—¿Qué haces aquí Sana?—dijo Ryujin fijando la mirada en unos papeles que se encontraban sobre su escritorio y frunciendo el ceño claramente irritada con la inoportuna visita de Sana.
—Vine a verte cariño—dijo acercándose a la morena y levantando una mano para tratar de acariciarle el rostro, pero ella casi de un manotazo se la apartó.
—Deberías haber llamado y preguntar si podía atenderte.
—Siempre vengo sin avisar y a ti nunca te ha importado. Vine para que vayamos a almorzar, ¿quieres? Vamos a ese restaurante que tiene la terraza y...
—No Sana, hoy no voy a salir a almorzar. Así que te puedes ir por donde viniste.
Sana abrió mucho los ojos ante la reacción de Ryujin.
La morena ni siquiera la miraba, no le prestaba la más mínima atención, y eso la enfureció.
Se dio cuenta que había llegado a interrumpir algo entre Ryujin y su secretaria.
Tenía la certeza que Ryujin se sentía atraída hacia la chica y tal vez trataría de seducirla.
Pero eso no podía permitirlo, debía mantenerse cerca para impedir cualquier acercamiento entre Ryujin y Yeji.
Había trabajado duro para meterse en la cama de Ryujin y llegar a ser algo más que su amante, como para que ahora llegara una simple secretaria y le ganara la partida.
—Pero Ryujin, no puedes quedarte sin almorzar, vamos, es solo una hora.
—No tengo una hora Sana. Hay demasiadas cosas de las que me tengo que ocupar. Yeji se fue a su casa porque no se sentía bien, y sin ella aquí, tengo que ocuparme de mi agenda, revisar algunos documentos, no tengo tiempo así que no insistas y vete.
—Está bien, pero, ¿crees que mañana podamos almorzar juntas?
—No lo sé, todo depende de si Yeji viene mañana.
—Claro, Yeji—dijo por lo bajo Sana, que ya sentía que le hervía la sangre de la rabia con cada negativa de Ryujin.
—Ahora si eres tan amable, déjame sola, ¿quieres?
Sana asintió con la cabeza, tomó su bolso y caminó hasta la puerta.
La voz de Ryujin, la detuvo en seco.
—Ah, y Sana, cuando quieras venir llama antes por favor, así no pierdes el viaje. Si te quiero ver, yo te llamo.
Sana salió dando un portazo y jurando que la mujer que estaba al otro lado de la puerta se las pagaría y pronto.
Cuando Ryujin se quedó por fin sola en su oficina comenzó a pensar en Yeji.
Debía preocuparse por hacer negocios de millones de dólares y ahí estaba pensando en su secretaria.
Recordó la preocupación de la peli naranja al enterarse de que, tal vez, Felix fuera enviado a un internado en el extranjero. Se dio cuenta que si quería a Felix como decía, que realmente ese par tenía una linda amistad que sería difícil de romper.
También recordó las palabras que Yeji le dijo sobre acercarse a Felix.
Era verdad que se había apartado un poco del lado del niño después de la muerte de su esposa. Debía remediar eso, Felix era su única familia a parte de su hermana Yuna.
Ese niño era una extensión de ella y la mujer que más había amado en este mundo, no podía darse el lujo de perderlo a él también.
Lo decidió en ese momento, no mandaría a su hijo fuera del país, sino que, trataría de acercarse al niño.
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SWEET YEJI - Ryeji
FanfictionLa vida de Shin Ryujin no ha sido nada fácil desde que su esposa falleció y la dejó con un hijo a cuestas y con un humor que a cualquiera sacaría de sus casillas. Hwang Yeji es una joven mujer que, después de mucho buscar, logra un trabajo en la nav...