Después de aquella noche en la ópera, los días de Juanjo pasaron tranquilos o sin que sucediera algo interesante en ellos. Para el lunes, Martin y él retomaron las clases en donde se quedaron, terminando con un examen en el que no le fue del todo bien, pero el resultado era mejor de lo que esperaba.
Juanjo le mandó flores a la familia en señal de apoyo, sólo que para disminuir un poco la vergüenza que sentía en ese momento, decidió poner como mandatario "la familia Goodshawn"; por supuesto, era claro que Martin tenía una ligera sospecha que el gesto sólo era de su parte y sólo para él, pero no forzó el tema ni intentó hablar de ello en ningún momento. Juanjo lo veía en su mirada, en sus movimientos.
En los días siguientes Juanjo fue al club, para luego encontrarse a Frank y John, inclusive a Ruslana o Paul. Al parecer Lucas había mejorado de forma considerable de salud, pero aún no podía salir de la mansión por ningún motivo – sólo rondaba por los pasillos o, de vez en cuando, se paseaba por unos minutos en el jardín. En ese pequeño encuentro descubrió que Frank y los gemelos se llevaban de maravilla, y al parecer John quedó más que encantado con Ruslana a pesar de que ésta no mostró ningún interés en él. Era curioso, ya que muchas consideraban a John como un hombre guapo, encantador, además de apellido de renombre, pero Ruslana sólo le dedicaba sonrisas forzadas.
También en esa reunión se enteró que Martin, de alguna manera, había convencido a Lucas que no viera a Juanjo como un prospecto de matrimonio para Ruslana; en el fondo estaba agradecido por el asunto, pero no pudo evitar el preguntarle a Paul las razones de Martin para hacerlo así.
–Martin fue quien más sufrió el matrimonio de mis padres–le contestó Paul, mientras ambos veían las prácticas de esgrima de Ruslana–. Supongo que no quiere que Ruslana corra con la misma suerte. Un matrimonio sin amor, ya sabes... esas cosas.
Juanjo sólo le había sonreído, esperando a que no se malinterpretara su gesto.
–Es un gesto muy amable de su parte–comentó en voz baja– , ya que yo odio los matrimonios forzados.
Luego de esas palabras, ninguno de los había hablado mucho. Días después, Juanjo volvió a ir al club sólo para encontrar a Martin en él, acaparando toda la atención de inmediato. Aún recuerda que sintió una punzada de celos ya que lo normal es que toda la atención estuviese en él, pero entonces las palabras de Martin – su odio hacia las conversaciones innecesarias, las máscaras que se pone la gente con tal de quedar bien con alguien más – llegaron a su mente, así que lo único que hizo fue sonreír.
El tiempo seguía pasando, con lentitud a pesar de ser invierno, sin ningún cambio interesante... En diversas ocasiones, Juanjo se puso a leer el libro favorito de su madre, el que describe de forma detallada el significado que tienen las flores; grababa distintos significados en su mente para luego salir al jardín e identificar cada una de ellas mientras pensaba en situaciones en donde podía utilizarlas. Para su gran sorpresa, la mayoría de esos pensamientos siempre, de alguna manera, iba ligada a Martin.
El segundo examen llegó más rápido de lo que esperaba, pero sin duda le fue mucho mejor que en el primero. Aún recuerda que aquella vez notó algo raro en Martin – su humor, su forma de hablar, el lenguaje corporal – que lo sacaba de sus casillas, así que se tuvo que esperar a que finalizara el examen para saciar sus dudas. Cuando decidió cuestionarlo cara a cara, Martin sólo le sonrió con pesadez.
–Las cosas en la mansión no van muy bien–respondió casual, mientras tomó asiento al lado de Juanjo–. Me siento sofocado.
–Quizá debes de salir más–interpuso él, mirándolo a la cara–. Conocer nueva gente, olvidar un poco tus deberes...
Martin había soltado una risa irónica, como si se estuviera riendo de él mismo. Juanjo jamás le comentó nada al respecto – de hecho sigue sin hacerlo– o le obligó a que profundizara más en el tema, pero no podía evitar preguntarse si así sería su vida si Augustus hubiese tenido un nivel más alto del que tiene en la actualidad.
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Violines bajo el agua | JUANTIN
RomanceJuanjo es hijo del Conde de Goodshawn y Martin el Duque de Fairfox. En una sociedad en donde la homosexualidad es mal vista e incluso condenada, ambos encuentran el amor y su armonía perfecta. Adaptación, créditos por el original a earlgreeey