El lunes por la mañana Yeji entró en su lugar de trabajo sintiendo cómo los nervios se apoderaban de ella.
Su cuerpo temblaba de saber que se encontraría con Ryujin.
Llegó hasta su escritorio y comenzó a acomodar sus cosas para empezar con su trabajo.
Quince minutos después, aparecían las Shin.
Yuna sonriente como siempre y Ryujin seria y con el ceño fruncido como de costumbre.
Yeji las saludó con entusiasmo, pero solo Yuna le contestó, ¿qué había pasado con la Ryujin distendida del día anterior?
Yeji ya se estaba cuestionando si lo vivido el día domingo había sido real o quizá su mente se lo había imaginado.
Pero miró su falda comprada en el centro comercial y se dio cuenta que no, que todo había sido real.
Ryujin quería volver a ser la ogra gruñona de siempre.
Le había dicho que lo sucedido en club no se volvería a repetir y al parecer esa era su forma de dar por terminado todo lo iniciado por la morena.
Yeji fue a buscar el café de su Ryujin, se lo llevó y comenzó a revisar la agenda del día.
Ryujin miraba a su secretaria, pero no decía nada.
Le miraba la boca y recordaba el sabor de sus labios y una corriente eléctrica la recorría por completo. Se enojó por no ser capaz de sacar a esta chica de su mente.
Esto no podía seguir así.
—¿Necesita algo más señorita?—preguntó Yeji sacando de sus pensamientos a su jefa que no había escuchado ni media palabra de lo que la peli naranja le había hablado.
—No. Retírese.
—Bien—dijo Yeji, sintiendo que la ogra había vuelto en gloria y majestad.
A las doce y media el teléfono de la central sonó, Yeji levantó el auricular y lo contestó.
—Naviera Shin buenas tardes.
—Hola Ye, ¿a qué hora sales a almorzar?—era su amiga Lia quien estaba al otro lado del teléfono.
Ryujin salía en ese momento de su oficina para dirigirse a la de su hermana a buscar unas carpetas y se tensó al escuchar la conversación de su secretaria.
—Hola Lia, ¿por qué no me llamaste al móvil?
—Porque te he llamado como diez veces y no contestas.
—Déjame revisar.
Yeji buscó en su bolso y tras dar unas cuantas vueltas dentro de este, logró encontrar su teléfono móvil, el cual estaba descargado.
Ryujin entraba en la oficina de Yuna, ella no estaba en ese momento. Tomó la carpeta que buscaba, pero en vez de salir, se quedó parada en la puerta, escondido para escuchar la conversación de Yeji y el o la tal Lia.
—Lo encontré, está descargado por eso no lo escuché.
—Pero qué distraída amiga. Bueno vamos a almorzar o no.
—No sé.
—Vamos Ye, aprovecha que te voy a invitar, tú elijes ¿Dónde quieres almorzar?
—¿Dónde yo quiera? ¿Estamos celebrando algo Lia?
—No. Solo es que estoy feliz y quiero compartir mi felicidad y contigo que eres mi mejor amiga.
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SWEET YEJI - Ryeji
FanfictionLa vida de Shin Ryujin no ha sido nada fácil desde que su esposa falleció y la dejó con un hijo a cuestas y con un humor que a cualquiera sacaría de sus casillas. Hwang Yeji es una joven mujer que, después de mucho buscar, logra un trabajo en la nav...