Capítulo 8

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Yeji ya se encontraba en su puesto de trabajo cuando Ryujin, junto con Yuna, hacía su aparición por el vestíbulo del piso diez.

Yeji las saludó con un buenos días, el cual solo fue contestado por Yuna.

Diez minutos después, ella entró en la oficina de Ryujin con el café, que debía ser puntualmente servido.

Revisó la agenda del día junto a Ryujin y cuando ella ya se encaminaba hacia la puerta para salir de la oficina la morena le habló:

—Señorita Hwang, mi hijo me ha dicho que usted lo ha invitado a salir.

—Sí señorita, quería invitarlo al cine o al parque.

—No tiene por qué hacerlo, ¿sabe? Si cree que haciendo amistad con mi hijo yo seré más amable con usted se equivoca rotundamente.

Yeji sintió cómo la rabia bullía en su interior y se preparó para enfrentar a la mujer que la comenzaba a sacar de las casillas.

—Señorita Shin, si invité a Felix a salir es porque quiero hacerlo. Sé que usted no será más amable conmigo aunque quisiera. Ahora si me lo permite quisiera salir con él el domingo, claro, si es que no tiene planes usted con él.

Ryujin sintió un golpe en el estómago cuando escuchó las palabras de Yeji.

Planes, ella ya no hacía planes en su vida, a no ser que se tratara de trabajo.

Nunca planificaba un fin de semana con su hijo.

—No, no tengo nada planeado. Entonces supongo que será el domingo.

Yeji asintió con la cabeza, se giró y salió de la oficina para ir a su escritorio y comenzar a revisar la agenda de Yuna.







Ya se acercaba la hora del almuerzo, cuando por el pasillo Yeji vio que una alta y castaña mujer se acercaba a paso seguro.

La mujer, que iba vestida demasiado exagerada, toda marca de diseñador, pasó de largo por el escritorio de Yeji dirigiéndose a la oficina de Ryujin.

Yeji se levantó de golpe y le cortó el paso a la mujer. Ella la miró atónita y trató de esquivar a la joven.

—Disculpe señora—dijo Yeji—, ¿Qué cree que está haciendo?

—Vengo a ver a Ryujin, quítate de mi camino.

—¿Tiene cita con la señorita Shin? Si no es así, tendrá que esperar que le pregunte si ella puede recibirla. Está muy ocupada y pidió no ser interrumpida.

La mujer miró de arriba abajo a Yeji con un gesto de molestia. Yeji sintió un poco de miedo, no sabía por qué, pero esta mujer podía ser intimidante.

—Yo no necesito cita con Ryujin, puedo venir y entrar cuando quiera, ahora quítate de mi camino, si no quieres perder tu trabajo.

En ese momento Ryujin abría la puerta de su oficina, para encontrar a su secretaria, forcejeando con la castaña.

—Ryujin, cariño, dile a tu secretaria que se quite del medio.

Yeji giró la cara y se encontró con la divertida mirada de Ryujin.

¿Divertida? pensó Yeji.

¿Esa morena se estaba divirtiendo con esta situación?

—Señorita Hwang, deje pasar a la señorita Sana.

SWEET YEJI - Ryeji Donde viven las historias. Descúbrelo ahora