe dónde está- Dijo el perro mientras se acercaba a Vilks. - ¿Dónde has estado grandullón? Llevo sin verte 14 años. Wow, decirlo es mucho más impresionante que pensarlo ¡14 años, tío! ¿Dónde ha ido el tiempo? ¿Recuerdas la última vez que nos vimos? - Preguntó, parándose justo delante del lobo.
Vilks intentaba no desmayarse. Estaba temblando, y su cara se puso pálida, como si hubiera visto un fantasma. Era como si, por primera vez en años, hubiera vuelto a tener Mal de tierra.
-Claro que te acuerdas ¿Qué te pasa? ¿Te sorprende verme vivo? ¿Sabes quién no lo está? - El perro no pudo contestar a su propia pregunta.
Vilks empujó al perro tirándole a la arena. Ninguno de los dos paraba de gruñir.
-Tu deberías estar muerto- Dijo Vilks colocándose sobre el perro para que no pudiera levantarse.
-¡Seguro que preferirías que lo estuviera! ¿Por qué? ¿Acaso soy el último recordatorio de lo que hiciste? ¿Y qué vas a hacer? ¿Matarme otra vez? - Dijo el perro. Sorprendentemente, su tono era sarcástico, aunque se notaba que estaba enfadado.
Vilks dejó que el perro se levantara.
- ¿Qué haces aquí? - Preguntó Vilks.
- ¿Que qué hago aquí? ¿Qué haces TÚ aquí? Desapareces 14 años, y luego vuelves buscando el dichoso libro ¿No se te pasó por la cabeza ni una sola vez que podríamos seguir vivos? - Preguntó el Perro, que esta vez sonaba mucho más enfadado.
- ¡Claro que volví! Volví, pero no tenía el valor para ir a buscaros. El simple hecho de pensar en buscaros por todas partes y no encontraros me aterraba. Así que, para ahorrarme eso, solo me fui de aquí. Y eso estuvo mal. Lo siento Trix- Dijo Vilks. Se le notaba arrepentido.
Trix, así se llamaba el perro.
-Es difícil perdonarte por lo que pasó. Demuéstrame que el Vilks de ahora no es igual al de hace 14 años... Mmh... ¿Y esas Surix? Pero si antes no los soportabas ¿Ahora te caen bien? Joe macho, tampoco vayas tan rápido, menudo cambio-
-Trix, ellas son Rena y Poppy. Vienen desde New Lanticoast pidiendo ayuda. Entiendo que estés enfadado conmigo, pero nos vendría bien algo de ayuda con esto-
-Vilks, por favor. Independientemente de mi cabreo hacia ti, estáis buscando el libro del Doctor R. Lo que sea que esté pasando... Si necesitáis ese libro, sé que no vais a poder enfrentarlo solos. Por cierto ¿Qué es lo que está pasando? - Trix tenía una voz despreocupada, nunca parecía que estuviese hablando en serio.
-Tengo sospechas de que la enfermedad oscura ha regresado- Dijo Vilks en tono serio.
- ¿La enfermedad oscura? Son palabras serias. Y quieres el libro para confirmarlo y ver si tiene cura... ¿De verdad no recuerdas dónde enteraste el libro? - Sorprendentemente, el tono de Trix se tornó serio.
Vilks lo negó con la cabeza.
-Pues nada. Habrá que recurrir a otro método de búsqueda. Seguidme. Vilks, estás a punto de ver en qué he estado metido estos 14 años ¡Vas a flipar! - Trix se veía emocionado.
Al ver a Vilks disculpándose con un viejo amigo, Rena se tranquilizó del todo. Era obvio que estaba tratando de enmendar sus errores del pasado. Seguía sin tener opción, pero esta vez, siguió a sus guías con más confianza.
ESTÁS LEYENDO
La perla de la paz
FantasiCuando alguien se enferma, lo más normal es ir al médico, pero ¿Y si te dicen que la única cura para lo que padeces es una perla quebrada cuyos trozos están repartidos por todo el mundo? Los dueños de los trozos de la perla se odian, la enfermedad s...