Capítulo 17

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Yeji salió a su portal al encuentro de Felix.

El niño bajó corriendo del auto para abrazar a su amiga.

El chofer les dijo que a las seis volvería a buscar al pequeño.

Subieron al departamento donde Yeji buscó su bolso y le preguntó al niño que plan tenía para ese domingo.

—Bien Lix, ¿dónde quieres ir hoy?

—No sé, tal vez al parque a comer algodón de azúcar.

—Me parece genial, vamos al parque entonces.

Salieron del edificio y se fueron caminando tomados de la mano hasta que llegaron al parque.

Fueron a la parte donde había juegos y el niño corrió hasta los columpios y luego también subió al tobogán.

Yeji lo miraba jugar, y reía al verlo tan contento.

Cuando Felix se cansó de correr, compraron algodón de azúcar y se sentaron en el pasto a comer.

—¿Ye?

—Dime Lix.

—¿Tú te has enamorado alguna vez?

Yeji no sabía qué contestar.

A ella le habían atraído muchos hombres y mujeres, pero nunca se había enamorado.

—Creo que no Lix ¿Por qué lo preguntas?

—Porque quiero saber si tú te puedes enamorar de mi mamá.

Yeji sintió cómo sus mejillas se encendían de lo ruborizada que estaba.

—Lix, yo... no es tan sencillo como crees.

—¿Por qué Ye?

—Porque uno no elige de quien ni cuando enamorarse.

—Lo mismo me dijo mi mamá. Pero yo creo que sí, que ella se puede enamorar de ti y tú de ella.

Yeji no sabía cómo explicarle al niño que eso nunca pasaría, por lo menos por parte de su mamá.

Yeji se sentía atraída hacia la morena, y sabía que no le sería difícil enamorarse. Pero Ryujin al parecer no tenía la más mínima intención de volver a compartir su vida con otra mujer.

—Lix, el amor no es así. El amor llega de pronto sin darte cuenta. Sé que ahora no entiendes esto, pero cuando estés más grande lo harás.

—Pero Ye, yo quiero que tú vivas con nosotros. Tú eres mi amiga, eres buena conmigo. Yo quiero que te enamores de mi mamá y así puedes venir a casa con nosotros.

—Cariño, eso no puede ser. Pero siempre que me llames yo voy a estar para ti.

—¿Lo dices de verdad?

—Claro, tú eres mi mejor amigo.

—Qué bien, ¿sabes? Yo te quiero mucho Ye, mucho.

El niño se abalanzó sobre ella y se fundieron en un gran y apretado abrazo.

Yeji no pudo contener las lágrimas.

Las palabras de su pequeño amigo le habían traspasado el corazón.

Yeji y Felix llegaron al departamento de la peli naranja.

Prepararían un rico almuerzo, Yeji no quería que Felix volviera a comer chatarra.

Cuando entraron en el departamento lo primero que escucharon era el sonido que salía desde la Xbox.

Se encontraron con Lia que estaba frente al televisor jugando concentrada.

SWEET YEJI - Ryeji Donde viven las historias. Descúbrelo ahora