—Eres una maldita desagradable, ¿lo sabes verdad?—le dijo Yuna a su hermana, mientras ésta tomaba asiento en uno de los sillones de cuero negro que estaban en la oficina.
—Me lo han dicho un par de veces.
—Mira Ryujin, no voy a permitir que hostigues a Yeji, ella es una buena profesional y...
—De qué profesional me hablas Yuna, si ni siquiera tiene experiencia.
Yuna abrió los ojos, se cruzó de brazos y miró a su hermana.
—¿Cómo sabes tú que ella no tiene experiencia? ¿Acaso estuviste mirando su informe?
—Claro que lo revisé, tengo que saber con quién voy a trabajar. Puede ser una asesina en serie o una demente.
—¡Ja! qué graciosa, tú hablando de dementes. No entiendo por qué te interesó saber de ella. Siempre funcionamos igual, yo busco, hago las entrevistas, las contrato y tú te ocupas de que renuncien ¿Por qué ahora es distinto?
—No hay nada distinto Yuna, te estás imaginando cosas.
—Claro, estoy de siquiátrico y me estoy imaginando todo. Solo te diré un par de cosas que espero traspasen ese duro casco que tienes por cabeza. Primero: No acoses a Yeji, ella es excelente en su trabajo y quiero que siga aquí. Segundo: Si escucho una sola queja de parte de ella, te buscas tú una nueva secretaria y a Yeji me la quedo como mi asistente. Y tercero: Ten cuidado con ella, la chica es experta en artes marciales. Si quieres mantener tu lindo rostro, yo que tú no pensaría en hostigarla.
Ryujin tragó el nudo que se le había formado en su garganta ante el comentario de su hermana y se dispuso a hablar.
—Vaya, veo que la señorita Yeji tiene aquí a su más ferviente defensora. Tranquila hermana, si ella no aguanta mi ritmo es porque no sirve. Y si no sirve se va.
—Estás encaprichada con ella porque te desafió por teléfono. Mira morena, vas a cumplir treinta años y te estás comportando como una chiquilla de quince. Dale una oportunidad a Yeji, ¿quieres?
—Tendrá la misma oportunidad que han tenido todas las demás. Si ella renuncia, no es mi culpa, si veo que no sirve se va.
—Está bien, solo trata de ser un poco menos desagradable, ¿quieres?
—No te prometo nada hermana, sabes que eso está en mí y no se puede cambiar.
Ryujin se levantó del sillón y se dirigió a la puerta para salir de la oficina de su hermana.
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Yeji estaba en su escritorio enviando algunos correos, cuando su morena jefa pasó por delante de ella y se metió en su oficina.
Ella no sabía qué hacer, estaba tan nerviosa que se petrificó.
—Señorita Hwang, venga a mi oficina—le gritó Ryujin desde su oficina.
Yeji dio un pequeño salto en su silla.
Se levantó, tomó la agenda de su jefa, respiró profundamente y caminó hasta la puerta de la oficina de la ogra.
Era primera vez que entraba en esa oficina.
Miró rápidamente los detalles.
El espacio era muy iluminado y tenía los mismos muebles que la oficina de Yuna.
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SWEET YEJI - Ryeji
FanfictionLa vida de Shin Ryujin no ha sido nada fácil desde que su esposa falleció y la dejó con un hijo a cuestas y con un humor que a cualquiera sacaría de sus casillas. Hwang Yeji es una joven mujer que, después de mucho buscar, logra un trabajo en la nav...